Histórica noche para Orlando Lara
Orlando Lara cayó sobre el montículo cuando David Harris abanicó la brisa. Levantó los brazos al cielo mientras todos los Charros se abalanzaban sobre él.
El único abridor que no había ganado en la campaña, el más criticado desde hace algunas temporadas, lanzó un juego casi perfecto. Lanzó el primer sin hit ni carrera desde que Charros regresó al beisbol profesional.
Cierto que le sobró apoyo de su artillería, pues los caporales conectaron 21 hits para vencer a Mexicali 17-0 en el primero de la serie entre ambas escuadras, ante más de 10 mil aficionados en el parque de pelota de la Colonia Tepeyac, con lo que los de casa pusieron sus números en 7-5 durante la campaña, para mantenerse en lo alto del standing.
Pero ni el alto carreraje de su escuadra distrajo al de Cosamaloapan, que sólo tuvo dos Águilas en las almohadillas, uno por base por bolas y el otro por un golpe accidental. Tampoco fue un festín de chocolates, pues Lara apenas ponchó a seis oponentes.
Fue más bien una cátedra de control. Ni la cómoda ventaja, ni el ruido del estadio, ni la presencia de algunos de los toletes más prestigiosos del circuito lo sacaron de balance. Y así, sin enterarse, llegó al noveno episodio donde fue más dominante aún.
Si Obregón fue eterno para los Charros, la visita de Mexicali se eternizó también, pero por la presencia de jaliscienses en los senderos.
En la trilogía anterior en la antigua Cajeme, los caporales tuvieron que jugar 34 entradas en vez de 27, pues el segundo juego se definió en 14 innings y el tercero en 11. Además, los bates extrañaron el contacto con “doña blanca”, pues en esos 34 episodios los de Jalisco apenas hicieron dos carreras.
Anoche la reconciliación entre madera y cuero fue total. Pero la noche fue de Orlando Lara.