Movimientos de Yankees no han generado buenos resultados
Si algo quedó claro tras la debacle de los Yankees el fin de semana pasado ante los Medias Rojas en el Fenway Park, es que el equipo que dirige Aaron Boone sigue teniendo problemas con su pitcheo abridor. No es ninguna novedad, aunque Lance Lynn les dio un respiro a los neoyorquinos con 7.1 entradas en blanco el lunes en una victoria sobre los Medias Blancas.
Si los refuerzos que llegaron durante la temporada de cambios, J. A. Happ y Lynn - no lanzan bien durante el resto del camino, es muy posible que los Yankees terminen viajando a la Costa Oeste para el Juego del Comodín en octubre. Nueva York ha sido un equipo de .500 en sus últimos 40 juegos, y están haciendo ver la dura batalla que les dieron a los Astros en la Serie de Campeonato de la Liga Americana el año pasado como una suerte de casualidad.
Los Yankees llevan marca de 19-20 en sus últimos 39 partidos. Estamos hablando de casi un cuarto de temporada. El 21 de junio, los Yankees tenían foja de 50-22 y 13 juegos de ventaja sobre los Atléticos, que tenían registro de 38-36 para esa fecha. Ahora la diferencia es de sólo 3.0 a favor de los del Bronx.
Obviamente, los Yankees extrañan al lesionado Aaron Judge. Pero incluso con el bullpen que tienen, el pitcheo abridor es un problema. Los Medias Rojas tienen una mejor rotación. Ustedes vieron lo que pasó durante el fin de semana, aun con Chris Sale fuera. Todos saben qué clase de rotación tienen los Astros.
Los Yankees del 2018 han llegado al punto de que cuando el dominicano Luis Severino--el as de la rotación (al menos antes de permitir 20 carreras en sus últimos 20 innings)--llegó al sexto episodio el viernes contra Boston, fue como si se hubiese ganado el Cy Young.
Las lesiones han impactado a la rotación de los Yankees esta temporada, y hasta ahora han tenido que usar a 10 abridores. Pero los Atléticos, que están cazando a Nueva York en la carrera por el primer Comodín, han tenido que usar 12.
Durante el último cuarto de siglo, los Yankees han sido un equipo brillante en varios departamentos. No tienen una temporada perdedora desde 1992, casi nunca se pierden los playoffs y nuevamente están repletos de talento joven. Pero tienen nueve años sin ganar la Serie Mundial y en las últimas 18 temporadas tienen un solo anillo.
El pitcheo abridor siempre ha sido gran parte de la historia. Y ése es el caso otra vez.
Algunas veces la rotación de los Bombarderos ha sido buena. Otras, muy buena. Rara vez ha sido grandiosa. Si se da un vistazo a los abridores que han contratado en los últimos 20 años, éstos son los tres mejores: Roger Clemens, CC Sabathia y Mike Mussina.
El último gran movimiento que hicieron por un abridor fue cuando buscaron en Japón a Masahiro Tanaka por más de US$150 millones. El derecho tiene récord de 61-30, incluso con los problemas en el codo que lo han aquejado cada cierto tiempo. Pero también es verdad que nunca ha ganado más de 14 juegos en una campaña. Y ahora los Yankees lo necesitan más que nunca si van a plantarles cara a los Medias Rojas y mantener a raya a Atléticos y Marineros.
Para todo el brillante trabajo organizacional que los Yankees han hecho desde 1996, la labor del pitcheo abridor ha sido menos que estelar. Es cierto, han tenido su buena dosis de mala suerte. Todo el mundo pasa por eso.
Se suponía que Sonny Gray iba a marcar diferencias cuando llegó desde Oakland el año pasado. Ahora está en el bullpen. Lo reemplazó Lynn, que dejó efectividad de 5.10 en los Mellizos pero tuvo una salida bien alentadora el lunes.
A pesar de los cambios por Lynn, Happ y el relevista Zach Britton las cosas siguen sin lucir claras. Así ha sido por mucho tiempo en el Yankee Stadium cuando de pitcheo abridor se trata. Ahora, a los fanáticos de los Yankees sólo les queda esperar si ese grupo de lanzadores será capaz de llevarlos hasta la Serie Mundial, o al menos hasta el Juego de los Comodines. Si es que lleguen hasta ahí.