Jessica Zamora ha formado parte de los medios de comunicación por más de una década y siempre ha buscado hacer su trabajo de la mejor manera, siempre manifestando sus valores como persona, como mujer.

En los medios de comunicación también, tristemente, se ve discriminación y violencia de género.

“Obviamente que estoy en contra como mujer y como ser humano”, dijo Jessica. “Rechazo cualquier acto de violencia, soy mami de una niña de 4 años y me gustaría verla crecer en una sociedad que respete al prójimo y sobre todo, en una sociedad con valores”.

Expresó que siempre ha tenido a “grandes caballeros” como compañeros de profesión a lo largo de su vida laboral, pero sí le tocó recibir comentarios desagradables por parte de un jefe que tuvo; se le preguntó en ocasiones si “sabía de futbol”, a lo que ella contestó siempre con respeto, defendiendo su propio conocimiento y preparación.

Dicha preparación es la que recomienda a todos los que buscan trabajar en los medios, para que nunca se detenga el trabajo que pueden realizar y ese mismo, sea expuesto de la mejor manera.

Y considera que los medios ya no hipersexualizan la imagen de la mujer como antes, dándole así su lugar.

“Me parece que antes sí, ahora creo que en cuanto a los medios de comunicación, sobre todo en el ámbito deportivo, priorizan el conocimiento sobre la imagen de la mujer y creo que eso ayude para que la sociedad modifique su forma de pensar en cuanto a las mujeres”, concluyó.

Montañistas mostraron su apoyo al movimiento feminista #UnDíaSinNosotras, el pasado 08 de marzo, pues decidieron subir hasta la cumbre del volcán Iztacchíhuatl para colocar un mega listón morado en ''La Mujer Dormida o Mujer Blanca'', como es conocido dicho volcán.

''Colocamos esos 40 metros de tela para alzar la voz desde lo más alto y que se escuche en cada rincón que estamos hartos, cansados, tristes y enojados. Que así no queremos seguir viviendo''', se lee en al publicación de uno de los montañistas.

El volcán Iztaccíhuatl es  el tercer más alto de nuestro país; el primero es el Pico de Orizaba y el segundo el Popocatépetl que se eleva a más de 5,540 metros sobre el nivel del mar, mientras que el Izta alcanza los 5,286 metros, justo donde está el pecho de la llamada “mujer dormida”. Ambos forman parte del Parque Nacional Iztaccíhuatl-Popocatépetl Zoquiapan, el cual tiene una gran biodiversidad dentro de una superficie aproximada de 40 mil hectáreas. Es una de las áreas naturales protegidas más antiguas del país, desde 1935.

El volcán comenzó a formarse hace 1.7 millones de años de atrás. Cuenta con varios picos (entre ellos la cabeza, el pecho y los pies) y conos o chimeneas en la cumbre. Se le considera “sísmicamente activo”.

Iztaccíhuatl o “mujer blanca” es una palabra náhuatl compuesta por dos vocablos: iztac (blanco) y cihuatl (mujer). Es más común que se le llame “mujer dormida” por la forma de su silueta.

Por si no lo sabías, este parque nacional lo comparten Morelos, el Estado de México y Puebla.

El Iztaccíhuatl se consideraba una montaña sagrada en la época prehispánica, pues se han encontrado, tanto en su cima como en los alrededores, vestigios arqueológicos de fragmentos de obsidiana, instrumentos musicales, vasijas y otras piezas que eran utilizadas durante los rituales dedicados a Tláloc.

Cómo llegar. Uno de los principales accesos desde Ciudad de México es por la carretera federal Chalco-Cuautla que pasa por Amecameca y se desvía hacia San Pedro Nexapa, hasta llegar a Paso de Cortés. Desde Amecameca, son 23 kilómetros.

México hoy tiene un matiz diferente. Este 9 de marzo, un día después del Día Internacional de la Mujer, ellas han puesto de manifiesto, en su gran mayoría, el llamado a Un Día sin Nosotras.

Y su ausencia en las calles se nota. En la escuela, en los bancos, en el transporte público… Es un lunes fuera de la normalidad.

En las calles de los alrededores de Palacio Nacional, las cuales siempre lucen llenas de personas que acuden a realizar comprar, hoy se observa poco movimiento. Se hace evidente que el vacío ocurre porque hay pocas mujeres caminando.

