Renato Ibarra ha vuelto, un año y cinco meses después de aquel incidente familiar que lo llevó a estar una semana en la cárcel y que lo apartó de América, el volante ecuatoriano regresa a las Águilas como un refuerzo deportivo que puede satisfacer una carencia que el cuerpo técnico había detectado en la plantilla.
Tras la lesión de Leo Suárez en el tobillo y que llevó al argentino a pasar por el quirófano, la directiva activó la opción de Renato, un jugador que cumplía con los requisitos y un perfil que ya había solicitado Santiago Solari con anterioridad.
Se cumplieron los pasos establecidos, se comprobó ante la Liga que la lesión de Suárez le iba impedir al argentino volver a tener actividad en el torneo, así que se hizo el trámite para dar de baja su registro y poder activar el de Ibarra, jugador que pertenece al América y tiene contrato en vigor hasta 2023, y que juega en la posición de extremo derecho, justo lo que pedía Solari para tener un plantel más a su gusto.
De la separación al regreso
El último partido que jugó Renato con América fue el juego de vuelta de la final del Apertura 2019, esa noche fue titular y salió de cambio, misma que no le permitió iniciar el Clausura 2020, estaba en proceso de recuperación cuando se dio el incidente familiar.
El 5 de marzo de 2020, Renato fue detenido y con el paso de las horas, las autoridades lo acusaron de feminicidio en grado de tentativa, fue trasladado al Reclusorio Oriente. Tras una semana de permanecer detenido, vino la audiencia en la que llegó a un acuerdo con su pareja, por lo que fue puesto en libertad.
En esos días, América emitió un comunicado en el que condenaba la violencia contra la mujer y avisó que separaba a Renato Ibarra. Con la cancelación del torneo por la pandemia de covid 19, el ecuatoriano su futuro quedó en stand by.
Para el torneo Guard1anes 2020, la indicación que dieron los altos mandos del equipo es que no podía seguir en la institución por lo que se le buscó una salida. Fue Atlas el equipo que le abrió la puerta y sacó a las Águilas del embrollo por un año, pero los rojinegros no hicieron válida la opción de compra y Renato regresó a Coapa.
El ecuatoriano se presentó en el club, se entrenó con la sub 20 mientras el primer equipo se encontraba de pretemporada en Estados Unidos, a la espera de definir su situación solo era parte de los entrenamientos porque no había cupo para él porque las Águilas tienen un exceso de extranjeros, pero no ha dejado de ser un activo del club. Además, las ofertas no cumplían con los requisitos que buscaban en Coapa, mientras Solari ya había pedido un extremo por derecha a la directiva.
Con la lesión y operación de Leo Suárez el panorama cambió. La directiva tocó base con los altos mandos del club para lograr el perdón de Renato y así pasó. Un año y cinco meses después el ecuatoriano cuenta con el pulgar arriba, vuelve ser futbolista de América, pero estará bajo la lupa. Todos quedan contentos, Solari ya tiene el extremo que pedía (la plantilla está cerrada), Ibarra tiene la segunda oportunidad que tanto anhelaba, la directiva que ya no tuvo que buscar en el mercado extranjero otro refuerzo.
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