Emotivo ceremonia en homenaje a Hank Aaron en Atlanta
Brian Snitker contuvo las lágrimas al recordar el afecto que tenía Hank Aaron por aquellos que no poseían su inigualable talento en el terreno de juego.
Después de retirarse y ser nombrado como director de desarrollo de jugadores en la organización de Atlanta, Aaron no sólo estaba pendiente de los prospectos más cotizados.
“Siempre buscaba subir a los jugadores y prefería que no fueran los que habían firmado por grandes montos”, dijo Snitker, el mánager de los Bravos desde 2016 y que comenzó su carrera en el dugout gracias a Aaron. “Quería tener a ese chico que trabajaba fuerte, el que ponía más ganas”.
Snitker estuvo entre los que hablaron el martes en la ceremonia para honrar a Aaron, que falleció la semana pasada a los 86 años.
El comisionado Rob Manfred, el miembro del Salón de la Fama Chipper Jones y el exjardinero de los Bravos Marquis Grissom estuvieron entre las personas que hablaron en la ceremonia que se realizó detrás de un pasillo situado detrás del plato en el Truist Park. Otras personas enviaron sus mensajes por video.
Su número 44 fue pintado en el césped en el centro del terreno. El presidente de los Bravos Terry McGuirk señaló el inusual caluroso día en enero —la temperatura llegó a 15 grados (60 F) — como una señal desde el cielo por uno de los grandes íconos del béisbol.
Recordando a los 10 integrantes del Salón de la Fama que han fallecido en el último año, Manfred resaltó que Aaron “pertenece a nuestro Monte Rushmore”. Fue una alusión al monumento en Dakota del Sur con las espectaculares efigies de presidentes de Estados Unidos talladas en una colina.
Los Bravos tienen planeado honrar a Aaron la próxima temporada. McGuirk anunció la primera de las iniciativas: una donación de 1 millón de dólares para establecer la fundación Henry Louis Aaron, que trabajará para incrementar la participación de minorías entre los jugadores, mánagers, entrenadores y personal de los despachos.
La donación de los Bravos será igualada por las Grandes y el gremio de peloteros, con aportes de 500.000 dólares cada uno.
Manfred señaló que quieren “continuar con el buen trabajo que hizo durante su vida, particularmente alentando a las minorías a participar en el béisbol”.