Padres ahora lucen como potencia para 2021
Hace varios años, el gerente general de los Padres, A.J. Preller – en un agresivo intento por destronar a los Dodgers en el Oeste de la Liga Nacional – hizo una serie de movimientos altisonantes, incluyendo adquirir a un abridor que había en su momento sido héroe de la postemporada para Tampa Bay. ¿Les suena familiar la historia?
Eso fue lo que pasó en el invierno 2014-2015, cuando los Padres, en un desacertado intento de ir por todo de una vez, obtuvieron algunos nombres conocidos (Matt Kemp, Justin Upton, Craig Kimbrel y James Shields, entre ellos) a un gran costo (incluyendo a Trea Turner, Max Fried, el cubano Yasmani Grandal, Zach Eflin, y el puesto 13 en el draft del 2015). Aquello fue impactante e impresionante, además de riesgoso, y el resultado fue un roster mal armado con pocas probabilidades de ganar. Y eso fue exactamente lo que sucedió. Despidieron a su manager en junio y terminaron en el cuarto lugar. La franquicia quedó entonces en un hueco bien profundo del que sólo recientemente fueron capaces de salir.
Esta vez, Preller lo ha hecho de nuevo, adquiriendo a Blake Snell de los Rays y, de acuerdo con múltiples informes, a Yu Darvish y al puertorriqueño Víctor Caratini de los Cachorros, además del acuerdo al que habrían llegado con el respetado infielder coreano Ha-seong Kim. Todo tiene un aíre parecido al del 2015, porque sigue siendo Preller, siguen siendo varios movimientos ruidosos e impresionantes y riesgosos, y todos estos años después, los Dodgers siguen en lo más alto de la división.
Pero esta vez es diferente. Esta vez, los Padres están listos para la pelea, sin importar que hagan los Dodgers. Esta vez, se puede argumentar legítimamente que los Padres son el mejor equipo de béisbol de cara al 2021. Y casi con certeza podemos decir que todavía tienen más movimientos bajo la manga.
De hecho, incluso antes esta semana, los Padres probablemente ya podían decir que estaban en esa conversación, la de ser uno de los pocos aspirantes a la Serie Mundial. Pero ya hablaremos sobre eso.
Ahora, esas ciertamente son muchas flores para un equipo que todavía no ha tenido un récord ganador en una temporada completa de 162 juegos desde el 2010. Entre 2011 y 2019, sólo un equipo perdió más juegos. Han sido muchos años en el desierto, donde por años la historia más interesante sobre los Padres era si iban a traer de vuelta los uniformes marrones. (Lo hicieron en el 2020).
Es una afirmación especialmente arriesgada al considerar que en la misma división siguen estando los Dodgers, que han ganado el Oeste de la L.N. los últimos ocho años… y la Serie Mundial hace un par de meses. No es como si Mookie Betts, Cody Bellinger, Clayton Kershaw y Walker Buehler se van a ir a otro lado. No, seguirán en L.A.
E incluso así: Los Padres fueron, utilizando cualquier forma de medición, el segundo o tercer mejor equipo de la temporada 2020. Terminaron con la tercera mayor cantidad de triunfos, sólo detrás de los dos equipos que ganaron los banderines. Básicamente terminaron empatados en el quinto lugar con los Dodgers en WAR de pitcheo; fueron segundos, sólo detrás de los Medias Blancas, en WAR para jugadores de posición. Tuvieron el tercer mejor porcentaje de slugging, anotaron la tercera mayor cantidad de carreras y se robaron la mayor cantidad de bases. Sólo un equipo – los Dodgers – convirtieron más swings en batazos fuertes (95 mph o más de velocidad de salida), y ningún equipo mejoró tanto su tasa de swings hechos a pitcheos fuera de la zona de strike en 2020 con respecto al 2019.
