¿Expresó el mismo Bryce Harper su interés en unirse a los Dodgers?
¿Son los Dodgers los favoritos para firmar al agente libre Bryce Harper? Esa fue la pregunta presentada por la cuenta oficial de Instagram de MLB. La publicación tenía más de 126,000 likes a partir del lunes por la mañana, incluyendo uno de nada más y nada menos que el mismo Harper (@bharper3407).
Tal vez Harper esté simple y llanamente divirtiéndose, pero no es descabellado pensar que los Dodgers estarían en el tope de su lista de equipos preferidos, sobre todo si los Yankees ya no son candidatos para firmarlo.
Los Angeles representa uno de los mercados más grandes del mundo deportivo, los Dodgers vienen de dos participaciones seguidas en la Serie Mundial y el club tiene los recursos para ofrecerle un contrato récord. Además, Los Angeles queda cerca de la ciudad natal de Harper, Las Vegas.
Las especulaciones en torno a Harper y los Dodgers han tomado fuerza tras el cambio del cubano Yasiel Puig y Matt Kemp de Los Angeles a Cincinnati, pero existen varios factores que podrían impedir esa unión.
Primero está el impuesto de lujo. Si los Dodgers quieren mantenerse por debajo del límite de US$206 millones-y los informes indican que la gerencia quiere que así sea-no estarán dispuestos a otorgarle un mega-contrato a Harper. Se ha especulado que Los Angeles preferiría darle un pacto más corto pero con un mayor salario anual. Los azules tendrían menos flexibilidad aun si adquirieran al derecho Corey Kluber.
Bajo la dirección del presidente de operaciones de béisbol Andrew Friedman, la gerencia de los Dodgers ha mantenido una alta nómina, pero al mismo tiempo no ha dedicado grandes contratos a un solo jugador. Entonces, es difícil que se vea una oferta de 10 años y US$300 millones de parte de los azules.
Finalmente, Bob Nightengale de USA Today informa que los Dodgers buscan adquirir a un bateador derecho para darle más equilibrio a una alineación dominada por trueno zurdo. Firmar a Harper acentuaría esa falta de balance en el ataque ofensivo, sin solucionar la receptoría y la segunda base, que son las dos mayores prioridades de Los Angeles este invierno