Bicicletas fijas, las "ganonas" en la crisis
Conforme los días de cuarentena se apilan como si se trata de una larga condena penitenciaria, masas hambrientas de endorfinas elevaron en más de un 50 por ciento las ventas de diversos aparatos de ejercicios.
Las salas de muchos hogares mexicanos se convirtieron en gimnasios o estudios de spinning, pues las bicicletas fijas se establecieron como los ganadores de la pandemia por el coronavirus, al aumentar 67% las compras respecto a marzo, de acuerdo con cifras de múltiples locales.
Con los centros de entrenamientos cerrados desde hace ocho semanas, las personas acostumbradas –o no– a realizar activación física, acuden a los catálogos en línea de las tiendas departamentales para adquirir diversos artículos con los que pueden replicar la experiencia de un gimnasio, pero en casa, dejando una derrama por arriba de los 150 millones de pesos, tan sólo en dos cadenas con cobertura nacional.
La búsqueda de aparatos cardiovasculares son tendencia en Google y redes sociales. Hasta el momento la marca Nordiscktrack es la que mayor número de máquinas ha vendido mediante dos distribuidores.
Mientras una bicicleta tiene un costo promedio de 10 mil pesos, las caminadoras alcanzan 22 mil, uno de los factores por lo que se volvió más popular hacer ciclismo bajo techo que trotar en una cinta.
Las aplicaciones y transmisiones en vivo permiten que una persona, desde su hogar, pueda conectarse a la clase de algún profesor afamado de spinning en cualquier lugar del mundo o correr en grupo de manera virtual sin exponerse al contagio de Covid-19 que hay en las calles.
Gracias al Internet instructores, maestros o guías de diversas disciplinas continúan con sus sesiones sin saltarse las pautas de distanciamiento social.
"Creo que hay que sacar lo mejor de esta experiencia [confinamiento], y siento que lo estoy logrando al llevar mis clases a otros puntos del mundo donde no hubiera alcanzado", señala Maniannela Cataño, creadora del concepto de Joyoga, que fusiona la práctica del hathayoga con el dinamismo del baile.
Ya sea en bicicleta o haciendo yoga, lo cierto es que la cuarentena no detiene a las personas que diario buscan su dosis de endorfinas.