Angélica Ochoa: un corazón grato en primera fila
Los minutos son contados para Angélica María Ochoa Orozco, si se trata de su paso por las duelas de ligas universitarias. Sin embargo, se multiplican cuando es cuestión de conocer todo lo que ha vivido en el mundo del básquetbol.
Y es que para ella, nacida el 25 de marzo de 1998 en Tijuana y de Rosarito por arraigo, agradecer es su verbo insignia. Ahora que dejará el deporte colegial y se titula en Contaduría Pública Internacional, lo conjuga con mayor afecto.
Sí, muy agradecida de terminar mis estudios en CETYS Universidad; mi camino comenzó desde Preparatoria, gracias al básquetbol -dijo en entrevista-. Fueron 7 años representando a la institución donde gané campeonatos, viví grandes experiencias, muchos amigos y crecimiento personal. Y bueno, emocionada con los nuevos retos.
Kika, como amablemente le apodan, es una de varias compañeras y ex integrantes de Zorros Femenil que se gradúan este año de Universidad. Ganó el Campeonato de los Ocho Grandes (Liga ABE) y la Medalla de Oro de Universiada Nacional (CONDDE) en 2018. Aunque pasó más tiempo en la banca que en la cancha, pertenecer a ese grupo fue un privilegio para Ochoa.
Me sigo emocionando al recordar esos torneos, teóricamente estuve en primera fila y no lo cambiaría por nada -agregó-. Representar a CETYS, estar en la banca de mi equipo y portar una medalla de campeona nacional es algo indescriptible. Ese Ocho Grandes en casa con el lleno total, los gritos, las caras, las canastas, mi familia en gradas, etc. Es algo que me llena el corazón.
-¿Qué opinas de la labor de César Valencia?
Es una persona admirable y excelente mentor. Me gusta cómo diseña una estrategia para no solo ganar un juego, sino un campeonato. Él está para que nos preparemos deportivamente, pero también profesionalmente. Un gracias no es suficiente por darme la oportunidad de representar a CETYS y a Baja California.
Ochoa añadió que la familia es y será alma de todo proyecto de vida. Desde Preescolar hasta Profesional, sintió ese apoyo para el desayuno, llegar a tiempo a clases, recibir porras en cada partido y hasta viajar para vitorearla en algún evento nacional. La cuarentena para erradicar el COVID-19 (Coronavirus) estropeó tal vez los planes de muchas personas, pero ella lo tomó por el lado amable.
Fue un golpe para la mayoría de nosotros, de la noche a la mañana dejamos de ir al campus. Sin embargo, este parón fue en parte un alivio rescatador. Sentía mucha presión por ser mi último semestre, las últimas tareas, la graduación con todo lo que conlleva, ya estaba trabajando, etc. El aislamiento fortaleció la comunicación con mi familia y lo que quiero para mi. Mis sueños escolares y deportivos comenzaron y terminaron en casa, casualmente.
-¿Cómo te visualizas en los próximos 5 años?
Emprendiendo un proyecto familiar y otro personal. También cursaré una maestría no presencial. Deportivamente seguiría jugando básquetbol, pero ya en un plano informal. La verdad es que tengo curiosidad por practicar sóftbol. A mi papá le gusta el béisbol y, pues, tengo esa inquietud también. Ya veremos, concluyó.