Rays y Dodgers agradecidos por tener fans en serie neutral
Los silbidos aislados en ciertos instantes de silencio o el fanático persistente con un cántico pueden hacerse notar durante unos juegos de la Serie Mundial que han tenido la concurrencia más baja en más de 100 años.
Por el coronavirus, el Clásico de Otoño de este año se escenificó en un sitio neutral. Un equipo de cada costa frente a frente en Texas, trayendo aficionados de Los Angeles y Tampa Bay, así como algunos curiosos fanáticos de los Rangers que han podido disfrutar por primera vez el nuevo estadio con techo retráctil del club de casa.
Los casi 11.000 espectadores que acuden cada noche, debiendo usar mascarillas, exceden con creces lo que los peloteros vieron en las gradas durante la temporada regular y todos los playoffs de la Liga Americana debido a la prohibición de público. Es así que el Globe Life Field, con aforo para 40.518, puede ser visto como lleno total para los Rays de Tampa Bay.
“La sensación que da es de 40.000 personas”, comentó el mánager de los Rays Kevin Cash. “Ahora bien, podrían ser 35.000 aficionados de los Dodgers, y está bien. Todo el ruido y la energía impacta mucho dentro de la cueva. Eso genera intensidad. Es ruidoso y ha sido refrescante volver a jugar con fanáticos”.
Cash no miente. El azul de los Dodgers ha sido más visible en cada uno de los 12 juegos que se han disputado en el estadio a partir de la serie de campeonato de la Liga Nacional hace dos semanas. El 13ro será el sexto de la Serie Mundial la noche del martes, con Los Ángeles a un paso de conquistar su primer campeonato en 32 años.
Esto implica que se pueden apreciar muchos cubrebocas con el icónico logo con las letras LA entrelazadas. El uso de los barbijos es obligatorio, salvo para comer o beber “activamente”, lo cual suele quedar a la interpretación individual de algunos.
Hay mucho espacio para desplazarse en los pasillos. Se permiten grupos máximos de cuatro aficionados, pero separados por una hilera de butacas, arriba y abajo de ellos. El cumplimiento del portar las mascarillas se aproxima al 100%, aunque en las gradas uno en cuatro puede ser visto sin cubrirse la boca y nariz, o dejándola colgada en el cuello.
Muchos de estos aficionados se habían acostumbrado a estar apiñados en los pasillos del Dodger Stadium.
“Es fabuloso que esté vacío porque está limpio y es fácil ingresar”, comentó Ana Chacón, quien nació, creció y aún reside en el condado de Los Ángeles County. “Pero da bronca que no todos han podido venir. Y da bronca que no sea en Los Ángeles”.