Los rumores de cambio alrededor del torpedero Francisco Lindor han surgido por años, hasta el punto de que parece casi inevitable que el puertorriqueño estará vistiendo un uniforme diferente para el Día Inaugural. Pero Buster Olney de ESPN se pregunta si lo mismo también debería decirse acerca del shortstop de los Rockies, Trevor Story.

En su columna dominical (se requiere suscripción), Olney destaca que los Rockies no han podido firmar a Story a una extensión a largo plazo y ahora el jugador se encuentra a un año de convertirse en agente libre –al igual que Lindor con Cleveland. Y Story también ha sido un bateador bien productivo en años recientes, incluso después de ajustar sus números a la altura del Coors Field de Denver.

Olney discute que los Rockies necesitan empujar a Story para que tome una decisión sobre si realmente desea firmar una extensión lo más pronto posible. Si Story opta por no hacerlo, entonces Olney cree que ahora es tiempo de que Colorado encuentre a un socio para canjear a su campocorto – antes de que su superestrella se vaya sin que el equipo reciba nada a cambio. Los mismos potenciales socios de cambio para los Indios y Lindor (los Mets, Yankees, Medias Rojas, Rangers y Azulejos) podrían también estar en la puja por Story.

Tras decidir no participar en la breve campaña del 2020 debido a la pandemia, el jardinero de los Rockies, Ian Desmond, anunció el domingo por su cuenta de Instagram que “por ahora” tampoco pretende jugar en el 2021.

La publicación en la cuenta @i_dez20 dijo lo siguiente:

“En los últimos meses, he tenido conversaciones difíciles. He hecho bastantes preguntas y he pensado bastante. Por ahora, he decidido no participar en la temporada del 2021. Mi deseo de estar con mi familia es mayor que el deseo de jugar béisbol bajo estas circunstancias. Entrenaré y seguiré observando cómo evolucionan las cosas”.

Los Rockies confirmaron la decisión y tratarán el tema en algún momento durante los entrenamientos del domingo.

El derecho venezolano de los Rockies, Germán Márquez, se encuentra en una etapa de su carrera en la que puede considerársele tanto aprendiz como mentor. Y eso es algo que disfruta mucho.

En su temporada de novato en el 2017, Márquez fue pieza clave de la rotación un equipo de los Rockies que llegó a la postemporada, y tuvo un papel clave en la campaña siguiente. Sus actuaciones en muchas categorías durante los últimos años han sido comparables con algunos de los mejores lanzadores del juego. Ahora, listo para su segunda apertura de Día Inaugural, Márquez está cada vez ejerciendo más influencia sobre los otros pitchers del club.

Pero el hombre escucha tanto como habla.

“Cuando llegué a las Grandes Ligas en el 2016 era bien joven”, dijo Márquez, que cumplirá 26 años el lunes. “Aprendí mucho todos esos años. Este año, me siento como un líder entre los abridores. Pero los pitchers mayores -- Mychal Givens, nuestro cerrador, Daniel Bard – son todos muy buenos. Les gusta hablar con los muchachos, y yo sigo aprendiendo todos los días”.

Márquez ha demostrado dotes de ponchador, con 640 ponches en 634.1 innings de por vida. En las últimas tres temporadas, sus 451.2 innings lanzados lo ubican de 10mo en esa categoría en ambas ligas. No olviden que los Rockies lo mandaron a parar con poco más de un mes por jugar en el 2019, una temporada perdida para el club.

En la abreviada temporada 2020, Márquez lideró a la Liga Nacional con 81.2 innings, en los que dejó récord de 4-6 con 3.75 de EFE y 73 ponches por 25 boletos. Su año habría lucido mucho mejor de no ser por una terrible salida en Coors Field: 10 carreras en cinco innings contra los Astros el 20 de agosto.

El récord de 42-30 de Márquez con 4.24 de EFE en 109 juegos, con sus únicas tres presentaciones como relevista durante aquella primera temporada del 2016, sugieren que está cerca de ascender a otro nivel en la Gran Carpa.

