Canó enfocado en mantenerse sano en el 2020
Robinson Canó recitó un nombre tras otro: Derek Jeter. Alex Rodríguez. Gary Sheffield. Mariano Rivera. Jorge Posada.
A principios de su carrera, Canó militó junto a dichos jugadores y quedó asombrado con la manera en que esos exitosos Yankees lograron prosperar con 30 y tantos años. En aquel entonces, el dominicano era un veinteañero que acababa de llegar a Grandes Ligas. Su cuerpo estaba en condiciones óptimas. No tenía que preocuparse por la rigidez que eventualmente padecería con la edad
“Todos esos muchachos jugaron 16, 17,18, 19, 20 años en las Mayores”, señaló Canó. “Poder jugar todos los días, y no solamente jugar, pero rendir y jugar a un alto nivel … cuando eres niño sueñas con poder ser así cuando llega a esa edad. Porque nunca sabes qué aguarda el fuAhora, Canó, quien cumplió 37 años en noviembre, es el jugador más veterano en el clubhouse de los Mets. Viene de una temporada en la que perdió bastante tiempo debido a lesiones de cuádriceps, corva y mano. Dejó una línea no característica de .256/.307/.428 en parte por su presencia inconsistente en la alineación de los Mets.
Canó entiende que mantenerse saludable no le será más fácil a medida que envejece, por lo que está tomando precauciones. Este invierno, dedicó más tiempo que de costumbre a fortalecer los músculos principales de las piernas. Tras arribar al campamento de los Mets, no vio acción durante la primera semana de la Liga de Toronja, debutando el viernes con dos visitas al plato como bateador designado en los que se fue de 0-1 con un boleto.
Tras bastidores en Port St. Lucie, Canó se sometió a pruebas para asegurarse de que sus corvas y cuádriceps estuvieran en buenas condiciones. Tiene previsto volver a fungir como bateador designado el domingo y jugar en la segunda base por primera vez el martes, con días libres en el medio.
“El cuerpo siempre te va a dejar saber cómo te sientes”, dijo Canó. “Nunca quiero verme en una situación en la que el cuerpo me diga, ‘¿Sabes qué? Tienes que descansar o tienes que trabajar más’. Eso fue lo que aprendí de los mejores cuando llegué [a Grandes Ligas] y vi todas las cosas que hacían -- por qué duraron tanto tiempo en el béisbol, por qué jugaban tan bien a tan avanzada edad, cómo jugaban tan bien, cómo se mantenían en el deporte”.turo”.
Los Mets tiene cuatro años más y US$96 millones invertidos en Canó, por lo que les interesa que el oriundo de San Pedro de Macorís se mantenga saludable, sea que lo usen en 130, 140, 150 juegos o hasta más. Cuando el capataz de los Mets, el dominicano Luis Rojas, conversó con Canó sobre su carga, los dos decidieron que no fijarían una meta de cuántos partidos deba disputar el intermedista.
En lugar de ello, Canó dejará que sea su cuerpo el que hable. Y promete hacerle caso.
“A estas alturas de mi carrera, lo que quiero es salir a ayudar al equipo a ganar juegos y poder ganar otra Serie Mundial”, dijo Canó.