Vinny Castilla orgulloso de seguir con el uniforme de Rockies
Cuando se habla de los “Bombarderos de la Calle Blake”, el grupo de cuatro temibles toleteros de los Rockies de Colorado en la década de los 90, se menciona obligatoriamente el nombre del mexicano Vinicio Castilla.
Castilla, el venezolano Andrés Galarraga, Dante Bichette y Larry Walker formaron un cuarteto que fue un terror para el pitcheo contrario de la Liga Nacional desde 1995, el año en que se inauguró el Coors Field. Junto a Ellis Burks, se combinaron para conectar 985 jonrones en su tiempo juntos.
De su parte, Castilla, asistente especial del gerente general de Colorado y quien fungió como coach de primera en la México Series por los Rockies vs. los Diamondbacks, está contento de seguir perteneciendo a la organización con la que despegó de verdad su carrera en las Grandes Ligas en la última década del milenio pasado.
“Estoy muy orgulloso, muy contento en la organización que me brindó la primera oportunidad de establecerme como pelotero de liga grande”, dijo Castilla, uno de los mayores embajadores de MLB y de los Rockies en la serie de este fin de semana en Monterrey. “Estoy muy agradecido con ellos y muy contento de seguir aquí trabajando con ellos, ayudando a los muchachos jóvenes de una u otra forma. Me siento muy contento con el uniforme morado en el cuerpo”.
No todo se trató de batazos largos en el ambiente montañosa de Denver. En 1995, siendo Colorado aún un equipo de expansión, unos Rockies dirigidos por Don Baylor clasificaron para los playoffs vía el Comodín. Aunque serían eliminados en primera ronda por los Bravos—que se coronarían campeones aquel año—ese éxito repentino de los Rockies creó un enorme entusiasmo en los predios del nuevo Coors Field.
“Uno de los mejores recuerdos con los Rockies fue la temporada 1995”, señaló Castilla, cuyo primer año de buena producción al bate (32 HR, 90 CE y OPS de .911) fue precisamente en aquella campaña. “Después de solamente tres años en la liga, fue bien bonito para todos los peloteros, para toda la afición, para la directiva y para el béisbol.
“Sobre todo para la afición, que para mí es la mejor afición que hay en el béisbol. Siempre está gritando y apoyándonos en cualquier momento”.
De ahí en adelante, Castilla seguiría destacándose con el madero en los Rockies, equipo con el que disparó un total de 239 cuadrangulares entre tres estadías diferentes. En el 2006, el oaxaqueño se retiró de la Gran Carpa como el mayor jonronero mexicano en la historia de las Mayores, con un total de 320. Dicho récord sigue vigente hasta hoy día.
Para el 2019-20 en la Liga Mexicana del Pacífico, Castilla vuelve al timón de su equipo de tantos años, los Naranjeros. Llevando de nuevo el número 9 de la novena (retirado, pero reactivado para él), Castilla tratará de mejorar los resultados de un equipo de Hermosillo que fue eliminado en la primera ronda de los playoffs de la LMP en enero de este año.
“Mi vida, desde que salí de mi casa, ha estado llena de retos”, comentó Castilla al respecto. “Es un reto grande para mí, ya que vengo a dirigir uno de los más grandes equipos en la pelota mexicana. Pero me siento listo y con la capacidad para sacar adelante al equipo”.