La F1 regresa cuatro meses después en un mundo distinto
Cuatro meses después que la primera carrera fuera cancelada a último minuto, la temporada de la Fórmula Uno finalmente se pondrá en marcha este fin de semana en otro continente y en un mundo distinto.
No habrán espectadores en el remoto circuito de Spielberg en Austria. La situación del coronavirus no permite aclarar cuántas carreras en definitiva se podrán disputar — y dónde.
Y ello no será lo único inusual. Los pilotos debaten si se arrodillarán en la parrilla previo a la carrera del domingo como gesto de solidaridad al movimiento Black Lives Matter. El campeón vigente Lewis Hamilton ha alzado la voz en respaldo al movimiento y competirá con un monoplaza Mercedes pintado totalmente de negro — en vez del color plata — como mensaje contra el racismo.
“Es muy importante aprovechar este momento”, dijo Hamilton, el único piloto de raza negra en consagrarse campeón de la F1.
La truncada temporada abrirá con un par de carreras consecutivas en Austria, como parte de un improvisado calendario. El campeonato iba a comenzar originalmente en la ciudad australiana de Melbourne, a casi 10.000 millas (16.000 kilómetros).
Pero el rápido avance de la pandemia de coronavirus provocó la cancelación del GP de Australia el 13 de marzo, dos días antes de la carrera. La gente hacía cola para poder presenciar las primeras prácticas. Varias otras carreras, como el icónico GP de Mónaco, fueron también canceladas.
Se trata de salvar la temporada con la disputa de ocho carreras en Europa a lo largo de 10 semanas, cerrando con el GP de Italia el 6 de septiembre. La F1 aún no define qué hacer con otras carreras pospuestas, para así completar la temporada con entre 15 y 18 de las 22 válidas que se programaron.
También se disputarán dos carreras consecutivas en el circuito del Gran Premio de Gran Bretaña. Si la temporada continúa afuera de Europa, culminará con expediciones a Bahréin y Abu Dabi en diciembre.
“No sabemos cuántas carreras vamos a disputar”, dijo Carlos Sainz Jr., actual piloto de McLaren y futuro de Ferrari. “Es una situación sin precedentes”.
El Red Bull Ring en Spielberg, lejos de zonas urbanas, ofrece un sitio aislado ante tanto temor por el coronavirus.
Pero se ha dispuesto un estricto protocolo sanitario.
Todo el que ingrese a la pista, incluyendo un pequeño grupo de periodistas, tiene que someterse a pruebas de COVID-19 que arrojen negativo, con diagnósticos adicionales cada cinco días. Se ha prohibido que los integrantes de los equipos de la F1 departan con sus rivales — dentro o fuera de la pista — y la prensa no tendrá acceso al paddock.
Los pilotos suelen tener que responder a una batería de preguntas en una atestada sala de prensa, pero las conferencias fueron mediante enlaces de video y la preguntas fueron enviadas de antemano.
Y, por supuesto, el circuito de Spielberg de 4,3 kilómetros (2,7 millas) estaba casi que desierto. En un día normal, el sitio estaría repleto de tiendas de campañas, barbacoas y decenas de fanáticos de Max Verstappen.
El piloto holandés de Red Bull ha ganado las últimas dos carreras en Austria.
La pista es una de las más cortas de la F1, pero una que permite ser agresivo. Los pilotos pasan el 72% del tiempo a toda potencia, sólo por detrás del 77% del circuito de Monza en Italia.
Es algo que se presta totalmente a favor de la audacia de Verstappen. El año pasado, se fue con todo en persecución al trío de líderes y ejecutó una atrevida maniobra para rebasar al Ferrari del puntero Charles Leclerc.
Con 22 años, Verstappen dio muestras la pasada temporada que está cada vez más a la par de Hamilton en cuanto a pericia al volante. Su Red Bull también es más veloz, en tanto que los Ferrari han retrocedido.
Verstappen está llamado a ser unas de las principales amenazas al reinado de Hamilton.
El británico de 35 años va por un séptimo título de la F1, con lo que igualaría el récord de Michael Schumacher. También necesita sumar ocho victorias para eclipsar la marca de 91 en manos de Schumacher.
Aparte de Verstappen y quizás Valtteri Bottas — el compañero de Hamilton en Mercedes — el otro aspirante es Leclerc.
El monagesco de 22 años sabe apretar el acelerador y dejó una buena impresión en su primera campaña en Ferrari, con siete poles — dos más que Hamilton — y dos victorias.
Leclerc ha quedado como el número 1 de Ferrari por delante del cuatro veces campeón Sebastian Vettel, de menguada jerarquía tras capitular el liderato de la clasificación de pilotos en 2017 y 2018, permitiendo que Hamilton se proclamara campeón en ambos años.
El veterano alemán se marchará de Ferrari al final de la temporada tras no poder pactar un nuevo contrato y su futuro en la F1 es incierto.
Al igual que tantas otras cosas esta temporada.