Escoboza a Maradona: “abriste tu corazón a nosotros y estamos agradecidos”
El lateral zurdo mexicano Alonso Escoboza cree que si a los 27 años está viviendo “una resurrección” como futbolista es gracias al corazón de Diego Amando Maradona, que este vienes celebra su sexagésimo aniversario y al que el jugador del América quiso sumarse con un emocionante saludo.
“Abriste tu corazón para nosotros y estamos agradecidos contigo, que vengan muchos años más”, le dijo este viernes Escoboza a Maradona en un mensaje para su exentrenador enviado a través de Efe.
Escoboza estuvo cerca de formar parte de la selección mexicana para la Copa Mundial de Brasil 2014, pero a partir de ahí tuvo una baja de juego y fue a parar a la división de Ascenso del fútbol mexicano, donde lo rescató Maradona cuando dirigió a los Dorados de Sinaloa entre 2018 y 2019.
“Diego, muchas felicidades en tu cumpleaños 60. Te mando un fuerte abrazo. En México se te extraña demasiado, dejaste bonitas historias por acá. La banda te extraña, te estima. Sigue dejando huella por donde pases”, agregó Escoboza.
El jugador fue pieza clave en el esquema de Maradona con los Dorados a los que llevó a dos finales del Ascenso, que perdió con el San Luis, sucursal del Atlético de Madrid.
Después de regresar Maradona a Argentina, el jugador mexicano repitió ante los medios que el ‘Pibe de Oro’ fue un antes y un después en su carrera, y que gracias a él recuperó el buen nivel.
“Me dio confianza en mi juego. Diego me hizo volver a creer en mí, a volver hacer lo que antes hacía era importante”, dijo Escoboza a la televisión mexicana.
Como consecuencia de su elevado desempeño, gracias a Maradona, el lateral fue fichado por el América, el equipo con más títulos en la Liga mexicana y es candidato al título del torneo Apertura.
Maradona vivió en México su experiencia más grande como profesional, al conducir a la selección Albiceleste al título de la Copa Mundial de 1986.
Al este país regresó 30 años después en el rol de entrenador.
En Culiacán hizo caso omiso al consejo de su amigo, el poeta Joaquín Sabina, quien en una de sus canciones confiesa haber aprendido en Comala, la tierra de la novela Pedro Páramo, de Juan Rulfo, que no se debe regresar al lugar donde uno ha sido feliz.
Diego no solo regresó y fue feliz, sino que renovó su empatía con el país, donde es recordado como héroe y malvado, con uno de los goles más bellos de los mundiales y otro empujado con la mano, que después él genio aseguró que era la de Dios.