Dodgers parecen tener su propio “Core Four”
Fue hace 24 años cuando los Yankees de Joe Torre dieron inicio a lo que Buster Olney describió como “la última dinastía Yankee”, en su libro sobre los equipos entre 1996 y el 2001. Aquellos Yankees ganarían cuatro Series Mundiales en cinco años, y casi seis antes de que se
Fue hace 24 años cuando los Yankees de Joe Torre dieron inicio a lo que Buster Olney describió como “la última dinastía Yankee”, en su libro sobre los equipos entre 1996 y el 2001. Aquellos Yankees ganarían cuatro Series Mundiales en cinco años, y casi seis antes de que se le complicaran las cosas en la parte baja de la novena entrada del Juego 7 del Clásico de Otoño del 2001 ante los D-backs. Todos los que vieron a esos equipos sabían que estaban construidos sobre cuatro jugadores jóvenes que pasarían a ser conocidos por los aficionados de Nueva York como el legendario “Core Four” (Núcleo de los Cuatro):
Derek Jeter
Mariano Rivera
Andy Pettitte
Jorge Posada
Jeter era un novato de 22 años en 1996, cuando los Yankees conquistaron su primera Serie Mundial en 18 años. El panameño Rivera tenía 26, igual que Pettitte y el receptor puertorriqueño Posada. Los Bombarderos del Bronx también contaban en el jardín central con el boricua Bernie Williams, quien todavía tenía 28 ese año. El núcleo de cuatro, más uno.
Nadie sugeriría que los Dodgers del 2020 tendrán una trayectoria similar, ni que ningún equipo lo tenga. Lo que sabemos es que en Los Ángeles hay un núcleo de cuatro similar al de los Yankees de Torre:
Mookie Betts
Cody Bellinger
Walker Buehler
Corey Seager
Betts, quien ganó el premio al Jugador Más valioso de la Liga Americana hace dos años y fue la estrella del Juego 6 de los Dodgers el martes por la noche, tiene 28 años. Bellinger, el JMV de la Liga Nacional del 2019, tiene 25. Buehler, el as de una rotación que cuenta con Clayton Kershaw, tiene 26, igual que Seager, quien fue el JMV tanto de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional como de la Serie Mundial.
Y Kershaw, ex ganador del Premio Cy Young y del premio al JMV, tiene 32 años.
Claro, no hay certezas en este mundo, en los deportes ni en ningún lado, y menos después de lo que ha ocurrido en el 2020. Nadie imaginó, mientras los Nacionales celebraban su título de Serie Mundial hace un año, que nos enfrentaríamos a una temporada como la del 2020.
Pero una cosa sí es cierta:
Los Dodgers del 2020 están construidos sobre cuatro jugadores jóvenes que son tan talentosos como cualquier otro grupo ganador de la Serie Mundial. El núcleo de cuatro de los Yankees consistía en un campocorto, un receptor, un lanzador abridor y el mejor cerrador de la historia. ¿Los Dodgers? Tienen a un parador en corto con Seager y Bellinger en el jardín central. Mookie Betts es el mejor patrullero derecho del planeta, con unas habilidades que hacen recordar a Willie Mays. También está Buehler y, por supuesto, Los Ángeles sigue contando con Kershaw.
En una semana en la que hemos hablado de los 32 años de espera de los Dodgers que terminaron con el mexicano Julio César Urías (24 años) ponchando al dominicano Willy Adames para sellar el Juego 6 y la Serie Mundial, vale la pena mirar el talento que tienen y lo que hicieron en el último mes, para pensar que éste puede ser apenas el comienzo para los Dodgers de Los Ángeles. No son el único equipo en el deporte con talento joven, pero nadie tiene un núcleo tan talentoso como el de los Dodgers.
Por mucho que todos aportaran, fue Seager, quien ya estaba en el Dodger Stadium antes de la llegada de Buehler y de Bellinger en el 2017, quien fue la estrella principal, desplegando uno de los estilos de juego más entretenidos en octubre.
Seager disputó 18 partidos en la postemporada. Sumó 22 imparables, ocho jonrones y 20 empujadas. Además, negoció 11 bases por bolas. Terminó con promedio de bateo de .328, porcentaje de embasarse de .425 y OPS de 1.171. Al bate, también tuvo la mejor jugada de selección de su carrera el martes por la noche, cuando conectó un roletazo hacia la parte derecha del diamante, permitiéndole a Mookie Betts volar de tercera hacia el plato para poner a los Dodgers arriba en la pizarra.
Luego del Juego 6, el manager Dave Roberts me dijo algo simple en Texas: “Al final, todo lo definen los jugadores”.
No fue sólo ese núcleo de cuatro, claro. Fueron todos, pasando por todo el orden al bate. Justin Turner estuvo impresionante, igual que Max Muncy, conectando imparables productivos ante un difícil pitcheo de los Rays. Will Smith dio un importante cuadrangular cuando los Dodgers estaban remontando ante los Bravos. Y luego estuvo el muchacho de Culiacán, Julio Urías, lanzando los últimos tres episodios del Juego 7 ante Atlanta, y luego los últimos 2.1 episodios ante los Rays, sin permitir un solo imparable. A veces te preguntas si el oriundo de La Higuerita debe ser el cerrador de los Dodgers de aquí en adelante. Y Roberts, por supuesto, dirigió dos partidos perfectos después de la complicada derrota en el Juego 4.
La temporada abreviada no sólo produjo un merecido campeón, sino un gran campeón. Hay muchas maneras de ver a los Dodgers. Puedes empezar por ver el núcleo de cuatro, más Clayton. Realmente les dieron a los aficionados un final de temporada que luce como el comienzo de algo. Como solían decir en Brooklyn, por razones completamente diferentes: “Espera hasta el próximo año”.