El Getafe, que frenó la última jornada una mala racha de siete partidos sin ganar, recibe en el Coliseum a un Celta de Vigo pletórico tras encadenar cuatro victorias consecutivas y que en tres semanas ha pasado de estar en descenso a mirar los puestos europeos.
346 Minutos sin encajar, once goles a favor y doce puntos de doce posibles es el balance con el que el Celta se presenta en el Coliseum, donde podría igualar un registro que no se da desde hace casi veinte años, cuando dirigido por Víctor Fernández encadenó cinco triunfos en el curso 2000-01.
Eduardo Coudet ha convertido al Celta en una máquina de ganar. Cuando llegó como recurso de urgencia, después de que fracasaran los contactos con Marcelino García Toral tras la destitución de Óscar García Junyent, el equipo estaba inmerso en una profunda crisis, con cuatro derrotas y tres empates en siete jornadas.
Debutó con derrota ante el Sevilla (4-2), pero su equipo ya mostró en el Sánchez Pizjuán un notable cambio de imagen. Coudet aprovechó el parón de selecciones para aumentar la carga de trabajo, y eso fue clave en el crecimiento del Celta, con un bloque fijo y pequeños retoques obligado por lesiones o sanciones.
De esta forma, el Celta buscará también la segunda consecutiva a domicilio en Liga, un reto que los celestes no consiguen desde el 2018 con Juan Carlos Unzué como técnico.
El peruano Renato Tapia es el pulmón celeste en la medular, en la que Denis Suárez asume la función de enlazar con los atacantes Brais Méndez, en un gran momento con tres goles en dos partidos, Nolito y Aspas, que sigue reclamando un sitio en la selección a base de exhibiciones futbolísticas.
Si Coudet decide mantener a Tapia como único mediocentro defensivo, Beltrán repetiría en el costado derecho. Si apuesta por reforzar el centro del campo con un jugador de más músculo como Okay junto a Tapia, Brais volvería a la banda y Aspas actuaría como único delantero.
Enfrente está el Getafe, que se quitó la última jornada en el Ramón de Carranza un peso de encima al ganar al Cádiz y cortar una mala racha de siete partidos sin ganar.
Ese encuentro sirvió, además, para que el equipo madrileño se reencontrará también con el gol en Liga y anímicamente lograra una buena dosis de optimismo tras ver demasiado cerca el descenso.
Para este partido José Bordalás cuenta con la baja para el lateral izquierdo del uruguayo Mathias Olivera, algo que obligará al técnico alicantino a recomponer su once con la posible decisión de retrasar a esa posición a Marc Cucurella o que el franco-camerunés Allan Nyom juegue a pierna cambiada por ese costado.
La duda reside en la portería. En Cádiz no jugó por molestias David Soria y, aunque Bordalás dijo en la previa que se encontraba bien, la cercanía de ambos partidos podría hacerle seguir apostando por Rubén Yáñez.