Una callada y brillante actuación
No fue Tom Brady. A pesar de los gritos de los aficionados que lo pedían como si su vida dependiera de ello, el título del Jugador Más Valioso del Super Bowl no fue para el mariscal de campo de los Patriots, sino para su receptor Julian Edelman.
El jugador de los Patriots que empezó el año con una suspensión por consumo de sustancias para mejorar el rendimiento, terminó haciendo un trabajo espectacular y siendo una pieza clave para que, por sexta ocasión, los de Boston levantaran el trofeo Vince Lombardi. Un total de 10 recepciones y 141 yardas le bastaron para llevarse el título que lo pone por encima de su propio mariscal de campo en este Super Bowl LIII.
“Nunca pensé que terminaría ganando un Super Bowl y como el Jugador Más valioso. Tenía la cabeza en el partido y en intentar ayudar al equipo. Para mí es algo totalmente irreal. Los tiempos difíciles no duran, la gente dura sí. Creo en eso y creo que así es como hay que vivir”, fueron las impresiones del que es el séptimo receptor en la historia del Super Bowl en llevarse este galardón.
Durante la entrevista después del partido, Edelman se dijo agradecido, no por el reconocimiento, sino por haber ganado el juego:
“Teníamos un equipo en muy buena forma. Sony (Michel) jugó un gran partido, hizo unas jugadas espectaculares. Nuestra defensiva fue espectacular, todo fue increíble. Resistimos a un partido muy difícil, lo hicimos juntos y creo que eso es lo mejor de todo”.
Al terminar el juego la gente que aún quedaba en las tribunas se le entregó con gritos de “MVP, MVP”.
Sin duda, Edelman fue una pieza clave en esta dinastía que siguen forjando los Patriots.