Verlander en salud y con nueva mecánica de lanzar
A pesar de contar con 37 años de edad y venir de tener quizás la mejor temporada de su carrera, el derecho de los Astros, Justin Verlander, no deja de afinar su mecánica de lanzar. El objetivo es jugar por lo menos hasta los 45 años.
La larga inactividad causada por la pandemia de COVID-19 no sólo le permitió a Verlander recuperarse completamente de una operación en la ingle en marzo que le habría costado los primeros dos meses de la temporada regular, sino también le dio tiempo al veterano de examinar a fondo su mecánica de lanzar y de hacerle algunos ajustes que ahora lo tienen sintiéndose “fantástico”.
Ésa fue su conclusión tras lanzar tres entradas en blanco y sin permitir imparables el jueves ante un poderoso lineup que presentaron los Astros durante un juego interescuadras en el Minute Maid Park.
“Realmente no podría haber tenido un mejor día que éste (jueves)”, exclamó Verlander, quien realizó 44 pitcheos. “Traté de hacer de este día lo más realista posible y conducirme como si estuviese en plena temporada”.
Verlander tuvo marca de 21-6 y efectividad de 2.58 el año pasado y estableció una marca personal con 300 ponches en 223 innings, además de encabezar las Mayores en promedio de bateo en contra (.172) y WHIP (0.80). También lanzó su tercer no-hitter y se adjudicó el Premio Cy Young de la Liga Americana por segunda ocasión.
La 12da apertura en el Día Inaugural en la carrera de Verlander lucía casi perdida cuando quedó fuera de acción por un problema en la ingle derecha a principios de marzo y terminó sometiéndose a una cirugía que lo mantendría fuera de acción de seis a ocho semanas. Luego llegó la suspensión de labores por la pandemia de COVID-19, la cual le dio tiempo a Verlander para recuperarse. Ahora, el derecho luce como el favorito para abrir en el Día Inaugural cuando los Astros se midan a los Marineros el 24 de julio.
“Obviamente, fueron circunstancias horribles, pero me dieron la oportunidad de recuperarme y estar listo otra vez”, añadió.
El Dr. William Meyers, quien estuvo a cargo de la operación, le dijo a Verlander que su ingle tuvo tejido de cicatriz por algún tiempo. Verlander sabía que debía ajustar su mecánica de lanzar para evitar agravar la lesión, y con el paro de labores tuvo el tiempo necesario para hacerlo.
Verlander reconoció que era imposible mantener su mecánica de lanzar el año pasado sin evitar una lesión. El derecho indicó que su entrega al plato el año pasado era “extremadamente alta, vertical y arqueada” y dijo que su punto de partida llegó a ser de 7 pies, 2 pulgadas desde el suelo por un trecho. Su objetivo era que dicho punto de partida quedase en 6 pies, 5 pulgadas, justo donde se encontraba hace algunos años.