El Barcelona recibe un baño de realidad
El Barcelona acababa de encajar el gol del empate ante el Paris Saint-Germain cuando el veterano zaguero Gerard Piqué se exasperó con sus compañeros en el Camp Nou.
Mientras el PSG se disponía a cobrar un tiro de esquina, Piqué clamaba — a fuerza de gritos y palabrotas — para que su equipo fuera capaz de mantener una posesión larga en ataque.
Antoine Griezmann, quien había retrocedido para defender ante el asedio agobiante del PSG en busca de otro gol, le pidió calma a Piqué.
¡Ya, tranquilo, deja de gritar!”, suplicó el delantero francés. La discusión prosiguió, intercambiando insultos, mientras sus compañeros trataban que ambos se enfocaran en el partido.
¡Estamos sufriendo, llevamos cinco minutos así!”, bramó Piqué. “Estamos corriendo como locos”.
“Yo también estoy corriendo como un loco”, replicó Griezmann.
El cruce de palabras finalmente acabó, pero no el sufrimiento del Barcelona que terminó sucumbiendo 4-1 en la ida de su serie de octavos de final de la Liga de Campeones.
Y esta vez, no hay indicios que presagien otra memorable remontada para el club catalán como la ocurrida hace casi cuatro años cuando se impusieron 6-1 para revertir un 4-0 adverso en París.
Los azulgranas lucieron magullados tras el revés del martes, con jugadores y el técnico Ronald Koeman reconociendo que no estuvieron a la altura de un muy superior PSG.
Urgen cambios en el Barça.
No se esgrimieron excusas o se intentó apelar al orgullo propio tras el partido. Fue una derrota sin paliativos que dejó el ánimo de los jugadores por los suelos. El tono al hablar delató a un equipo desmoralizado.
Koeman tampoco fue capaz de soplar algo de optimismo, esencialmente tirando la toalla de cara al partido de vuelta en París dentro de tres semanas.
“Te puedo mentir pero perdiendo 4-1 en casa hay muy pocas opciones”, dijo el técnico holandés.
Lo que más dolió fue la manera cómo sucumbieron, borrados de la cancha durante la mayor parte del trámite.
“Hay que reconocer que han sido superiores”, dijo Koeman. “Han demostrado, sobre todo en la segunda parte, que tienen un equipo más completo que nosotros. Hay que aceptarlo y seguir mejorando”.
Ha pasado mucha agua bajo el puente desde la remontada del 6-1 en 2017, con el Barça perdiendo su aureola dominante en Europa.
En cambio, el PSG no ha parado de reforzarse con grandes figuras en busca de conquistar el máximo título continental. Perdieron la final de la pasada edición ante el Bayern Múnich, los mismo que vapulearon 8-2 al Barcelona en los cuartos de final.
“Estamos cambiando cosas”, dijo Koeman, quien tomó las riendas tras la debacle ante el Bayern. “El partido nos ha demostrado que nos faltan cosas para estar al mejor nivel, especialmente en nivel de Champions”.
En busca de su primera consagración en la Champions desde 2015, el Barcelona se sumergió en el caos tras la derrota en el Bayern. Se debate en una crisis institucionales y sus problemas financieros se han exacerbado por la pandemia de coronavirus.
El club catalán ha alcanzado los cuartos de final de la Champions en 13 ocasiones consecutivas, sin fallar desde 2007. Esa temporada 2007-08 había sido la última desde que el Barça se quedó sin ganar un solo título hasta la pasada campaña.
Pero habían dado muestras de recuperación en las semanas previas a la eliminatoria contra el PSG. Las bajas de Neymar y Ángel Di María en el campeón francés parecían conspirar a favor de los azulgranas, cuyo astro Lionel Messi llegaba entonado con nueve goles en sus últimos nueve partidos.
Pero el equipo se fue diluyendo tras un promisorio arranque, con un gol de penal de Messi a los 27 minutos.
El PSG no se amilanó al seguir el plan táctico de su técnico Mauricio Pochettino. Le dieron la vuelta al marcador con la tripleta de un inmenso Kylian Mbappé y otro gol de Moise Kean.
Los papeles se invirtieron. El PSG se mostró como el titán europeo, y los jugadores del Barcelona lo sintieron.
“No es la imagen que queríamos”, dijo Griezmann. “Hay que trabajar e intentarlo hasta el último segundo. Iremos allí a ganar, a intentar pasar, sabemos que es complicado, pero no vamos a ir a París de visita”.