Sin dolor, Roethlisberger está listo para la temporada
El dolor crónico en su brazo derecho había sido compañero de Ben Roethlisberger por años. Ya no está ahí.
Así que el quarterback de los Steelers de Pittsburgh no tendrá que mentirle al coordinador ofensivo Randy Fichtner cuando le pregunte cómo se siente. Tampoco tendrá que apretar los dientes en un intento por ignorar el problema cuando lance el balón en el campo.
A la mitad de su 17mo campamento de entrenamiento, Roethlisberger insiste en que su parchado codo no sólo hace el trabajo, si no que está probablemente en mejor condición que antes, y apunta a su activo calendario de práctica como prueba.
El jugador que usualmente entrenaba un día sí, otro a media velocidad y luego descansaba otra jornada, ahora está saltando de ejercicio en ejercicio.
“Definitivamente le tengo que dar un poco de descanso, un día libre de vez en cuando por la fatiga y dolor general”, dijo el jueves Roethlisberger. “Pero es increíble lo rápido que se recupera y se siente bien al día siguiente”.
Durante años Roethlisberger lidió con un malestar en su brazo derecho y llegó hasta el punto en que Fichtner lo veía trabajando con su muñeca durante las reuniones para sentirse cómodo. Cada vez que Fichtner preguntaba sobre ello a Roethlisberger, el astro minimizaba el problema.
La situación llegó a un punto crítico en los minutos finales de la primera mitad del partido ante Seattle en septiembre del 2019, cuando tres de los cinco tendones flexores del codo finalmente dieron de sí.
Aunque Roethlisberger no quiere atribuir a la lesión una baja de rendimiento, su velocidad con el balón desde que se puso el uniforme de los Steelers la semana pasada lo tomó desprevenido.
“En uno de los entrenamientos la semana pasada, no pude pararme bien y lancé el balón a la izquierda y pareció, al dejar mi brazo, que quedaría corto”, dijo. “Pero terminó siendo un largo pase. Estaba un poco sorprendido por cómo he vuelto a tener fuerza en mi brazo, quizá incluso mejor que antes”.
Parte del trabajo de Fichtner consiste en asegurarse de que Roethlisberger no se exceda. Los Steelers están intentando frenar las actividades extracurriculares del quarterback antes y después de los entrenamientos.
Hay una casilla que Roethlisberger sabe que no podrá marcar hasta el primer partido ante los Giants de Nueva York, el 14 de septiembre. No importa cuánto le ruegue al linebacker T.J. Watt y a otros de que le den un “pequeño golpe” de vez en cuando durante las prácticas, no han aceptado.