El español Albert Arenas (Gerona, 1996) ha conseguido coronarse como campeón del mundo de Moto3 al filo de los veinticuatro años. Su éxito le ha abierto las puertas de la categoría superior pero no le pone límites a su futuro. EFE le ha entrevistado en exclusiva.
Pregunta: ¿Qué le dice ser campeón del mundo?
Respuesta: Es una satisfacción muy grande después de toda la temporada y de estos últimos años. Siento mucha felicidad, estoy muy realizado y estoy también muy feliz por toda la gente que estaba ahí. Es algo que está muy bien pero ya está, la vida sigue. El año que viene tengo Moto2, tengo muchas ganas de seguir pilotando porque es lo que más me gusta, y de seguir apuntando alto.
P: ¿Le ha costado creérselo?
R: Más que costarme creérmelo me ha costado asimilarlo, saber que lo hemos conseguido. Sobre todo porque el domingo de la carrera, cuando pasan tantas cosas tienes poco tiempo para pararte. Por la noche ya empecé a asimilarlo un poco más con todo el equipo.
El hecho de hacer el test de Moto2 me hizo aparcar un poco todo lo que había pasado y luego en el viaje de vuelta a casa, en coche, tantas horas, contestando a todos los mensajes… ahí sí que cada vez te lo ibas creyendo más. Estoy muy contento.
P: Es un campeón más veterano que otros. En una temporada tan atípica… ¿la experiencia ha sido un valor?
R: Está claro que sí. Pero yo no le daría a este Mundial más valor por la experiencia porque al final en Moto3 todos los pilotos tenemos mucha experiencia, llevamos corriendo desde los siete o los ocho años.
Incluso a veces esa experiencia puede ser perjudicial. Parece que estés como en un bucle del que es difícil salir cuando la tienes. No le daría más por la experiencia sino por el hecho de haber sabido gestionar esos momentos más mentales. He trabajado un montón en lo mental.
P: ¿Mira el palmarés de los que han ganado su categoría y qué piensa?
R: Pienso cosas muy buenas, muy positivas. Y me motiva mucho. Veo a los que están en activo como Maverick Viñales, Joan Mir, Álex Márquez… Eso me motiva mucho y me hace creer más en mi objetivo. El año pasado una de las claves es que tenía en mente ir a Moto2, no estaba ahí solo para ganar. El hecho de querer crecer, de querer avanzar… Ahora es más de lo mismo, quiero seguir creciendo, apuntar alto.
No quiero estancarme, quiero llegar más lejos. Pero siempre con los pies en el suelo y disfrutando mucho de cada momento. También me hace muy feliz poder compartir un Mundial con Crivillé, que recuerdo que fui a su casa cuando yo era pequeño. Poder darte cuenta de esto, me hace muy feliz. Está bien, pero sin darle mucha más importancia.
P: Joan Mir, por ejemplo, ya es campeón del mundo de MotoGP. ¿Se ve haciendo algo así?
R: Sí, claro. Si no, no estaría donde estoy y no haría este sacrificio. Al final es un sacrificio que hago encantado pero estoy aquí porque quiero conseguir grandes cosas. Creo que este año he conseguido esto por la mentalidad que he conseguido tener. En este punto lo más importante no es querer ser campeón del mundo de MotoGP sino aprender de este año y seguir pilotando el año que viene como este, seguir aprendiendo de esas cosas.
Aunque tenga experiencia no significa que ya lo haya aprendido todo. Al final lo que te hace llegar a MotoGP es poder destacar, tener un poquito más que los demás. Voy a centrarme mucho en mi, voy a sacar lo mejor de mi y voy a ver que puedo obtener de ello. Hay que apuntar alto pero no hay que obsesionarse con que si uno lo ha hecho yo también puedo.
P: ¿Le sorprendió el éxito de Joan Mir?
R: Sí que me ha sorprendido que fuera campeón porque es muy gordo conseguir el Mundial de MotoGP, no te planteas el hecho de que un piloto que no está entre los referentes por el título consiga un Mundial.
Sorprende, pero una vez que empezamos a ver todos que conseguía muchos podios mientras Fabio comenzaba a fallar y Dovi no estaba a la altura… van pasando cosas y ves que puede pasar. Una vez ves todo esto, te deja de sorprender y ves que al final lo que cuenta es lo que pasa en pista, la consistencia, y marcar esa diferencia cuando los demás no pueden hacerlo.
P: Va a dar el salto a Moto2. ¿Qué cambios cree que le va a tocar experimentar?
R: Yo creo que va a cambiar poco. Es verdad que es una moto nueva, más grande, que hay que pilotar aprovechando toda la potencia del motor. Pero al final sigue siendo el más rápido quien frena más tarde y acelera antes. Eso es lo que he estado intentando hacer yo este año y voy a seguir haciéndolo. Voy a seguir siendo el mismo, es una moto igual, son los mismos circuitos. Cambian los rivales pero me iré adaptando según la situación, sin obsesionarme.
P: Los pilotos españoles están ganando muchísimos mundiales en los últimos años. ¿Eso puede suponer que motociclismo pueda perder atractivo a ojos de la gente de fuera?
R: No porque el espectáculo que damos es el mismo. Una vez que estamos todos con el casco y con las motos estoy seguro de que la gente lo disfruta y lo vive igual. Cuando nos lo quitamos, de cara al público, a lo mejor sí que es verdad que hay más o menos favoritismo.
Pero creo que lo importante, que es cuando damos el espectáculo y luchamos, nos valoran igual seamos españoles, italianos o japoneses. Cuando estamos ahí espero y deseo que se nos valore a todos por igual porque al final todos nos jugamos la vida. Todos somos pilotos que queremos conseguir algo, hacer lo que nos gusta.