Después de 28 años, Rommel Pacheco puso fin a su carrera en Tokio, con la espinita de no ganar medalla, pero no considera que haya ido con una deuda sin cumplir, pues su trayectoria fue ejemplar y lo ganó casi todo.
“Tengo de todo, la única con la que me habría encantado cerrar con broche de oro era con la que se escapó en Tokio. Me han preguntado si me voy satisfecho y sí, después de 28 años, de estar con muchas competencias, los Juegos Olímpicos eran como la cereza del pastel, pero me voy feliz por haberlo dado todo”, dijo en entrevista con Telediario del Canal 6.
Con preseas conseguidas en Campeonatos Mundiales, Juegos Panamericanos y Centroamericanos, el clavadista sabe que se esforzó al máximo y nadie le puede recriminar sobre sus actuaciones en cuatro Juegos Olímpicos desde Atenas, ausente solo en Londres.
“No hay nada que me pueda decir alguien que me faltó hacer o que hubiera hecho esto. Lo di todo y no hay nada que se me pueda reprochar, me voy feliz y contento con la entrega en estos 28 años”, aseveró el originario de Mérida.
Atleta por naturaleza
Desde que tiene memoria, Rommel ha estado muy cerca de los deportes. Practicó natación desde los tres años y también jugó futbol, aunque reconoció que este deporte no era lo suyo.
Con acercamientos a beisbol, gimnasia, voleibol y basquetbol, Pacheco se interesó por los deportes, pero conoció los clavados gracias a una visita de Fernando Platas a Mérida en 1993. Ahí inició su camino en la disciplina, mudándose a la Ciudad de México en 1999 para volverse atleta de alto rendimiento.
“Si seguía en Mérida, lo iba a hacer de hobby, pero si quería crecer y alcanzar algo bueno, tenía que venir al Comité Olímpico”, comentó Rommel, quien siempre recibió apoyo de sus padres antes de la llegada de patrocinios. “Así crecí, con mis papás tocando puertas de políticos, empresarios, del vecino y del tío para que yo pudiera competir”.
Su siguiente reto
Rommel se concentra en su carrera como diputado federal del tercer distrito de Yucatán por el Partido Acción Nacional.
“Después de tres años veremos hacia dónde me toca ir… lo importante es trabajar de la misma forma que en el deporte: disciplinado, honesto, transparente y hacerlo bien, para que cuando vuelva decirle a la gente lo que hice me den un voto de confianza”.