Ferrari llega al GP de China con sed de revancha
La Fórmula Uno celebra este fin de semana en China el Gran Premio número mil de su historia, una carrera a la que Ferrari y su joven piloto monegasco, Charles Leclerc, llegan con deseos de revancha tras el triste final de Bahréin hace dos semanas.
En su segunda carrera el volante de un Ferrari y la número 23 en su corta carrera en la Fórmula Uno, Leclerc logró a sus 21 años la pole el sábado y se encaminaba el domingo hacia su primera victoria en la disciplina, cuando el motor de su monoplaza comenzó a fallar a falta de 10 vueltas y se vio superado por los Mercedes de Lewis Hamilton, ganador de la carrera, y de Valtteri Bottas.
''Espero que el coche sea tan bueno como en Bahréin con el fin de poder seguir peleando por los resultados que merecemos'', comentó sobriamente Leclerc, quien acabó en el tercer peldaño del podio de Bahréin, en un comunicado difundido por su escudería.
Al menos, Ferrari pudo detectar el fallo: un corto circuito en una unidad de control del sistema de inyección. Esta avería, que la Scuderia nunca había sufrido, no provocará un cambio de motor, limitados a un número preciso durante la temporada que, si se sobrepasa, el piloto es sancionado con varias plazas en la parrilla de salida.
Duelo entre dos
Por otro lado, el piloto británico Lewis Hamilton (Mercedes) aseguró que el duelo por el campeonato del mundo de Fórmula Uno sigue siendo principalmente entre él y el alemán Sebastian Vettel, y que no ve que pronto vaya a haber un relevo.
''En este momento somos Sebastian y yo y no creo que eso vaya a cambiar pronto'', apuntó el cinco veces campeón del mundo en una rueda de prensa en Shanghái.
El piloto respondió así a una pregunta sobre la posibilidad de que este año el campeonato sea más abierto, con nuevos pilotos y nuevas escuderías a la caza del duopolio Mercedes-Ferrari y de que sea el fin de la máxima rivalidad vivida en los últimos años entre Hamilton y Vettel.
''No veo que vaya a venir pronto el cambio, por el momento somos nosotros''.