Julio César Chávez, 58 años del "Gran Campeón Mexicano"
El mejor boxeador mexicano de todos los tiempos, Julio César Chávez González, cumple 58 años de una vida repleta de éxitos dentro del ring y, de subidas y bajas debajo de éste.
Chávez se convirtió en el peleador más entrañable de México, luego de que saliera victorioso de grandes batallas, como cuando noqueó, en el último round, a Meldrick Taylor, quien lo había puesto en dificultades para conservar su título super ligero del Consejo Mundial de Boxeo, en 1990.
El Gran Campeón Mexicano fue campeón del mundo en cuatro divisiones diferentes en su carrera: superpluma, ligero, superligero y welter.
Concluyó con un récord de 107 victorias (85 nocaut), seis derrotas y dos empates.
Tuvo una longeva carrera de 24 años, que se inició en 1981 y que concluyó en 2005, cuando recientemente había cumplido 43 años. El púgil nació en la pobreza, en Sonora. Siguió el ejemplo de sus hermanos y se convirtió en boxeador profesional.
También practicó fútbol y beisbol en su niñez. Cumplió con la promesa de regalarle una casa a su madre y de sacarla de trabajar, una vez que se convirtió en profesional.
Chávez, en su mejor momento, también cayó en los excesos. Reconoció en múltiples ocasiones que fue adicto a la cocaína y al alcohol. De no caer en las adicciones, dijo, hubiera sido mejor boxeador de lo que fue.
"Voy a cumplir 12 años sobrio. En los que no consumo ni alcohol, ni drogas. Eso es lo que me da felicidad", dijo Chávez, durante la transmisión de la cartelera de boxeo de TV Azteca del sábado, en la que ahora se ha instalado como comentarista en la última década.
El expúgil ahora altera su función como comentarista y da funciones a beneficio. Precisamente tiene planeadas a realizar dos peleas con Jorge 'Travieso' Arce a favor de las personas que enfermaron de coronavirus en Sonora y Sinaloa.
El sábado también dijo que quiere pelear de nuevo con Oscar de la Hoya, su eterno rival y con quien perdió dos veces en el ocaso de su carrera, también en una función de exhibición.
Chávez sigue conservando el cariño de la población y el prestigio que construyó arriba del ring, pese a las adicciones que tuvo en el pasado.