La luchadora Mystique, no descarta ponerse ruda
Acostumbrada al apapacho de los aficionados en la esquina técnica, Mystique no descarta en un futuro probar las mieles de la rudeza, pues sabe que es un paso inevitable en el deporte de los costalazos.
Y no, tampoco le desagrada la idea. “No lo voy a negar, un buen luchador debe saber manejar las dos esquinas, además, la mayoría de mis maestros son rudos, tengo la rudeza ahí y por comentarios de compañeras, creo que no desentono. Siento que es muy divertido ser ruda, y las técnicas tenemos otro tipo de carga. No lo había pensado en el CMLL, y ojalá Dallys me diera consejos para hacerlo mejor”.
Con Dallys la unen muchas cosas, es su madrina de lucha y un referente a seguir, pero al mismo tiempo, un objetivo profesional. “Con ella me gustaría una lucha de apuesta de lo que sea. La admiro mucho y es un sueño ser como ella, siempre se lo he dicho. Pero cuando puedo la ando ‘picudeando’ arriba del ring, y sé que ella no se va a dejar, arriba no hay respeto y si quiero ganarme un lugar debo retarla”.
Una cita que llegara en su momento, por el momento, tiene otros asuntos en qué ocuparse. “La pandemia y dejar de luchar me ha afectado bastante. Hasta el no escuchar a la gente cuando luchas, entristece. También me ha pegado en lo físico y lo anímico, no es sencillo pero hay que echarle ganas. Lo más difícil de estar aquí (en el CMLL) es que la gente te acepte, pero voy bien, he estado con frecuencia en todas las plazas de la empresa”.
Está lejos de ser una novata, razón por la que no se intimidó cuando le dieron la oportunidad en la Arena México. “Porque ya había enfrentado a todas las amazonas cuando era independiente, fue encarar el reto de ya ser una más de ellas. No me puedo quejar, he tenido buenas oportunidades, creo que es la mejor época para ser parte de la empresa, las luchadoras de antes batallaron mucho para abrirnos las puertas”.
Por ahora, tras el nuevo parón de actividades, primero buscará regresar a su mejor condición. “Es mi primera meta, verme bien, volver a ser la Mystique ágil y liviana, trato de hacer ejercicio pero no he querido acercarme a los gimnasios abiertos, porque me quiero, me cuido y cuido a mis compañeros”.
Ser una de las amazonas es un triunfo de vida para la enmascarada, quien le puso pausa a su faceta como odontóloga, para encarar su aventura con rigor. “Siento que en la lucha libre, las mujeres estamos para apoyarnos. Estoy muy agradecida con las de mayor trayectoria, por lo que hicieron, pero somos un equipo y debemos apoyarnos para conseguir más cosas. Somos 23 luchadoras y es una lucha arriba y abajo del ring, hay que buscar siempre hacer cosas diferentes, una eterna lucha para que te acepten, son grados de dificultad diferentes a los que enfrentaron en el pasado”.
Acostumbrada al apapacho de los aficionados en la esquina técnica, Mystique no descarta en un futuro probar las mieles de la rudeza, pues sabe que es un paso inevitable en el deporte de los costalazos.
Y no, tampoco le desagrada la idea. “No lo voy a negar, un buen luchador debe saber manejar las dos esquinas, además, la mayoría de mis maestros son rudos, tengo la rudeza ahí y por comentarios de compañeras, creo que no desentono. Siento que es muy divertido ser ruda, y las técnicas tenemos otro tipo de carga. No lo había pensado en el CMLL, y ojalá Dallys me diera consejos para hacerlo mejor”.
Con Dallys la unen muchas cosas, es su madrina de lucha y un referente a seguir, pero al mismo tiempo, un objetivo profesional. “Con ella me gustaría una lucha de apuesta de lo que sea. La admiro mucho y es un sueño ser como ella, siempre se lo he dicho. Pero cuando puedo la ando ‘picudeando’ arriba del ring, y sé que ella no se va a dejar, arriba no hay respeto y si quiero ganarme un lugar debo retarla”.
Una cita que llegara en su momento, por el momento, tiene otros asuntos en qué ocuparse. “La pandemia y dejar de luchar me ha afectado bastante. Hasta el no escuchar a la gente cuando luchas, entristece. También me ha pegado en lo físico y lo anímico, no es sencillo pero hay que echarle ganas. Lo más difícil de estar aquí (en el CMLL) es que la gente te acepte, pero voy bien, he estado con frecuencia en todas las plazas de la empresa”.
Está lejos de ser una novata, razón por la que no se intimidó cuando le dieron la oportunidad en la Arena México.
“Porque ya había enfrentado a todas las amazonas cuando era independiente, fue encarar el reto de ya ser una más de ellas. No me puedo quejar, he tenido buenas oportunidades, creo que es la mejor época para ser parte de la empresa, las luchadoras de antes batallaron mucho para abrirnos las puertas”.
Por ahora, tras el nuevo parón de actividades, primero buscará regresar a su mejor condición. “Es mi primera meta, verme bien, volver a ser la Mystique ágil y liviana, trato de hacer ejercicio pero no he querido acercarme a los gimnasios abiertos, porque me quiero, me cuido y cuido a mis compañeros”.
Ser una de las amazonas es un triunfo de vida para la enmascarada, quien le puso pausa a su faceta como odontóloga, para encarar su aventura con rigor. “Siento que en la lucha libre, las mujeres estamos para apoyarnos. Estoy muy agradecida con las de mayor trayectoria, por lo que hicieron, pero somos un equipo y debemos apoyarnos para conseguir más cosas. Somos 23 luchadoras y es una lucha arriba y abajo del ring, hay que buscar siempre hacer cosas diferentes, una eterna lucha para que te acepten, son grados de dificultad diferentes a los que enfrentaron en el pasado”.