Resuelta, a falta de confirmación oficial, la primera gran duda que quedó en el aire tras la tangana final del primer partido entre Warriors y Cavaliers: Kevin Love no será sancionado y podrá jugar el segundo, el domingo, aunque entró en pista desde el banquillo durante el tumulto.
El propio Love había asegurado que no esperaba la acción disciplinaria aunque con la norma en la mano, entrar en la pista desde el banquillo de forma no autorizada supone un partido de sanción. Ahora está por ver qué decisión se toma con Tristan Thompson, que fue expulsado por un manotazo con el balón a Draymond Green. A lo largo del día de hoy se sabrá definitivamente si el pívot canadiense puede jugar el segundo partido, el último en la Bahía antes de que la Final emprenda rumbo a Ohio.
Love se metió en la pista mientras el árbitro Tony Brothers hablaba con la mesa justo antes de expulsar a Thompson. Un asistente de los Cavs le envió lo más rápido que pudo de vuelta al banquillo. El jaleo final llegó, en realidad una explosión de la enorme tensión que había habido en pista durante todo el último cuarto y la prórroga, porque Shaun Livingston lanzó a canasta con el marcador ya resuelto en los últimos segundos y Tristan Thompson le paró con una falta en la que lanzó el codo hacia adelante. Después el de los Cavs reprochó al guard de los Warrios su actitud pero Steve Kerr fue muy tajante en la defensa de su jugador: “Estoy en una cruzada personal contra esas idioteces de las normas no escritas y rituales. Si se va a agotar la posesión y vas a perder la bola, lanzas. Es lo que se supone que tienes que hacer. Lo llevo diciendo cuatro años: en situaciones así no vamos a acumular pérdidas, vamos a tirar”.