Tras prohibir bandera, inicia labor más difícil para NASCAR
La decisión de la NASCAR, que prohibió la bandera confederada en sus carreras y propiedades, acaparó los titulares de la prensa. Diversas estrellas, desde la actriz Reese Witherspoon hasta el corredor de los Saints Alvin Kamara, elogiaron a esta serie de automovilismo por vetar un símbolo largamente asociado con la esclavitud y el racismo.
Pero ahora viene la parte difícil.
En cuestión de días, la NASCAR enfrentará una pregunta complicada: ¿Cómo hará que se cumpla la prohibición en los extensos autódromos una vez que se permita el regreso de los espectadores y que las casas rodantes comiencen a aparcar durante los fines de semana en que hay carrera?
Aproximadamente 1.000 miembros de las fuerzas armadas podrán presenciar la carrera del domingo, cerca de Miami. Serán los primeros espectadores que se permitan en una competición de la NASCAR desde marzo, cuando la pandemia de coronavirus paralizó el deporte.
Los problemas para vigilar el cumplimiento de la prohibición serán más visibles el 20 y 21 de junio, cuando la serie realice carreras en Talladega, Alabama, donde se permitirá la entrada de incluso 5.000 fanáticos. Era común ver banderas confederadas en esa sede, ubicada en el sur del país, el corazón de la NASCAR.
“Ciertamente eso será un desafío. Trataremos de enfrentarlo de la manera correcta”, dijo el vicepresidente ejecutivo de la NASCAR, Steve O’Donnell, entrevistado el jueves por la radio satelital SiriusXM. “Nos anticiparemos a esto, tal como lo hemos hecho hoy, al hacer que la gente sepa que estamos a favor de las muestras de orgullo por Estados Unidos, que pueden agitar las banderas estadounidenses y de sus pilotos por todo lo alto en la pista. Pero si vemos algo más que se muestre ahí, vamos a tener que reaccionar y lo haremos. Daremos más detalles, pero confío en que lo haremos de una forma inteligente”.
Varios pilotos dieron el mérito por la medida a Bubba Wallace, el único competidor negro en la NASCAR, quien presionó para que se prohibiera la bandera. Años de mala publicidad y reacciones lentas en torno de la polémica enseña se evaporaron en 48 horas, una vez que Wallace condenó públicamente esta reliquia de los albores de la NASCAR.
“He visto demasiados comentarios e historias de fanáticos que asisten por primera vez a una carrera. Lo primero que decían en años pasados era: ‘He observado la bandera confederada y me he sentido incómodo’”, dijo Wallace a un programa televisivo. “No deberíamos hacer que nadie se sienta incómodo”.
Wallace finalizó undécimo en Martinsville el miércoles por la noche, horas después de que se anunció la prohibición. Piloteó un auto que lleva pintado el lema “Black Lives Matter”. En el capó, podían apreciarse las palabras “Compasión, amor y entendimiento”.
“Fue realmente agradable ver lo que pudo hacer Bubba”, consideró Joey Logano, campeón de la NASCAR en 2018. “Él debería estar orgulloso del movimiento que ha generado para la comunidad afroestadounidense en nuestro deporte. Siempre lo ha hecho, tan sólo por estar aquí, pero cuando ves los comentarios que hizo en la CNN el otro día y luego llega la respuesta de la NASCAR, te das cuenta de que todos han ganado prestigio con esto”.