Ahora, pensando ya en el 2021, vamos a usar el ranking de FanGraphs de WAR proyectado. Para el momento en el que estamos viendo esto, la mañana del martes en la costa Este, FanGraphs ya incluyó a Snell en la rotación de los Padres, pero todavía no ha añadido a Darvish, así que vamos a hacerlo por ellos. Vamos a sacar el 1.2 de WAR proyectado de Zach Davis, que ahora va rumbo a Chicago, y vamos a reemplazarlo por el 4.2 de WAR con el que terminaría Darvish, de acuerdo con la misma proyección, en una cantidad similar de innings. Con esa mejoría de +3.0 de WAR – no haremos lo mismo con Caratini, pues un receptor suplemente no cambia mucho las cosas – y tenemos lo siguiente…
Obviamente no se trata de una predicción infalible, y tampoco toma en cuenta que ninguno de los dos equipos ha terminado sus compras. Los Dodgers ni siquiera han empezado y mañana podrían decidir firmar a Liam Hendriks o hacer un cambio por el puertorriqueño Francisco Lindor. Lo que esto demuestra es sencillamente lo cerca que están ambas novenas.
También deja claro todo lo que han mejorado los Padres. Hace seis semanas, justo después de que comenzara la agencia libre, utilizamos este método para hacer un ranking con los 30 equipos. Los Dodgers, para sorpresa de nadie, estaban en el 1er lugar. Pero incluso entonces, los Padres estaban en el segundo puesto, solo que casi cinco victorias detrás de L.A. Snell y Darvish recortaron casi toda esa distancia.
Pero también es importante revisar cómo llegaron a este punto. Por un lado, no son los cambios en sí la parte más interesante de esta historia, sino cómo San Diego se puso otra vez en posición para poder volver a considerar ese tipo de movimientos.
Esto empezó todo en el 2016, luego de que aquellos Padres del 2015 que pusieron todas las cartas sobre la mesa terminaron colapsando. Como escribió en su momento A.J. Cassavell para MLB.com, el club “reconstruyó su sistema de granjas en nueve meses”, obteniendo en cambios y seleccionando en el draft a prospectos como el cubano Adrián Morejón, Eric Lauer, Josh Naylor, el dominicano Manuel Margot y Chris Paddack, que se convirtieron bien sea en parte del núcleo del equipo o terminaron involucrados en los cambios por Mike Clevinger, Emilio Pagán y Trent Grisham. Cassavell no mencionó que el dominicano Fernando Tatis Jr. llegó como parte del cambalache que llevó a Shields a los Medias Blancas, porque ni el más optimista de los fanáticos de los Padres ha podido imaginar en lo que terminaría convirtiéndose Tatis, y algunas veces es igual de importante tener suerte que ser bueno.
Todo continuó con las costosas contrataciones de Eric Hosmer (2018), Manny Machado (2019), y la menos impactante, pero de cualquier manera importante llegada de Drew Pomeranz (2020). También jugó un rol clave el proceso de draft, donde tomaron con la primera selección global a MacKenzie Gore (2017) y Xavier Edwards (2018), que a su vez fue movido para conseguir a Tommy Pham y Jake Cronenworth. El proceso siguió con los cambios por Austin Nola, Grisham, Clevinger, y casi todos los miembros del bullpen, antes de alcanzar una nueva velocidad antes del límite para hacer cambios de la temporada pasada, cuando Preller adquirió a ocho jugadores de Grandes Ligas, la mayor cantidad de jugador obtenidos por un club a mitad de campaña desde que el plazo fue movido al 31 de julio en 1986. (Terminaron siendo nueve cuando el pitcher Austin Adams debutó luego tras recuperarse de una lesión).
Así que es que llegaron aquí, al punto de que cambiar talento de primera línea – y que nadie se equivoque, se han desprendido de muy buenos jugadores para conseguir a Snell y Darvish, liderados por el colombiano Luis Patiño, que podría hacer que algún día terminen arrepintiéndose por el cambio de Snell – sea algo que tenga sentido para ellos. Esto no fue aquella ilógica intentona de golpe de estado a los Dodgers en 2014-2015, un plan que jamás iba a funcionar, porque aquellos Padres todavía no habían construido una fundación sólidos. Estos Padres sí.
Las proyecciones de WAR no ganan anillos. Los Padres tienen mucho más que demostrar que los Dodgers. Pero los Dodgers son universalmente reconocidos como el mejor equipo de todo el béisbol, y ahora los Padres pueden decir, quizás por primera vez en la historia de la franquicia, que merecen estar en la misma conversación. Es la culminación de un proceso de años de trabajo, un cambio de rumbo luego de que la última vez que intentaron algo así falló estrepitosamente. Podemos apostar a que esta vez las cosas van a salir mejor.