Real Madrid vence 3-1 en Eibar y sigue el ritmo al Atlético
El Real Madrid sumó su cuarta victoria consecutiva en LaLiga al superar 1-3 al Eibar en un encuentro marcado por los primeros veinte minutos excelsos del conjunto blanco, que con Luka Modric a los mandos y con Benzema intratable logró tres puntos para igualar con el líder, el Atlético.
Los hombres de Zinedine Zidane llegaron a Ipurúa en su mejor momento de la temporada, con el impulso de tres victorias contundentes en el retrovisor y con ganas de aumentar la racha en un estadio en el que históricamente casi siempre triunfó, con la excepción de la derrota del curso 2018/19 (3-0).
El brillo de anteriores duelos aumentó hasta un nivel sobresaliente en los primeros minutos, en los que el conjunto blanco firmó sin duda sus mejores momentos del curso. Y, por encima del resto, sobresalió Luka Modric.
El centrocampista croata parece encontrarse como en el jardín de su chalet cada vez que pisa el césped de Ipurúa. Sobre ese verde, otras temporadas ofreció auténticos recitales. Imposible olvidar la ovación que recibió del público armero en 2017 o aquel pase estratosférico que dio a Cristiano Ronaldo con el exterior del pie derecho en 2018.
Modric parecía decidido a demostrar que en el carné de identidad no pesan los años y dio todo un recital en los primeros veinte minutos. Fue capaz de eclipsar el gran partido de otros protagonistas como Karim Benzema, Brayan Gil o Kike García, que también escribieron su historia en el acto inicial.El mago balcánico sacó a relucir todos sus recursos y bajo su batuta el Real Madrid consiguió, a base de una precisión exquisita, alejar la presión asfixiante que propuso José Luis Mendilibar. Una y otra vez superó las líneas del Eibar y no tardó en adelantarse con dos goles en el marcador.
Primero, con un tanto de Benzema. Modric inició la jugada del gol con un pase con el exterior al brasileño Rodrygo Goes. El sustituto de Vinícius Júnior, única novedad del once de Zidane, se inventó un pase por encima de Bigas que amansó el delantero francés para batir a Dmitrovic.
Y, segundo, con el premio justo para Modric, que finalizó una jugada coral con un remate desde el borde del área para firmar el 0-2 a los trece minutos. El Eibar, noqueado por su rival, aún pudo recibir el tercero, pero Benzema no acertó con un cabezazo clarísimo tras un pase, como no, del jugador croata.El equipo de Mendilibar se salvó de una derrota asegurada con el error de Benzema. Su fallo dio aire al Eibar, que insistió en su presión con cabezonería hasta conseguir anular al cuadro madridista. Empezó a recuperar balones cerca del área de Thibaut Courtois y entre la velocidad y verticalidad de Bryan Gil y la insistencia de Kike García, se metió en el partido.
Lo hizo gracias al robusto delantero del Eibar. Una pérdida de Lucas Vázquez acabó con el balón en sus pies y recortó distancias con un zapatazo espectacular desde fuera del área que acabó en una escuadra de la portería de Courtois.
El resto de la primera parte fue una oda al fútbol, con multitud de ocasiones en las que pudieron marcar el japonés Yoshinori Muto tras una internada de Bryan Gil, Lucas Vázquez con un disparo que salvó bajo los palos Pedro Bigas e incluso Benzema, a quien anularon un golazo por un fuera de juego milimétrico.La guerra no terminó en la segunda parte. El toma y daca fue constante, con el Real Madrid agobiado por la insistente presión del Eibar aunque con momentos de inspiración para sacar contragolpes. El 2-2 o el 1-3 se olfateaban en el ambiente. No había tiempo para respirar y sí para los errores, como el de Sergio Ramos en una mala entrega que no aprovechó Inui, o para los aciertos, como el de Dmitrovic, que salvó un mano a mano ante Rodrygo.
Con Modric en retroceso, Zidane sacó al croata por el uruguayo Fede Valverde para buscar un oxígeno que ya no podía ofrecerle el balcánico. Para entonces, Toni Kroos ya había agarrado el timón y con el charrúa en el campo esperaba más recorrido por todo el campo.Sin embargo, lució el cansancio general, que en el último cuarto de hora provocó muchas imprecisiones en ambos bandos. Predominó el bombardeo del Eibar sobre área blanca y el aguante del Real Madrid fue consistente hasta el final, hasta que Lucas Vázquez, sobre la bocina, definió en un contragolpe para decidir un encuentro bellísimo que reconcilió a los aficionados con el fútbol.