Rendón vuelve a Houston, para enfrentar a Astros
Anthony Rendón recuerda claramente su primera visita al Astrodome. Era un niño, y acudió para ver a sus adorados Astros de Houston.
“Era realmente pequeño entonces, pero el recuerdo sigue en mi cabeza”, dijo pelotero de los Nacionales de Washington.
Se emocionó entonces por ver a Craig Biggio, Jeff Bagwell y Derek Bell, pero hubo algo más que le llamó la atención. Era la condición del estadio, otrora envidiable y en aquellas fechas decadente, muy cerca de la fecha en que dejó de ser la casa de los Astros.
“Era un lugar que olía mal”, recordó. “Hicimos un recorrido, como una visita tras bambalinas, y aquel lugar era realmente sucio y apestoso”.
Esta semana, el pelotero de padre mexicano vuelve a la ciudad donde nació, y no lo hace como fanático, sino como una de las figuras de los Nacionales de Washington que buscarán conquistar su primera Serie Mundial, contra el equipo al que Rendón adoraba en su niñez.
El Astrodome cerró sus puertas hace mucho tiempo. Este martes por la noche, Rendón tendrá la oportunidad de dar un espectáculo para familiares y amigos en otro estado techado pero nada pestilente, el Minute Maid Park.
Rendón rio y meneó la cabeza cuando se le preguntó cuántos boletos había pedido para el primer juego.
“De verdad no lo sé”, respondió el antesalista. “No puedo dar un número, pero definitivamente van a ser muchos”.
Eso sí, sus invitados tendrán que acatar una regla que les ha impuesto: Si les consigue un boleto, deberán apoyar a los Nacionales.
“Sí, definitivamente”, recalcó.
Rendón suele ser discreto e inexpresivo en el terreno. Esta semana, admitió que su actitud sería algo distinta. Finalmente, había pasado toda su vida en Houston antes de que los Nacionales lo reclutaran en el draft, procedente de Rice, como la sexta selección general en 2011.
“De niño, obviamente yo quería jugar para el equipo de mi ciudad”, reconoció. “Pero creo que esto sirve también”.
Antes de que Rendón brillara en Rice, lo hizo en la secundaria de Lamar, ubicada en el adinerado vecindario de River Oaks, en Houston. David Muñoz era un asistente en Lamar cuando Rendón jugaba ahí, y sigue en la escuela, ahora como el entrenador principal.
Muñoz sigue en contacto con Rendón, y se mostró feliz por hablar de quien fue su pupilo.
“Su mayor cualidad es que él no ha cambiado”, dijo Muñoz el lunes. “Es un chico que aún no se deja atrapar por ciertas cosas, como el ego y la comercialización. No es egoísta en absoluto, es la misma persona que estaba acá en Lamar”.
Algo que tampoco ha cambiado en Rendón es su capacidad para realizar grandes jugadas. En la presente campaña, lideró la Liga Nacional con 126 impulsadas.
“Lo que lo distinguía, más que otra cosa, era su capacidad de responder en situaciones clave para nosotros”, rememoró Muñoz. “Mientras más apremiante era la situación, mejor lucía él. Y su actitud no ha cambiado jamás. Es muy tranquilo y siempre sonríe”.
La sonrisa fue visible el lunes, durante el día de prensa de la Serie Mundial. Numerosos reporteros se arremolinaron en torno de Rendón.
El comienzo de las entrevistas fue interrumpido por su compañero Kurt Suzuki, quien pasaba por ahí y notó el revuelo.
“Sí, ya sabemos”, le reprochó en broma. “Eres de Houston”.