Fernando Tatis padre ayuda a nuevas generaciones
El dominicano Fernando Tatis es recordado entre muchas cosas por ser el único beisbolista en las Grandes Ligas que pegó dos cuadrangulares con las bases llenas en un mismo inning. La gran hazaña ocurrió el 23 de abril de 1999 ante los Dodgers. El toletero de los Cardenales de San Luis también conserva el récord de ocho impulsadas en una misma entrada, todo el daño ocasionado ante el lanzador coreano Chan Ho Park.
Para muchos representa un enigma la carrera de Tatís durante 11 temporadas en MLB. Luego de 1999 no pudo dejar los mismos números de .298 en promedio ofensivo, 34 jonrones y 107 impulsadas. Hoy en día dedica su tiempo a la familia y a entrenar incansablemente a nuevos prospectos dentro de su academia en San Pedro de Macorís, República Dominicana.
“Extraño todo del béisbol, es una parte importante de mi vida”, le dijo Tatís a LasMayores.com hace poco.
Este 2019 ha sido un año de reencuentros para Tatís. Su hijo Fernando ha brillado con los Padres de San Diego en la Gran Carpa, hasta el punto de encontrarse en la conversación por el Novato del Año.
“Su talento y habilidades vienen de Dios. Eso lo hace más grande aún”, refiere sobre su hijo.
Regresando a su carrera de 11 campañas y seis organizaciones en la que acumuló .265 y 113 cuadrangulares, Tatís aclara que las lesiones lo afectaron demasiado, alejándolo de su mejor rendimiento.
“Después de 1999 tuve múltiples lesiones. También me desencanté con el cambio que me envió a los Expos de Montreal, por lo que decidí mi retiro del béisbol”.
En diciembre del año 2000, los Cardenales cambiaron a Tatís junto a Britt Reames hacia los Expos por Dustin Hermanson y Steve Kline.
El dominicano disputó tres campañas en Montreal. Las lesiones le permitieron completar sólo 208 partidos en ese lapso. Luego del 2003, Tatís se decepcionó y detuvo la actividad dentro del béisbol.
“Entre el 2004 y el 2005 no hice nada. Sólo compartir con mi familia”.
Pese a regresar brevemente en el 2006 con los Orioles de Baltimore y 2008 al 2010 con los Mets de Nueva York, para Fernando sólo queda la nostalgia de lo que pudo haber sido y no fue. Más contando con las potencialidades que poseía para destruir a lanzadores y poner grandes números, la fortuna no le acompañó.
“Faltaron muchas cosas. Nunca estuve satisfecho, porque sabía que podía darle al juego lo que él me pedía”.
Ahora Tatís se concentra en el presente. La historia de su hijo y la voluntad de mantenerse entrenando a nuevos prospectos, formándolos y entregando toda la sabiduría que posee, son las nuevas metas de aquel slugger que enamoró en 1999 y es considerado una leyenda en la República Dominicana.
“Es un reto que me gusta porque sé que puedo ayudar a otros a desarrollar sus habilidades”.