Calle Moneda, por ejemplo, tradicionalmente abundante de transeúntes desde las 6:00 horas, este lunes está prácticamente vacía. A diferencia de todos los días, es fácil caminar entre ella.

También en la Ciudad de México, cerca de los tribunales en Avenida Niños Héroes, hay mujeres trabajando pero no las suficientes para generar la bulla acostumbrada.

La mayoría de los puestos ambulantes que se colocan en Dr. Jiménez y Claudio Bernard trabajaron excepto el de medias, los de cosméticos, el de postres y los de ropa para mujer. Todos ellos atendidos por mujeres.

En el Metro no hay vendedoras de boletos. Por ello, en algunos casos, los policías que resguardan los torniquetes dieron paso libre a los usuarios que necesitaban cargar su tarjeta o comprar el acceso.

Una vez dentro de los andenes, la notoria ausencia femenina fue más evidente. Pocas de ellas acompañaban el viaje a los varones, los espacios destinados para las damas casi vacíos. Eso sí, las mujeres policías, al pendiente de cualquier abuso. En el Metrobús algo semejante.

Los salones de las universidades fueron territorio de varones. Ni una de ellas, no por gusto, por derecho.

En el Senado de la República las actividades se mantienen a medio hacer. Los trabajadores, todos varones, dan vueltas y comentan entre ellos que el día "está muerto", toman café y se saludan normalmente.

En el día del Paro Nacional de Mujeres no hay mujeres de limpieza, que son su mayoría en el Senado, solo hay un chico limpiando los baños y colocando papel.

En Nuevo León, la Cámara de la Industria de la Transformación estimó que la ausencia de mujeres a su trabajo en el estado durante el paro nacional tendrá un impacto económico por más de 580 millones de pesos.

En 2019, las empleadas de la industria local representaron el 38% del personal ocupado, con cerca de 200 mil trabajadoras en puestos administrativos y de operación, según el organismo empresarial.

En el estado de México, en Los Reyes La Paz, las mujeres decidieron salir a las calles.

"No quisimos quedarnos en la casa, quisimos salir para honrar a las que ya no están con nosotras, para exigir justicia por ellas", dijo una de las oradoras.

Decenas de mujeres de varias comunidades del municipio mexiquense, algunas con sus hijos, realizaron una marcha este lunes en el que se convocó a que ninguna de ellas se moviera.

Pero lo hicieron, se movieron por calles de esta localidad donde, dicen, es inseguro caminar a cualquiera hora del día.

Pero no fue igual para todas.

Brenda vende fruta y sándwiches en la esquina de Reforma e Insurgentes. Pese al Paro Nacional de Mujeres, convocado por distintos grupos feministas, este día asistió a realizar su trabajo de manera cotidiana, pero hubo una diferencia abismal: vendió la mitad de sus productos.

"Aquí nos damos cuenta de que sí consumen más las mujeres que los hombres, puede ser que ellas sí desayunen, o que los hombres sean más tacaños, pero me voy a casa sin mi día completo", dice un poco triste.

En el sector informal, mujeres trabajan con normalidad.

En las inmediaciones del metro Candelaria y el metro Merced, este 9 de marzo es como cualquier día para las mujeres trabajadoras.

Aunque ellas dicen respaldar el Paro Nacional Feminista al que se convocó hoy, no pudieron dejar de trabajar "porque no tenemos el sueldo asegurado".

Como lo ha hecho desde hace 10 años, Martha Estela salió a poner su puesto de pijamas en una calle que está muy cerca de la Cámara de Diputados. En un día bueno puede ganar hasta 300 pesos, dinero utilizado para pagar sus alimentos y el de su familia.

Contrario a lo que aconteció en otros estados o partes del estado, en Ensenada comercios y empresas tuvieron presencia femenina, excepto las entidades gubernamentales y escuelas de gobierno.

Desde temprana hora, los establecimientos como gasolineras, farmacias, fondas y restaurantes se pudo ver el trabajo de las mujeres, así como en empresas maquiladoras.

La zona centro, lució como una día normal aunque, trascendió que más de 150 mujeres policías y de oficinas de gobierno no asistieron a sus labores.

