México 68, un privilegio y un honor: Mario Victoria
Dicen que recordar es volver a vivir, y estando a unos días de cumplirse los 50 años de los Juegos Olímpicos de México 68, los recuerdos llegan a la memoria del juez de atletismo de Tijuana, el profesor Mario Victoria Velázquez.
“Fue una experiencia inolvidable, un antes y un después, una manera de vivir el olimpismo, y donde México demostró al mundo su grandeza”, evocó quien tuvo la fortuna de estar presente en el estadio de la Ciudad Universitaria (CU).
Una época de la psicodelia, de contrastes marcados, por un lado se pedía hacer el amor y no la guerra, pero por otro los Estados Unidos dejaban caer 3 millones de toneladas de bombas sobre Laos, durante la guerra de Vietnam.
El grupo británico de Rock The Beatles anunciaron la creación de Apple Record, y meses después lanzaban su gran éxito musical “Hey Jude” que se mantuvo por nueve semanas en la cima del top, un tema con más de 7 minutos de duración.
En México se vivían momentos de tensión, el 2 de octubre en la Plaza de las Tres Culturas ocurre la matanza de Tlateloc en contra de un grupo de manifestantes en su mayoría estudiantes del nivel medio superior de la UNAM-IPN, pero contra viento y marea el 12 de octubre se inauguran los XIX Juegos Olímpicos.
“México pudo cumplir con ese compromiso, todos los ojos estaban puestos en nuestro país, pero afortunadamente se hicieron unos juegos maravillosos, a mi me tocó estar en el atletismo, fueron ocho días en donde hubo 16 plusmarcas mundiales y se igualó otra”.
Mario Victoria cumplió 75 años, estudió en la Escuela Nacional de Educación Física, pero desde los 13 años está metido en el atletismo, “vivimos cosas maravillosas, se rompieron récords, y todavía muchos recuerdan aquella ceremonia de clausura cuando se lanzaron los cohetes en el estadio, todos los países estaban admirados, ahora todos lo hacen, en ese aspecto fuimos pioneros”.
Entre los momentos que más recuerda en la pista, la actuación de José “sargento” Pedraza en la prueba de 20 kilómetros de caminata, obteniendo medalla de plata; el Maratón que salió en el Zócalo de la ciudad el cual estuvo repleto y en donde el gran favorito Abebe Bikila no llegó, a John Carlos y su Black Power en el podio, el primer salto que surcó de espaldas una varilla de altura, Bob Beamon que rompió el récord mundial de longitud, “en realidad el pueblo de México se volcó a los estadios, canchas, auditorios, fue una cosa maravillosa, un privilegio y un honor que disfrutamos como maestros de educación física”.
Mario Victoria tenía el ejemplo de su papá Miguel Victoria Figueroa, un atleta en toda la extensión de la palabra, y con ese ejemplo en casa se inició a los 13 años en el atletismo y por obra del destino se presentó en un evento donde estaba Santiago Nakasawa que lo invitó a participar como juez y desde entonces a la fecha sigue en el atletismo como juez, aunque en su juventud fue atleta en los 100, 200 y 400 metros.
Llegó en 1979 a Tijuana, ya venía casado y con dos hijos, con su actual pareja lleva más de 40 años casado, como funcionario fue coordinador del sector en Rosarito, Secretario General de su delegación, y después Coordinador de la Zona 27 que es la Mesa de Otay, y de ahí lo pasaron a las oficinas en la Coordinación de los Juegos Escolares, actualmente está jubilado y trabajó 25 años en el Colegio La Paz.
El llamado: “Como yo había sido alumno de la Escuela Nacional de Educación Física, el profesor César Moreno Bravo, me hizo la invitación, que si quería participar como juez, pero yo quería como juez de salida pero ese espacio estaba ocupado, ya se lo habían dado al profesor “Chito” Souza que fue mi maestro, me quedé de cronometrista, teniendo la responsabilidad del cuarto lugar”.