El Palmeiras pasea en el Maracaná y el Santos se divierte
El reconocimiento de la cancha del estadio Maracaná de Río de Janeiro en la víspera de la final de la Copa Libertadores se convirtió en un paseo para los jugadores del Palmeiras, que ni calzaron zapatillas deportivas, y en una sesión de diversión para los del Santos.
Como los dos finalistas brasileños tienen previstos entrenamientos este mismo viernes en otros estadios de Río de Janeiro ninguno se tomó muy en serio la obligatoria visita al Maracaná para reconocer la grama del estadio delante de las cámaras.
Los jugadores del Palmeiras, que llegó a la final de la Libertadores como el mejor equipo en toda la competición, ni se tomaron la molestia de ponerse zapatillas deportivas y acudieron a la cancha en tenis.
Liderados por el portero Weverton y por el delantero Rony, las dos figuras del Palmeiras que pueden obtener el título de mejor jugador de la Libertadores de 2020, los jugadores del Verdao dieron una rápida vuelta a la cancha, se tomaron fotografías en el Maracaná y, cumplida su misión ante las cámaras, se fueron directamente al estadio olímpico Nilton Santos, en donde sí tenían previsto un entrenamiento.
Los del Santos tampoco realizaron un entrenamiento formal en el Maracaná pero al menos se pusieron zapatillas y tocaron el balón.
Pero, en un equipo en que abundan las promesas juveniles, lo hicieron para los típicos juegos de habilidad con el esférico, de no dejar caer el balón, de responder a los pases con un solo toque o de regatear a un castigado que tiene que intentar quitarle la pelota a alguno de sus compañeros.
Entre los más animados estaban el punta Marinho y el delantero centro Kaio Jorge, que son los dos candidatos del Santos al galardón de mejor jugador de la Libertadores.
Pese a que no se entrenaron, los jugadores de ambos clubes sí constataron las mejorías en la grama del Maracaná, que se había convertido en motivo de queja de los clubes de Río de Janeiro antes de que el estadio fuera cerrado para prepararlo para la final de la Libertadores.
La grama fue tratada durante el receso y, según admitieron ambos clubes, quedó tan perfecta como un tapete.
Pero ni jugadores ni entrenadores de Palmeiras y Santos esconden la ansiedad de disputar la final en uno de los estadios más famosos del mundo, que ha sido palco de las finales de dos Mundiales y de unos Juegos Olímpicos.
En la rueda de prensa de este viernes, el técnico del Palmeiras, el portugués Abel Ferreira, aseguró que está con “la piel de gallina” por poder disputar una final en el Maracaná debido a que siempre escuchó hablar del estadio como uno de los mayores templos del fútbol mundial.
“Por eso será una oportunidad única, un desafío, un placer y una honra estar aquí para disputar una final, porque el Maracaná significa eso, un templo del fútbol”, dijo.
El técnico del Santos, Alexi Stival “Cuca”, recordó varias finales que disputó en el Maracaná como técnico de clubes cariocas, incluyendo la derrota en la decisión de la Libertadores entre el Fluminense y el Liga de Quito, así como un gol que anotó en el estadio y del que se enorgullece.
Para la gran mayoría de los jugadores disputar una final en el Maracaná es inédito, así como conquistar un título en el estadio carioca, pero no para el portero Weverton ni para el zaguero Luan, ambos jugadores del Palmeiras.
Los dos integraron la selección olímpica brasileña, junto a estrellas como Neymar y Gabriel Jesús, que conquistó en el Maracaná el oro en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016.
Weverton vivirá su tercera final en el Maracaná debido a que en 2013 disputó en este estadio el partido de vuelta de la final de la Copa do Brasil. En la época, actuando para el Athletico Paranaense, tuvo que conformarse con el segundo lugar ya que el Flamengo se impuso por 2-0 en su casa.