“El récord de ganados y perdidos no estuvo donde yo creo que va a estar, no sólo este año, sino a largo plazo, pero está manejando su ascenso durante estos primeros cuatro años con gran compostura y liderazgo, y pienso que todavía tiene mucho por crecer”, dijo Bud Black, el manager de los Rockies. “Lo que me gusta es que los managers y los coaches de los otros equipos saben de su talento. Cuando otros managers, coaches y jugadores empiezan a hablar sobre Germán Márquez y a compararlo con otros abridores en la liga – los buenos – entonces ya sabes que llegó”.

Pero Márquez cree que todavía tiene mucho que aprender y mejorar.

La mayor parte del éxito de Márquez ha sido venciendo a los bateadores en la parte baja de la zona de strikes con rectas de dos y cuatro costuras, slider y curva. Desde 2018, sus 282 ponches con curvas debajo de la zona lideran a las Mayores, y sus 373 swings fallados contra curvas son la tercera mayor cifra.

Para preparar a los bateadores, Márquez suele atacar primero con rectas de cuatro costuras entre 95 y 96 mph en la parte alta de la zona. “Primero veo alto en la zona, y si el bateador hace swing y falla, entonces puedo venir con mis pitcheos secundarios”, dijo Márquez.

Una forma de hacer eso es tratar en la medida de lo posible de soltar la pelota en el mismo punto cuando está lanzando su recta y su curva. Es algo con lo que le fue muy bien en el 2020 con su sinker y su slider.

“Lo que ha crecido en términos de fortaleza mental y de simplificar su forma de pensar lo ha ayudado inmensamente”, dijo el coach de lanzadores de los Rockies, Steve Foster. “El año pasado mejoró utilizando su recta en la parte alta de la zona contra ciertos bateadores en ciertas cuentas. Es un atleta al que le puedes enseñar, alguien adaptable y moldeable. Es un placer ser su coach”.

Con los Rockies dependiendo mucho de su rotación mientras solucionan los problemas de su lineup, Márquez ha asumido la responsabilidad de compartir el conocimiento entre los abridores. Márquez alentó a su compatriota Antonio Senzatela para que utilizase más su curva al final de la temporada 2019 y el resultado fue el mejor año de la carrera del también derecho en el 2020.

La temporada pasada, los Rockies se vieron forzados a apurar al dominicano Antonio Santos (16.50 de EFE en tres juegos) y el venezolano José Mujica (12.46 de EFE en dos juegos). Pero utilizando la misma intuición que usó con Senzatela, Márquez está impartiendo lecciones en español.

“Tienen una mentalidad fuerte y son inteligentes”, dijo Márquez. “Tienen que poner las cosas malas a un lado y seguir adelante. Eso fue lo que les dije”.

La actitud de Márquez hacia los dos jóvenes lanzadores es un indicativo de la forma de proceder que necesitan los Rockies. Dejar los números a un lado y enfocarse en la gente.

El año pasado, los Rockies tuvieron a tres de los 17 pitchers de la Liga Nacional con el más bajo soporte ofensivo: Kyle Freeland (3.75 carreras en promedio), Márquez (4.39) y Senzatela (4.66). Pero Márquez ve talento en el roster y se ilusiona pensando en que la franquicia de un giro.

“Este equipo sigue siendo joven y todo el mundo tiene ganas de jugar y de ganar”, resumió Márquez. “Este año va a ser muy bueno para nosotros”.

Los Cardenales normalmente no han surgido como uno de los destinos en un posible cambio por el antesalista de los Rockies, Nolan Arenado. Pero Andrew Simon de MLB.com sugiere un impactante cambio que enviaría al antesalista a San Luis.

“Es posible que los Cardenales sean creativos, debido a los grandes contratos que están a punto de expirarse (Matt Carpenter, Dexter Fowler, Andrew Miller y [el dominicano] Carlos Martínez)”, indicó Simon.

Suponiendo que su descenso con el bate el año pasado fue producto de una extraña y breve campaña, Arenado sería un enorme refuerzo en la tercera base por encima de Carpenter, quien ha enfrentado obstáculos en los últimos dos años”.

Arenado ha generado bastantes rumores de cambios debido a de que los Rockies tuvieron una difícil temporada y al estelar antesalista le resta una campaña para salirse de su contrato con Colorado. Aún le quedan seis años y US$199 millones en el pacto, y viene de un descenso en el plato mientras jugaba con una dolencia en el hombro izquierdo.

