Nuevo presidente de la CBF busca lavar imagen de escándalos
El próximo presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol asumió el puesto el martes, en medio de la esperanza de sus aliados de que pueda limpiar la imagen de una entidad atribulada por escándalos. Rogerio Caboclo, un abogado financiero de 46 años, fue el único candidato y sigue a un grupo de dirigentes que han sido desacreditados, investigados, suspendidos por la FIFA e incluso encarcelados por corrupción.
Uno de sus predecesores, Marco Polo del Nero, fue clave para la elección de Caboclo al eliminar a varios candidatos para la contienda. El expresidente de la CBF, al frente entre 2015 y 2018, no viaja fuera de Brasil debido al riesgo de un arresto inminente. Los mayores retos para Caboclo serán poner fin a la sequía de títulos de Brasil en la Copa Mundial, que data del 2002, apuntalar a las selecciones juveniles y alejar el organismo rector del fútbol nacional de los escándalos. Su lema electoral fue “transparencia y eficiencia”. Además de dirigir la confederación, Caboclo encabezará el comité organizador de la Copa América de este año, que se jugará en Brasil del 14 de junio al 7 de julio.
Caboclo comenzó en el fútbol a inicios de los 2000 como director financiero del club Sao Paulo. Posteriormente tuvo el mismo cargo en la federación del estado de Sao Paulo, encabezada por Del Nero. Trabajó además en el comité organizador de la Copa del Mundo del 2014 como enlace entre la FIFA y la Confederación, encabezada entonces por José María Marín, que actualmente cumple una condena de cuatro años en prisión en Nueva York por corrupción. Saint-Clair Milesi, el ex director de comunicaciones del Mundial de Brasil, dijo que el estilo de Caboclo puede mejorar la imagen de la CBF.
“Fue una presencia calmante en nuestro comité cuando Marín se hizo cargo de la confederación debido a las investigaciones a su predecesor, Ricardo Teixeira”, dijo Milesi a The Associated Press. "Caboclo era el que estaba lidiando con los problemas más difíciles de una forma que Marín podía entender y tomar decisiones. Además habla inglés, que es importante para un jefe de la confederación”. Caboclo fue además el jefe de la delegación de Brasil a la Copa del Mundo en Rusia. En un paso que sus aliados dicen es ejemplo de su discreción, consiguió calladamente el apoyo de más de 30 ejecutivos brasileños de fútbol pagando sus viajes con fondos de la confederación.
Caboclo, además, recibió crédito por una renegociación de los derechos televisivos de la Copa de Brasil en 2018, que hicieron que el campeón del torneo ganase 15 millones de dólares en premios, casi cinco veces más que el acuerdo previo. Pero también tiene adversarios. El exdelantero Romario, ahora senador, dice que va a tratar de sacar a Caboclo del puesto por medio de la justicia debido a su conexión con Del Nero.
Caboclo también tendrá que mejorar las relaciones de Brasil con otros ejecutivos del fútbol sudamericano aún molestos con la decisión de Antonio Carlos Nunes de Lima, que presidió la Confederación tras la suspensión de Del Nero, de votar en favor de Marruecos como sede de la Copa del Mundo del 2022. Los otros sudamericanos votaron por la candidatura de Estados Unidos, Canadá y México.