Incómodo Garrett con la racha perdedora de los Cowboys
Jason Garrett aprieta la mandíbula y endurece la mirada cada vez que es cuestionado sobre la responsabilidad de los entrenadores en la mala racha de los Dallas Cowboys.
El entrenador en jefe responde con evasivas o intenta ser el más diplomático que puede, pero es un hecho que la simple insinuación de que algo anda mal con la semana de práctica, plan de juego, estrategias o ajustes provoca que cambie su generalmente actitud tranquila, sonriente y amable.
Es evidente que el simple comentario lo pone incómodo.
"Cuando has perdido tres partidos consecutivos, es un hecho que algo anda mal y que todos tenemos que mejorar", respondió este lunes endureciendo el ceño. "Todos tenemos que pensar en lo que estamos haciendo y en lo que podemos hacer mejor".
En cinco de las seis derrotas de esta temporada, los Cowboys compitieron en la primera mitad, en la mayoría ganaban aunque sea por marcador apretado, pero después del descanso el equipo se desplomó.
En especial, en los tres descalabros consecutivos ante los Atlanta Falcons, los Philadelphia Eagles y Los Angeles Chargers, Dallas ha sido derrotado por marcador combinado de 72-6, porque los han superado con facilidad de ambos lados del balón.
Los Cowboys han perdido tres partidos seguidos por más de 20 puntos apenas por tercera ocasión en la historia de la franquicia. Peor aún, parecería que los jugadores se dan por vencidos antes de que termine el juego. Sus caras que ni siquiera parecen de frustración, sino de apatía y desesperación.
Hay jugadas en las que varios defensivos parece que no se acercan a tratar de tacklear con su mejor esfuerzo o algunos ni siquiera se acercan. La ofensiva simplemente no carbura. Cierto que ha tenido que ver la ausencia por lesión del tackle izquierdo Tyron Smith contra Atlanta y Philadelphia, así como la suspensión del corredor Ezekiel Elliott durante la racha de partidos perdidos , pero parecería que hay más laxitud de otros, en vez de que en diferentes posiciones hubiera mayor esfuerzo.
"Nada de lo que hemos hecho ha sido satisfactorio en estos tres partidos perdidos seguidos. No vivimos en ese mundo", dijo Garrett cuando fue cuestionado sobre si estaba satisfecho con el nivel de intensidad mostrado por la mayoría de sus jugadores. "Siempre tratamos de ser mejores y aspiramos a mucho más. Creo que la consistencia en la ejecución durante el partido es algo en lo que nos tenemos que enfocar más que en ninguna otra cosa. Hemos estado en buena posición al medio tiempo las últimas semanas y no han jugado los últimos 30 minutos a un nivel alto suficiente en ninguna de las tres fases del juego, agregó.
"Tenemos que trabajar muy duro para corregir eso. No estamos satisfechos en nada de lo que hemos hecho".
A Garrett le cuesta trabajo reconocer la culpabilidad de los entrenadores.
Es la cabeza y al menos de manera pública está obligado a defenderlos en algo que ya parece indefendible. Agregado al fracaso eterno de una defensiva que ya parece carente de soluciones bajo el mando del coordinador defensivo Rod Marinelli, también la ofensiva comandada por el quarterback Dak Prescott tiene problemas.
Por vez primera en la historia del equipo, el ataque no ha superado los 10 puntos promedio por partido en los tres más recientes. Y ni siquiera han llegado a 300 yardas totales en la seguidilla de descalabros.
Prescott no ha llegado a las 200 yardas por pase y su rating de efectividad como quarterback es de 57.7 puntos. Ha sufrido cinco intercepciones en los dos juegos más recientes y la ofensiva en general llegó a hilvanar 10 cuartos sin touchdown.
"En ocasiones lo hemos hecho, pero en otras ocasiones tenemos que hacer un mejor trabajo en eso", fue la respuesta de Garrett a la pregunta si los entrenadores estaban poniendo a Prescott en situación de hacer buenas jugadas.
Un jugador, que prefirió omitir su nombre, se quejó de que el plan de juego ofensivo era demasiado elemental, que daba poca oportunidad de tener éxito en determinadas posiciones y que se basa mucho en la habilidad individual de los jugadores ante los cada vez más complejos esquemas defensivos en la NFL.
Muchos en Dallas-Fort Worth, incluidos periodistas y aficionados, han considerado durante las últimas dos semanas que podrían haber cambios en el cuerpo de entrenadores.
Si no de Garrett, de algunos de sus asistentes. Nada ha pasado aún. El dueño y gerente general del equipo, Jerry Jones, insiste en que ni siquiera es tema o que sea algo que evalúe. De hecho el entrenador Garrett rechazó incluso la posibilidad de quitar el llamado de jugadas al coordinador ofensivo Scott Linehan para retomarlo él mismo.
Si acaso, la única decisión que ha comentado de manera pública esta semana Garrett es que en ciertas posiciones, como en la defensiva secundaria, van a abrir la competencia por titularidad, como será el caso del esquinero Anthony Brown, quien podría ser el primero removido de su puesto.
"Sólo tenemos que seguir trabajando como entrenadores para poner a los jugadores en la mejor posición posible", señaló. "No hemos hecho tan buen trabajo ante la adversidad, incluidas las ausencias de Sean Lee y Zeke (Elliott). Hay que dar el paso adelante y crecer ante la ocasión. Hay que ver la manera de jugar los 60 minutos con consistencia", añadió.
Y tienen que hacerlo antes de que se acabe el tiempo en la temporada y en la que parece una inusual paciencia de Jerry Jones, porque parece que la de los aficionados se agotó ya. Miles abandonaron el partido anterior en casa, gritando consignas a su propio equipo, antes siquiera de finalizar el tercer cuarto.