Los Rockies y el derecho venezolano, Antonio Senzatela, llegaron el martes a un acuerdo para la temporada 2021 por US$3 millones, evitando así asistir a la audiencia de arbitraje.

En 12 aperturas en la temporada 2020, Senzatela dejó 153 de EFE+, o 53 puntos mejor que el promedio de las Grandes Ligas, por encima que su compatriota y compañero de equipo Germán Márquez (140) y de Kyle Freeland (122). Senzatela también tuvo 3.44 de EFE, comparado con 3.77 de Márquez y 4.33 de Freeland.

En total, Senzatela tuvo récord de 5-3 y lanzó el único juego completo de los Rockies la temporada pasada, gracias en buena medida a los cambios que hizo a la forma de usar su repertorio.

Después de dejar marca de 10-6 con 5.68 de EFE como novato en el 2017, Senzatela tuvo foja de 17-17 con 5.73 de EFE en 48 juegos (38 aperturas) en las próximas dos temporadas. De acuerdo con Statcast, Senzatela lanzó su recta de cuatro costuras el 72.3% de las veces en el 2017. Esa cifra bajó a 64.1% en 2018 y 61.9% en 2019. 

Márquez luego le sugirió a Senzatela a finales de la temporada de 2019 que utilizara más su bola rápida y los resultados llegaron en el 2020. También utilizó su curva de forma más estratégica y lanzó su slider (24.6%) y su cambio (9.2%) más que nunca. 

Su tasa de ponches siguió siendo de las más bajas en el béisbol, con 13.1% en 2019, 13.5% en 2020. Pero Senzatela fue capaz de evitar que los bateadores no le pegaron con tanta fuerza a sus pitcheos.

El viernes vence el plazo para que jugadores y equipos entreguen sus cifras de arbitraje.

El lanzador derecho de los Rockies de Colorado, Daniel Bard, fue nombrado el lunes ganador de la edición 2020 del Premio Tony Conigliaro, en reconocimiento a su increíble regreso a las Grandes Ligas tras seis temporadas de ausencia.

Este no es el primer premio que se gana Bard en esta temporada muerta. Este mismo mes se llevó a casa el Regreso del Año de la Liga Nacional, que es entregado por Major League Baseball.

El Premio Tony Conigliaro fue creado por los Medias Rojas en 1990, como una forma de honrar al ya fallecido outfielder de Boston, cuya promisoria carrera se vio truncada por un pelotazo en 1967. El galardón se le entrega a un “jugador de Grandes Ligas que supera la adversidad gracias a atributos el espíritu, la determinación y el coraje, todos sellos de Tony C”. Un comité de 15 personas que incluye a miembros de la prensa, directivos de MLB, ejecutivos de los Medias Rojas y los hermanos Conigliaro, Richie y Billy, votan para el premio.

Conigliaro, nativo de Massachusetts, se unió a los Medias Rojas a los 19 años en 1964. Lideró a la Liga Americana en jonrones un año después y fue al Juego de Estrellas en 1967, poco antes de ser golpeado en la cara por un pitcheo en agosto. Luego de perderse toda la temporada de 1968, Conigliaro regresó a la Gran Carpa y jugar 382 juegos más, pero continuos problemas de visión lo obligaron a dejar el béisbol. Murió de un infarto a los 45 años en 1990.

Bard debutó con los Medias Rojas en el 2009 y rápidamente se convirtió en pieza clave del bullpen del club. Tuvo su mejor temporada en el 2010, dejando 1.93 de EFE y ponchando a 76 bateadores en 74.2 innings. 

Pero Bard comenzó a tener problemas sobre la loma a finales del 2011, el inicio de una serie de tropiezos que incluyeron lesiones, problemas de ansiedad y un intento de empezar a lanzar por debajo del brazo. Lanzó en dos juegos en las Mayores para Boston en el 2013 y luego ningún otro en las próximas seis temporadas, durante las cuales pasó por cinco organizaciones.

No fue sino hasta que Bard se retiró y se unió a los D-backs en un rol de mentor que se dio cuenta que había recuperado la habilidad y el deseo de lanzar otra vez en las Mayores. Firmó un contrato de ligas menores con los Rockies en febrero y procedió a dejar récord de 4-2 con seis salvados y 3.65 de EFE y 27 ponches en 24.2 innings a los 35 años.