Ante el confinamiento, Sugar Ray asiste a reuniones de AA por videoconferencia
Sugar Ray Leonard recuerda su primer encuentro con Alcohólicos Anónimos. “Mi esposa me llevó. Entré en una pequeña habitación oscura en algún lugar de Los Ángeles. Y, honestamente, estaba asustado. Había subido al ring contra algunos de los mejores pugilistas de la historia: Roberto Durán, Tommy Hearns, Marvin Hagler y nunca había estado tan asustado en mi vida como cuando entré en la sala de reuniones de AA”.
Ocurrió en 2006, cuando Ray llevaba nueve años de retiro, lejos de la fama de aquel Sugar que llegó a ser el favorito de Nelson Mandela, expresidente de Sudáfrica, y de aquellos amigos que buscaron al afamado boxeador y no al ser humano que poco a poco se fue hundiendo en las drogas y el alcohol.
Entré y me senté atrás, justo al lado de la puerta. Tenía gafas de sol y una gorra de beisbol ocultando la mayor parte de mi cara, mientras escuchaba a las personas que hablaban al frente: ‘Mi nombre es Bob y soy alcohólico’, ‘Mi nombre es Sarah y soy alcohólica’. Entonces todos se giraron en sus asientos para mirarme. Una persona entrecerró los ojos y dijo: ‘Oye, ¿no eres tú ...?’. Levanté la vista y sacudí la cabeza. ‘Mi nombre es Ray Leonard’, dije. No tuve el valor para decir que era alcohólico”.
Las caras que habrán puesto aquellas personas al reconocer que uno de los mejores pugilistas que ha dado la historia pedía ayuda. Aquel medallista de oro en Montreal 76 y que inició su cadena de cinturones ante Wilfredo Benítez, al que le arrebató el título welter para llevarse su primer millón de dólares.
Lo anterior lo escribe un sexagenario Ray Charles Leonard (The Players Tribune), quien admitió ser alcohólico en 2006 y hasta la fecha se reúne con grupos de AA. El excampeón del mundo en cinco categorías no ha bebido una copa desde hace 14 años.
Ante el confinamiento por la pandemia del coronavirus (en Estados Unidos se registran 80 mil muertes y más de un millón 300 mil de personas contagiadas), Ray Leonard asiste a reuniones grupales en línea a través de videoconferencia.
El covid-19 nos está impactando a todos de muchas maneras. Todos estamos lidiando con el aislamiento, pero muchos también enfrentan dificultades financieras. Tal vez haya perdido su trabajo, o peor aún, un ser querido, durante esta pandemia. Los efectos son de largo alcance. Todos lo sentimos de diferentes maneras. Y es en estos momentos cuando lo que realmente necesitamos es el uno al otro”.
Sugar reconoce el apoyo que tuvo de la comunidad de Alcohólicos Anónimos. “Asistir a reuniones de AA en persona ha sido una gran parte de mi vida y bienestar durante los últimos 14 años. Ahora, sin embargo, me lo han quitado, como a muchos otros”.
Cuando comenzó esto de quedarse en casa, Ray Leonard no utilizó estos encuentros en línea. “Simplemente me levantaba y jugaba al tenis o lo que fuera e intentaba seguir con mi día. Simplemente no era yo. Mi esposa se dio cuenta. Ella me decía: ‘Necesitas tu AA’. Es como una meditación para mí. Comienza mi mañana de la manera correcta, así puedo mantenerme centrado y estar sobrio, incluso en medio de todo lo que sucede en el mundo. Porque a veces, sólo se trata de hablar conectado sabiendo que hay apoyo para ti”.
No ha sido fácil, lo admite. “Fueron años de despertar en medio de la noche, incapaz de recordar cómo llegué a casa, bajando las escaleras y abriendo la puerta del garaje para ver si mi auto estaba allí. Fueron años de despertar por la mañana y ver a mi esposa llorando, sin saber qué ocurrió la noche anterior. Y pasé años bebiendo antes de cada visita a la casa paterna, porque la memoria de mi padre se estaba deteriorando, contaba las mismas historias una y otra vez, y era difícil de ver. Se necesita trabajo. Se necesita coraje. Y, sobre todo, se necesita humildad”.