“Tengo que salir porque es un día normal, no viene marcado como oficial o como una prestación que tengamos las mujeres”, externó una trabajadora farmacéutica de la zona centro.

Por otra parte, Liliana trabajadora de una empresa maquiladora ubicada en la colonia Obrera, resaltó que les había advertido de no pagar el bono de puntualidad y descontar el día, si no asistían.

Con 26 años de edad, una de las boxeadoras más maduras y talentosas de los encordados es Kenia Enríquez.

Esa madurez la ha llevado a salir adelante en su carrera en el ring y en su vida personal, siempre defendiendo sus ideas.

Si bien ha tenido cinturones en su haber, la integridad como persona es lo que sobresale en ella y nunca ha callado su forma de ver la vida.

“Por el deporte en el que estoy lo he sufrido desde el día uno que no te acepten, que no creen que tienes la capacidad y posibilidad de hacer ya que es un deporte de ‘hombres’”, aseveró Kenia ante la violencia de género que, lamentablemente, se ve diario en el país.

“Vivo, la verdad, en un mundo de hombres, llevo 13 años Haciendo el mismo deporte y es muy difícil encontrar en un gimnasio que haya más mujeres que hombres, entonces siempre existe esa discriminación o trato diferente pero siempre lo he sabido sobrellevar y he luchado contra él”.

Desde muy chica ha peleado por oportunidades en el box y ha cumplido sus objetivos, porque ha sido capaz de ser referente en el pugilismo basándose en el trabajo y el hacerse valer como persona y mujer, algo que recomienda a otras mujeres, esforzándose día a día dando su mejor versión ante cualquier adversidad  e injusticia.

“La violencia existe, la vivo todos los días de diferentes maneras, cuando las veo noticias y veo que hay más muertes por feminicidios por el coronavirus la siento, existe es algo latente que está ahí”.

También sabe que en muchos medios de comunicación no solamente se busca hipersexualizar la imagen de la mujer, sino proyectar lo que realmente son, personas que trabajan, luchan y defienden su ideales en búsqueda de una real equidad de género, destacando sus actividades.

“Ayudan mucho a ver a estas nuevas mujeres, nuevas caras, fuertes, profesionistas, atletas, mamás empoderadas, emprendedoras, ya no somos sólo una cara y cuerpo bonito”, dijo la boxeadora.

“Ahora también hay cabezas y cerebros inteligentes, hay mujeres que piensan, que actúan y que luchan”, concluyó siempre apasionada por tratar de poner su granito de arena ante las problemáticas sociopolíticas del país, no solamente siendo líder de opinión en su deporte.

Doña Loretito nada sabe del Día Internacional de la Mujer, ni que este lunes la mayoría de las mujeres decidieron dejar de trabajar, para protestar por los feminicidios y la violencia de género.

Ella, como muchas otras del Centro de Acopio en Villa Milpa Alta, salieron a vender sus productos como todos los días, por lo que en este mercado el “9M” simplemente no existe; todo se desarrolla con normalidad.

"¿Cuál paro?, ¿quién lo ordenó? Si dejo de trabajar, pues no como. Así de simple. Hay que chingarle, porque no hay de otra", dijo sin dejar de mover las tijeras para cortar los pollos.

La señora Justina García, propietaria de ese negocio en San Pablo Oztotepec, alcaldía Milpa Alta.

Pero no sólo Doña Justina decidió no "protestar", sino que en este pueblo del sur de la capital la actividad fue normal. Las mujeres no desaparecieron de tortillerías, carnicerías, tiendas de abarrotes, de ropa, comida. Todas ignoraron el "9M".

Incluso, en el transporte público desde temprano llegaron las pasajeras de siempre, con grandes bultos de nopales, elotes y otras verduras, para trasladarse al Centro de la capital.

"¿Qué es eso del Día Internacional de la Mujer? Nadie me dijo que hoy teníamos que quedarnos en casa. Ojalá y esos que llamaron al paro, me mandaran dinero para comer.

"Yo dejo de trabajar y quién me va pagar la renta, la comida y para mandar a mis chamacos a la escuela. Eso es puro cuento", dice molesta Doña Carmen, mientras acomoda los bultos de su mercancía.