En Copa Oro, grito sin freno
A diferencia de lo ocurrido en los estadios rusos, donde la Federación Internacional de Futbol Asociado (FIFA) implementó un mecanismo que incluyó amenaza de detener el partido y observadores antidiscriminación en las tribunas, la Concacaf no tiene previstas posibles sanciones al Tricolor por el grito "¡Eeeh pu..."!. Existe vía libre para realizarlo durante la Copa Oro. Las medidas se reducen a campañas de concientización.
El domingo, en el partido frente a El Salvador en San Diego, la polémica expresión reapareció durante cada despeje del meta centroamericano Benji Villalobos. Sí, lo sucedido en la Copa Confederaciones fue un simple espejismo.
"La Federación Mexicana de Futbol ha sido un socio de nosotros para planificar las acciones y la campaña de educación que podemos implementar para llegar, no solamente a los aficionados mexicanos, sino a todos, porque este comportamiento ahora se da más allá de los mexicanos. La participación de la Selección (en la Copa Oro) es un asunto aparte", aclara Brent Latham, jefe de medios de la Concacaf, vía telefónica. "Estamos viendo con la Federación cómo podemos tratar el problema y ellos nos han estado ayudando con diferentes aspectos de la campaña".
Estar conscientes de que su comportamiento podría costar a los dirigidos por Juan Carlos Osorio sirvió en el ensayo del Mundial, más el representante del organismo también pide considerar lo complicado que es controlar a un grupo de aficionados mucho mayor al que asistió al evento euroasiático.
"En este momento, eso (detener los juegos o sancionar a los representativos) no es parte de nuestra estrategia, porque los ambientes que enfrentamos en los estadios son diferentes", sentencia. "Por ejemplo, el ambiente en la Copa Confederaciones, con sólo unos cientos de mexicanos, es muy diferente al que nosotros tenemos aquí, donde le damos la bienvenida a miles de aficionados mexicanos en el estadio".
"La forma que nos queda, y nos llama la atención, es trabajar con los fanáticos, no en su contra. No amenazándolos, no imponiendo órdenes, sino trabajar con ellos para que comiencen a entender que a todos nos conviene que no haya ese cántico en el estadio, el cual es un mal reflejo para el mundo sobre el mexicano y la cultura mexicana".