Despiden a Mantequilla; rinden honores al gran campeón
Familiares, amigos y el mundo de boxeo despidieron a José Ángel Mantequilla Nápoles, leyenda del pugilismo mexicano y mundial.
Desde los primeros minutos de ayer los restos mortales de Nápoles, nacido en Cuba, pero quien vivió en México las últimas cuatro décadas, adoptando la nacionalidad, fueron velados por su familia y amistades más cercanas en una funeraria de la colonia Juárez.
Desde las 9:00 horas, el servicio funerario se volvió público; entre los primeros en asistir estuvieron los excampeones Carlos Cañas Zárate y Rafael Bazooka Limón, además de José Ángel Nápoles III, nieto de Mantequilla, y quien no ha perdido en sus primeros ocho combates como boxeador profesional (seis victorias, dos empates).
Mauricio Sulaimán, presidente del CMB, recordó cómo fue que, a raíz de la difícil trayectoria de Mantequilla Nápoles en pos de una oportunidad de título mundial, se cambiaron las políticas para los retadores.
Es una gran responsabilidad tener el nombre de mi abuelito”, dijo Nápoles III. “Él fue una leyenda del boxeo, pero también fue un abuelo cariñoso que me enseñó el amor al boxeo; ahora yo sólo quiero mantener vivo el legado, pero no buscar hacer lo que él hizo”.
Nápoles tuvo que ganar 59 peleas antes de recibir su primera oportunidad por el cinto del mundo. Su caso llamó tanto la atención que el CMB instituyó desde entonces la figura del retador oficial.
Desde entonces el vigente campeón tiene que pelear frente a quien el organismo considere el mejor en ese momento, una vez al año. “Mantequilla estuvo seis años siendo el mejor welter sin que un campeón le diera la oportunidad”, recordó Mauricio Sulaimán, titular del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), el primer organismo que coronó en peso welter a Mantequilla, en 1969. “Sonaba como una injusticia, pero no estaba reglamentado”.
A las 14:30 horas se brindó un servicio religioso; a las 16:00 horas los restos del campeón fueron trasladados al Panteón Dolores.