Empleados de soporte tecnológico, las estrellas de la NFL
Como una directora de escuela que camina por el pasillo en el primer día de clases, Cheryl Nygaard sintió alivio y orgullo hace unos días. La directora de informática de los Vikings de Minnesota había hecho posible otra de las videoconferencias del equipo, durante este inusitado receso entre campañas de la NFL.
“Hicimos que todos los jugadores y entrenadores se conectaran en su aula virtual, y todo ese proceso concluyó recién sin un solo problema. Ahí es donde me percato de las cosas”, dijo Nygaard. “Ellos fueron capaces de continuar trabajando como si estuvieran en la oficina”.
En buena medida gracias al esfuerzo e ingenio de este personal tecnológico, con frecuencia pasado por alto, el proceso de la adquisición y desarrollo de jugadores en esta liga de calendarios exigentes y orientada a conformar estructuras sólidas en los equipos ha seguido adelante esta primavera, pese al cierre de instalaciones debido a la crisis mundial de salud.Normalmente, los quarterbacks acaparan la atención del mercado y los premios al Jugador Más Valioso. Pero hay que aceptarlo, los favoritos para 2020 trabajan en el departamento de informática.
“Son los héroes anónimos de esto”, dijo el entrenador de los Falcons de Atlanta, Dan Quinn.Como ha ocurrido en tantos lugares de trabajo durante estos días de cuarentena, la tarea primordial es mantener conectados a empleados que no salen de casa. La gran diferencia en la NFL es que algunos de estos empleados tenían que aparecer también en la televisión.
Steve Lancaster, director de tecnologías de la información de los Lions de Detroit, pasó los tres días del draft en una casa rodante, aparcada frente a la residencia del gerente general Bob Quinn. Deseaba estar cerca para brindar soporte técnico ante cualquier eventualidad en las comunicaciones.“Bob dijo, ‘oye, en cinco minutos vas a ser famoso’”, dijo Lancaster, al recordar la cobertura de la primera ronda del draft en la TV, que incluyó imágenes de la casa rodante. “Desde ese mismo día y a lo largo del segundo, el teléfono no dejó de vibrar, con llamadas y mensajes de texto. Pero eso me divirtió”.
Mike Webb, vicepresidente de tecnología de los Jaguars de Jacksonville, estuvo apostado en la casa del gerente general Dave Caldwell durante el draft. Se encontraban en la misma habitación, con una separación de seis pies (1,80 metros). Webb usó mascarilla, tenía su propio baño y desinfectaba cada superficie que tocaba.
“Pensé que él era demasiado cauteloso, y cuando hablé con otras personas, me dijeron, ‘¡Oh, sí!, Dave tiene algunas fobias a los gérmenes’”, comentó Webb.
El gerente general, su esposa y su hijo se han apegado estrictamente a los parámetros de las autoridades de salud para evitar el contagio. Ante Webb, Caldwell dejó claro que no incidiría de modo alguno en la propagación.“No había presión ahí”, bromeó Webb.
En cierto momento, cuando restaban unos 90 segundos para que los Jaguars hicieran su selección, Caldwell desconectó accidentalmente un cable de su computadora, al golpearlo con una libreta que estaba en el escritorio. El orden se restableció pronto, pero toda la experiencia hubiera podido sacar de sus casillas incluso a una persona con temple de acero.“Es la cosa más delicada en la que he participado en materia de tiempo”, relató Webb. “En muchas ocasiones había que reaccionar rápido.
El mayor tropiezo que los Jaguars podrían haber sufrido involucró al perro del entrenador Doug Marrone. La NFL distribuyó contenedores de M&Ms para el fin de semana del draft. Los caramelos se confundieron con cajas de equipo tecnológico en el automóvil de Webb, lo que derivó en acusaciones internas de robo.
Así que Webb los dejó en el escritorio de Marrone durante los preparativos previos al draft. Una fisura en la bolsa permitió que la mascota de la familia consumiera una dosis no aprobada de chocolate.
Webb tuvo que arreglar también las comunicaciones para el dueño Shad Kahn y su hijo Tony Khan, quienes participaron en el draft desde su yate, anclado cerca del centro, en medio de una tormenta que significó otro desafío para las comunicaciones en la primera ronda.
En toda la liga, después del caos que significó mudarse de un lugar a otro en medio de las restricciones del gobierno y la NFL por la pandemia, muchas instalaciones durante el fin de semana del draft fueron similares.
Había un generador de respaldo en la casa del gerente general, en caso de que sobreviniera un apagón. Se contaba con conexiones adicionales a internet y con líneas telefónicas analógicas y temporales en las casas de los principales directivos.Se programaron números de marcación rápida para simplificar las comunicaciones entre los miembros de un equipo. Hubo múltiples conferencias concurrentes de audio y video.
Hace dos años, cuando los Vikings se mudaron a sus nuevas oficinas generales, los dueños invirtieron decididamente en tecnología, incluyendo un pizarrón electrónico, con pantalla táctil, formado por 40 distintos televisores de 55 pulgadas.
Paul Nelson, el director de sistemas de información, tenía todavía las especificaciones, y las empleó a fin de crear una versión en miniatura para el la casa del gerente general Rick Spielman.“El siguiente gran obstáculo llegó cuando pensamos, ‘oigan, tenemos que hacer que todos estos entrenadores y cazatalentos que tal vez no saben tanto de tecnología participen, haciendo todo desde su computadora’”, dijo Nelson. “Tengo que recalcar que mucho del éxito que hemos tenido fue generado definitivamente por el hecho de que nuestros usuarios participaron. A veces hay resistencia al cambio. En este caso, su actitud fue, ‘dígannos qué necesitan que hagamos’. Eso facilita mucho las cosas”.
La pausa obligada por esta pandemia ha generado un mayor aprecio por muchas ocupaciones, tareas y personas que antes ocupaban un papel más discreto en medio del trajín diario en el mundo.
Entre estas ocupaciones está la del personal de soporte tecnológico.“Ha sido grandioso”, dijo Lancaster. “Supongo que esto simplemente muestra que estamos detrás de los telones pero definitivamente somos esenciales”.