La escena imaginada por Dana White parecía una locura pero lucía también emriagadora para los fanáticos de las artes marciales mixtas.
Un octágono estaba emplazado en medio de las palmeras que se bamboleaban sobre una playa de arenas blancas. Las olas embestían contra la costa mientras varios combatientes intercambiaban golpes dentro de la jaula y debajo del sol tropical.
Meses después, el proyecto que se conoce ahora como la Isla de las Peleas es real, y está listo para albergar los primeros pleitos.
Y aunque el lugar no es exactamente el paraíso tropical que evoca su nombre, el octágono instalado dentro de una arena de aire acondicionado en la isla Yas de Abu Dhabi se encuentra confinado también en una especie de burbuja, que parece difícil de reventar.
“Es la cosa más grande que hemos emprendido”, dijo White, el dueño de la UFC. “Mi mentalidad siempre me ha dictado que hay una solución para cada problema”.
La pandemia de coronavirus es un problema sin precedente para el deporte profesional moderno. Sin embargo, White aprovechó las ventajas de movilidad y dimensión que tiene la UFC y reanudó sus competiciones más rápido que otras ligas y giras.
White dijo que jamás se preocupó por el hecho de si sería conveniente seguir ofreciendo espectáculos. Sólo le inquietaba saber para qué obtendría permiso y cómo podría organizar eventos con medidas adicionales de seguridad.
La UFC pasó sólo ocho semanas sin ofrecer funciones, antes de organizar ocho eventos en Jacksonville y Las Vegas. Sin embargo, White sabía que pronto se quedaría sin peleadores que tuvieran su sede en Estados Unidos, a menos que realizara las peleas en un lugar menos afectado por las restricciones de viaje.
Así que se asoció con sus viejos amigos del gobierno de Abu Dhabi para crear un oasis de los combates. La isla de Yas es un destino turístico moderno, con parques de diversiones, centros comerciales y una pista de Fórmula Uno.
Decenas de gladiadores y sus equipos han viajado ya desde distintas partes del mundo a la Isla de las Peleas, donde se relajan en hoteles de lujo y entrenan para sus combates.
La Isla de las Peleas albergará cuatro funciones de en 14 días, comenzando con tres combates de campeonato en el evento UFC 251, previsto para este fin de semana. Aunque la UFC volverá a Las Vegas en agosto, White dijo a The Associated Press que realizaría numerosas peleas en Yas este año e incluso después.
“La Isla de las Peleas es algo indefinido por ahora”, comentó el magnate. “Me encanta el lugar. En este viaje, probablemente buscaré casas o un condominio para comprar allá. Hay restaurantes y hoteles increíbles. Es un gran lugar”.
En la isla, casi seis millas cuadradas (15,54 kilómetros cuadrados), se han reservado como “zona de seguridad” para unas 2.000 personas involucradas con la producción de las contiendas de la UFC durante las próximas tres semanas. Las personas dentro de la zona debieron someterse a una cuarentena de 14 días.
Todos dentro de esta área han pasado por varias pruebas de coronavirus.
La organización promotora de combates sigue los mismos protocolos de salud y seguridad que parecieron funcionar espléndidamente durante los últimos dos meses. La UFC ha anunciado apenas unos cuantos casos positivos de COVID-19, con interrupciones mínimas en el calendario y sin brotes significativos.
White admite que tiene ventajas significativas sobre las organizaciones de deportes de conjunto.
En sus espectáculos, no hacen falta más de 20 o 24 deportistas. Se trata de competiciones entre individuos, coordinadas por un grupo experimentado y entrenado de trabajadores.
La UFC se encarga incluso de toda la producción televisiva de sus peleas para ESPN y sus clientes internacionales.
“Los atletas que se involucran en los deportes de combate están más concientizados para cerciorarse de tener un ambiente limpio, consideró Lawrence Epstein, director de operaciones de la UFC. ”Ya sean infecciones bacterianas u otras cosas que pueden pasarte si no limpias tu espacio y no comienzas con tu propia higiene, estamos acostumbrados a mantenernos un poco más seguros que todos los demás. Y nuestros deportistas se han habituado a someterse a una tremenda cantidad de pruebas”.
Epstein afirma que la UFC está ansiosa por ayudar a cualquier otra entidad deportiva que quiera consejos. Consideró que sus planes son de “código abierto”.
White sabe también que sus métodos difícilmente serían factibles en otras ligas.
“Tengo a 600 peleadores con contrato”, dijo White. “La NFL tiene Dios sabe cuántos jugadores (casi 2.000). Es muy difícil controlar a esa gente. Son adultos, pueden hacer lo que quieran. Yo, sinceramente, no sé cómo dar consejos a ninguno de estos otros tipos. Para estas ligas el problema es más financiero que de otra índole, una carga financiera colosal sobre las ligas deportivas. Han perdido los ingresos por boletos, venta de alimentos, bebidas, aparcamiento, es devastador”.
La UFC está apuntalada por su convenio de derechos televisivos con ESPN, por 1.500 millones de dólares, además de los ingresos por la venta de peleas en la modalidad de “pago por ver”, la cual se robustecería este año.
Mientras que la NFL y el fútbol americano colegial buscan formas de tener fanáticos en los estadios este otoño boreal, White se da el lujo de manejar su negocio bajo el supuesto de que no habrá más público en el graderío.
“Es algo que ni siquiera consideramos por ahora”, dijo.