Los detalles que definen el Gran Premio de México
Un podio con tres ganadores. De fondo se puede escuchar un himno, generalmente el de Alemania. Se abren las botellas de champagne y suena "la canción del toreador" de la ópera "Carmen" con confeti volando por el aire, mientras los pilotos se dan un "baño de gloria" recibiendo los aplausos del público. Cualquier aficionado de la Fórmula 1 podría considerar esto una imagen común. Pasa de la misma manera en todos los Grandes Premios, pero lo que poca gente ve, es toda la planeación y detalles que hay para que esto suceda y es justamente eso lo que ha hecho la diferencia en el Gran Premio de México que, por tres años consecutivos, ha sido premiado por la FIA como el mejor evento de la temporada.
Son pocos, pero muy significativos, los elementos que hacen que el evento celebrado en el Autódromo Hermanos Rodríguez sea único y logre seguir sorprendiendo a todos los asistentes que, año con año, se han encargado de hacer su parte y lograr un lleno total en el recinto, sin mencionar las mejores entradas para los días de prácticas y clasificación. ¿Cómo lo han logrado?
La clave está en reinventarse. Si bien hay elementos que, por reglamento, son imposibles de modificar (como los protocolos de los himnos, de la parrilla de salida y lo riguroso de los tiempos), los organizadores han logrado hacer magia y colocar un sello único para ese fin de semana.
Todo está diseñado para que sea una experiencia diferente desde el momento en que se cruza la puerta de entrada. Los fanáticos llegarán a un ambiente en donde puedan pasar todo el día sin necesidad de salir de él. Cada zona del Autódromo está pensada para el perfil específico de cada aficionado; así, los que se encuentran en el Foro Sol vivirán una experiencia diferente a los que se ubiquen en el "Main grandstand". La tecnología te ayudará a descubrir a cuál de estos "mundos" perteneces, puedes hacerlo entrando a la página oficial del Gran Premio de México.
En su edición 2018, los asistentes podrán disfrutar de una gran oferta gastronómica, totalmente renovada, que se planea provoque en los paladares de quien los pruebe la misma emoción que un buen rebase en la pista. Esta es una experiencia que no termina al salir del Autódromo, pues "El Sabor de la Fórmula 1" regresa este año para ofrecer, en algunos restaurantes, un menú único para los amantes de la velocidad, un programa que los organizadores esperan se convierta en un estandarte del evento.
La conexión que han logrado con el público para que sea una parte más del evento va más allá este año. Mientras que en la edición 2017, la afición se unió para recordar a los afectados por el sismo en la Ciudad de México, esta vez serán parte de una emotiva despedida para Fernando Alonso. El español, quien anunció su retiro de la Fórmula Uno, podrá ver su rostro en las tribunas con unas máscaras que se podrán imprimir como parte del homenaje que se le rendirá. Por cierto, este detalle no pasó desapercibido por el piloto de McLaren quien lo agradeció en sus redes sociales con un "México lindo…"
Y qué fiesta está completa sin música y espectáculos. Estos elementos siempre han sido un punto focal del evento y este año volverá a ser así. En las próximas semanas, se anunciará quiénes serán los "invitados" que pondrán ambiente y, aunque aún no pueden dar nombres, los organizadores prometen que será "espectacular".
Ser el mejor en cualquier aspecto no es sencillo y sin duda la labor es titánica para CIE, OCESA, FIA, la Secretaría de Turismo y todos los involucrados en la organización del Gran Premio de México. El apretado cronograma y calendario obligan a que todo funcione como una máquina bien aceitada. Es por esto que existen ciertos "limitantes" para los organizadores; por ejemplo, tener que llenar siete aviones jumbo, los cuales deben partir sin contratiempo con rumbo a Brasil, siguiente parada en el calendario, para el final del día, obliga a que los equipos comiencen a desmontar todo cuando la carrera apenas va por la mitad. Para cuando comienza la premiación, el "Paddock Club" deja de brillar y se llena de cajas, montacargas y mecánicos de equipos que corren de un lado a otro. Esto mismo es lo que evita que el público pueda "invadir" la pista al momento de entregar el trofeo. Tan solo llegar del lado más alejado del circuito hasta el podio puede tomar hasta media hora, y los cientos de personas que desmontan los señalamientos y las vallas de las pistas no pueden darse el lujo de esperar: cualquier retraso podría resultar peligroso.
Por cuatro años, la organización del Gran Premio ha trabajado para "enamorar" a todos los que se dan cita en el lugar y a los millones que lo ven por televisión, para mostrar el rostro más bello del país y para que vean que, si lo que buscan es una "F1esta", México es el único lugar donde podrán conseguirla.