El castigo corporal se expandió en los deportes en Japón
Japón debe actuar para luchar contra los abusos "endémicos" hacia sus jóvenes deportistas por parte de sus entrenadores, a un año de los Juegos Olímpicos de Tokio, aplazados a 2021, reclamaron este las víctimas y sus defensores.
La ONG Human Rights Watch (HRW) advierte en un nuevo informe que los comportamientos abusivos de los entrenadores siguen siendo habituales en Japón.
HRW "constató que los abusos de niños son todavía endémicos en el curso de la formación deportiva en las escuelas, las federaciones y los deportes de élite japoneses", declaró la directora nacional de la organización, Kanae Doi.
Si el caso del maltrato de los niños en el deporte en la actualidad en un problema mundial, hemos elegido focalizarnos en Japón en 2020 debido a la llegada de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos", aplazados un año (23 de julio-8 de agosto de 2021) debido a la pandemia del coronavirus.
Todos los japoneses saben desgraciadamente que el castigo corporal (...) se ha expandido en los deportes japoneses", continuó Doi.
En el informe de la ONG, se habla de niños que recibieron puñetazos, patadas, fueron víctimas de abusos verbales o ligados a la alimentación u obligados a entrenarse pese a lesiones.
"Fui golpeado tantas veces que no puedo contarlas", declaró un atleta.
Este problema lo sufrió Keiko Kobayashi, cuyo hijo era con 15 años un prometedor judoka antes de ser maltratado por su entrenador, que le causó graves lesiones cerebrales utilizando una técnica de asfixia y lanzándole al suelo de forma violenta.
"ELEVAR LA VOZ"
"Quiero que los niños comprendan que este comportamiento es un abuso, quiero enseñarles a elevar la voz", explica Kobayashi, que señala que el entrenador no fue enjuiciado y que continúa trabajando como profesor de las escuelas y de judo.
Su hijo, ahora de 30 años, sufre secuelas de su lesión y es seguido estrechamente por los médicos.
Su caso no es aislado en Japón, donde algunos abusos en el deporte han sido primera página en diarios estos últimos años.
Como en 2018, cuando un adolescente de 13 años se suicidó y sus padres acusaron al entrenador de bádminton del chico de haberle insultado y maltratado durante mucho tiempo.
"Pienso que un verdadero problema aquí en Japón, es que hemos aceptados esta práctica. Y eso es debido a nuestra cultura y a nuestras normas sociales", explica Takuya Yamazaki, abogado especializado en el deporte, que tomó parte en el informe de HRW.
La importancia acordada al respeto de los más mayores podría tener como resultado el miedo en los jóvenes deportistas a la hora de denunciar abusos.
"Hay miedo, es difícil para las víctimas expresarse", lamenta Kosuke Kayahara, de 18 años, que sufrió, como sus compañeros, abusos verbales por parte de su entrenador de futbol americano.
HRW pide que el gobierno tome las medidas más severas con los acusados, creando, por ejemplo, un organismo independiente encargado de suspender a los entrenadores concernidos.
Doi, de HRW, solo tiene un deseo: que Japón "esté orgulloso de esta reforma" y que se convierta en "una herencia importante y duradera" para la protección de los jóvenes deportistas.