Un regalo muy especial
Como todos los años, en el Día del Aficionado en el estadio Gasmart, la directiva de los Toros de Tijuana preparó algo muy especial para agradecer el espontaneo respaldo que la gente de Tijuana y sus alrededores ofrece noche tras noche en los amigables confines del estadio Gasmart.
Manny Barreda también llegó con una bolsa que contenía un presente muy especial para la mejor afición del país, la segunda joya más importante del pitcheo.
Un juego sin hit ni carrera contra Olmecas de Tabasco, el primero en la historia de Toros de Tijuana en la Liga Mexicana de Beisbol.
Fue una bella sinfonía de tres horas y 20 minutos; un concierto para 13 mil 598 aficionados que disfrutaron una a una todas sus notas, en una partitura de 135 lanzamientos, de los cuales 84 fueron con tonos altos.
Sólo dos bases por bolas y un error lo separaron de la perfección, sin embargo mantuvo inmaculados los jardines a lo largo de las nueve entradas en las que se enfrenó a 29 bateadores y ninguno logró pisarle la intermedia.
Además, Barreda se dio un banquete con la alineación de Olmecas, al ponchar a catorce enemigos, haciendo de Yordanys Linares su principal cliente, con tres chocolates. Del cuadro titular que presentó el manejador Vicente Palacios, sólo Sandy Madera y Alfredo López no fueron pasados por los strikes.
Los únicos que se le pararon en la inicial fueron Sandy Madera quien le tramitó los dos pasaportes que visó Barreda y Yordanys Linares, quien se embasó con un error del tercera base Óscar Robles en un tiro alto a la inicial, sin embargo, el cubano fue enfriado en intento de robo.
Y el complemento para esta obra de arte fue el receptor Gabriel Gutiérrez, quien también, al igual que Barreda, cumplió con su primer juego sin hit ni carrera en la Liga Mexicana de Beisbol.