El futbol en México no es negocio: Rafa Márquez
Por lo menos en dos ocasiones se dijo que compraría al Atlas para darle otro rumbo económico y deportivo; sin embargo, hoy en día Rafael Márquez Álvarez, con la tranquilidad que le da estar de vacaciones y planeando su partido de despedida, le da la voz autorizada para platicar el por qué no se animó a adquirir a los Zorros, es decir, por qué no quiere ser un dueño en la Liga MX, señalando principalmente que no es negocio.
“Es difícil el medio del futbol mexicano, yo que lo he vivido como jugador y ahora en poco tiempo de directivo, es difícil manejarse en un medio como tal y más allá el futbol no es negocio, si es que no trabajas con tus Fuerzas Básicas, para producirlos bien, después intentar venderlos, pocos hacen eso y hoy en día tienen éxito deportivo. Han gastado millones de dólares para traer gente de afuera para tener resultados rápido, pero el futbol no es negocio como tal”, apuntó el “Káiser” a la emisión Radio Centro Deportes.
LEER TAMBIÉN: Una despedida llena de estrellas y con causa
Fue hombre clave para el Atlas, Barcelona, Mónaco, León, Red Bulls y Hellas Verona, pero sobre todo para la Selección mexicana, en donde siempre estuvo al pie del cañón, salvo la Copa América Centenario, en donde le solicitó permiso a Juan Carlos Osorio de volver a Guadalajara para estar en el nacimiento de su hijo, previo a su partido ante Chile, que terminó en la histórica goleada de 7-0.
No obstante, Márquez considera que los fracasos en Selecciones con límite de edad, así como la negativa de algunos jugadores de la Selección Mayor para acudir al llamado de cara a la Copa Oro, se debe al conformismo y a la fama mal encaminada de algunos elementos.
“Yo creo que sí existen muchos problemas, hay que sacarlos de raíz. El ir desde la formación de jugadores. Ha evolucionado tanto el futbol, desde la fama, el dinero, el conformismo; el jugador ya tiene menos hambre de competir, de ver qué hay más allá de México, de ganar menos de lo que se gana acá, eso va directamente en el desarrollo de los chavos”.