Reacción en cadena: Falta de agua bajo sospecha
Tema sumamente tentador el del agua en cualquier parte del mundo donde se trate, en México no se diga y en Baja California se pone como ‘agua para chocolate’ y no es para menos sobre todo en Tijuana donde por años, pero muchísimos años, la escasez del vital líquido era cosa de películas como Mad Max, donde la trama de la zaga se centra en la disputa por el agua. Una visión futurista de los ochentas que nos alcanzó en este 2019.
Los afluentes de agua para una ciudad como Tijuana, no suelen ser la parte determinante que lleve al improvisado programa de racionalización del líquido, que hoy folclóricamente la CESPT le llama o bautiza como “tandeo”; que no es otra cosa que abrir y cerrar válvulas para direccionar o redireccionar la distribución de los tanques de almacenamiento a zonas específicas que el organismo llama distritos.
EL GRAN NEGOCIO
Hay muchísimas dudas de parte de la ciudadanía enmarcadas en la intentona desde el gobierno de “Kiko” Vega que buscó por todos los medios y formas obtener los permisos y sobre todo los recursos multimillonarios para emprender el proyecto de una desaladora, que sin llegar, se volvió un asunto muy mañoseado y hasta prostituido políticamente por los gobernantes y ciertos “mangoneadores del poder”.
No hay que olvidar que la confrontación entre la ex alcaldesa de Rosarito, Mirna Rincón Vargas y el ex gobernador Vega, se debió a que la señora le negó los permisos correspondientes que otorga el municipio para tan pomposo proyecto de miles de millones.
Lo anterior, le costó a Mirna Rincón perder la candidatura panista para reelegirse como alcaldesa, pero a ‘Kiko’ Vega le salió por mucho más caro; pues no solo se quedó sin la aprobación legal necesaria para la desaladora, sino que recibió un soberbio descalabro político-electoral.
Viene al caso lo anterior porque justo en esa coyuntura de desencuentros entre panistas, se rumora que el ‘ganón’ fue el ahora gobernador Jaime Bonilla, que tejió una alianza con la ex munícipe, quien metió el freno para el multicitado proyecto, apuntaló a MORENA para que ganará el municipio, y de paso aseguró su futuro con cargo en la administración estatal, que antes de que dejará el que tenía, Bonilla lo anunció y hasta la presentó públicamente.
Parece entonces que hay “gato encerrado” en el gran tema de temas; el agua. Extrañamente el nuevo director del organismo, Rigoberto Laborín, no ha hecho señalamiento alguno contra la anterior administración, pero tan poco lo ha documentado ni mucho menos puesto las denuncias correspondientes por los evidentes “malos manejos” de los que se fueron.
Pero tampoco dice que el organismo provoca con sus fugas diarias y constantes enormes desperdicio del agua potable a lo largo y ancho de Tijuana, mucho menos toca a los poderosos morosos que tienen adeudos históricos con el organismo, del huachicoleo del agua no se dice nada, ni de la nula inversión en infraestructura a pesar de los millones y millones que anualmente recibe la Comisión Estatal de Servicios Públicos.
Crece la sospecha que los llamados “tandeos” van enfocados a acelerar la percepción de una grave crisis de abastecimiento de agua potable, lo que les arroje como resultado una aclamación popular para que se construya una desaladora cueste lo que cueste, con tal de que se resuelva el “grave” problema.
Mientras nos encaminamos a un proceso de endeudamiento por el agua, habría que ver si a los industriales se les racionará el agua verdaderamente y de igual manera a los hoteleros, restauranteros y comerciantes, sobre todo si consideramos que en Tijuana no hay cultura del cuidado, ni almacenamiento del agua. Primero porque no había necesidad de la desaladora, y segundo porque nunca desarrollaron políticas públicas enfocadas a la prevención y cuidado del vital líquido.
Sin duda, esto apenas empieza, y el primer enganche, lo hará como siempre el usuario de a pie, tiempo al tiempo.