“ESTABA HIPNOTIZADO”
Sugar Ray Leonard se retiró del boxeo en 1982 (por primera vez), en plena gran ola de popularidad y prosperidad creada por el boxeo. “Había estrechado la mano de los presidentes. Jugué al golf con estrellas de cine. Festejé con celebridades en Las Vegas y en todo el mundo. La vida era grande y animada, a veces, exagerada. La vida era lo que yo quería que fuera. Y cuando vives una gran vida como esa, cuando puedes comprar lo que quieras sin siquiera mirar el precio y donde quiera que vayas, la gente te conoce y te elogia, puede ser hipnotizante”.
A principios de los años 80, la cocaína era parte de ese gran estilo de vida. Era la droga de elección de muchas personas. “Así que la probé y me gustó. La usé cuando me sentí mal, cuando perdí la emoción de competir al más alto nivel en el ring. Ayudó a llenar el vacío que el boxeo había dejado en mi vida, así que también se convirtió en mi droga preferida”. Y casi lo destruye.
No fue hasta que decidí hacer mi regreso al boxeo que finalmente dejé de usar cocaína. Luché contra Kevin Howard en 1984 y dejé de usarlo mientras entrenaba para esa pelea. Después, me retiré nuevamente y volví a la droga y a esa gran vida. Pero un par de años después, cuando regresé para pelear contra Marvin Hagler, dejé de usar cocaína durante todo un año para prepararme”.
Ganó esa pelea.
Y nunca volvió a usar cocaína.
Sugar vs. Roberto Durán. Leonard enfrentó al imbatible campeón ligero (1972 al 78) Manos de Piedra, quien sólo registraba una derrota en 72 combates, 54 por nocaut (22 en el primer asalto). Durán insultó a Leonard antes de la pelea, quería castigarlo, trabajó la media distancia y se llevó el título welter por decisión unánime. A pesar de la derrota, el estadunidense ganó nueve millones de dólares. La revancha llegó a los seis meses, en un combate en el que Durán abandonó en el octavo asalto, argumentado un calambre estomacal. Ray recuperaba el cinturón. La trilogía de este duelo se dio nueve años después, con el panameño de 38 años y un combate abucheado por el público. Leonard ganó por puntos y retuvo el título supermedio.
Sugar vs. Thomas Hearns. En 1981 se dio la ansiada unificación del título welter (CMB y AMB) entre Ray y el espectacular Tommy Hearns. Aunque sufrió una cortada en el segundo asalto, Leonard tuvo el tiempo para derribar a la Cobra de Detroit en el round 13. En el siguiente asalto, aún por debajo en la puntuación, Sugar dio una repetición de golpes a Hearns, lo que provocó la detención del combarte y la victoria para Leonard. El resultado no les gustó a los aficionados. Ambos pugilistas volvieron a verse las caras en 1989, con un empate tras 12 asaltos que benefició al campeón supermedio Sugar. Otro resultado que molestó a muchos, debido a que Leonard cayó en los asaltos tres y nueve.
Sugar vs. Marvin Hagler. Ray Charles, que se retiró casi cuatro años por desprendimiento de retina en un ojo, volvió a los encordados en 1987 para desafiar al temible Marvin Hagler, quien era campeón medio del CMB, la AMB y la FIB. Las dos últimas desconocieron a Marvin, por lo que sólo estuvo en disputa el cinturón del CMB. El favorito era Marvelous, de mayor poder en los puños, más altura y músculo. Leonard ganó una pelea muy táctica, arrebató el cinturón medio al otrora rival imbatible y se embolsó 11 millones de dólares. El zurdo Hagler ganó 13 millones de dólares, suficientes para retirarse del cuadrilátero, casarse con una modelo italiana y vivir en Palermo. Hagler nunca pidió la revancha.
EL DATO:
Nombre: Ray Charles Leonard.
Edad: 63 años.
Oro en Montreal 76 (60-63.5 kg.).
Récord: 36-3 (25 nocauts).
Campeón: welter, superligero, medio, supermedio y semipesado.
Primer boxeador en proclamarse campeón en cinco categorías distintas.
Su última pelea fue a los 40 años de edad. Sugar regresó a los cuadriláteros para intentar arrebatarle el título a Héctor Macho Camacho. Perdió en el quinto asalto.