NFL no suspendió juegos tras ataque del 9-11 hace 20 años

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Cadena Noticias,  Estados Unidos, Nueva York, New York, 

Dos décadas después y de nuevo los Talibanes tienen el control de Afganistán; hoy, 11 de septiembre del 2021, se cumplen 20 años del ataque de Al Qaeda a las Torres Gemelas de Nueva York, atentado que paralizó a millones en el planeta, y el mundo del deporte no fue la excepción, menos la NFL.


Era martes por la mañana, apenas horas habían pasado de la derrota justamente de los New York Giants en Denver ante los Broncos en el primer partido de lunes por la noche de la temporada 2001 del futbol americano profesional de los Estados Unidos; quién iba a pensar que, por causas de fuerza mayor, la Semana 2 tendría que posponerse.


“La sala de entrenamiento estaba llena y la televisión encendida y, noticias de última hora, una torre fue alcanzada y nos reunimos alrededor de la televisión, preguntándonos qué estaba pasando (...). De repente, ves una explosión. Te estás preguntando, ¿estamos bajo ataque?”, dijo a la NFL Vinny Testaverde, entonces quarterback de los New York Jets.


En aquella ocasión, Al Qaeda secuestró cuatro aviones comerciales, dos se estrellaron en las Torres Gemelas y uno en el Pentágono, el cuarto avión nunca llegó a su destino, pues se estrelló en un campo en Pennsylvania; dicha aeronave correspondía al vuelo 93 de United Airlines.


“Regresamos al aeropuerto de Newark temprano esa mañana, y el vuelo que estaba justo al lado de nosotros era el vuelo 93 de United (Airlines). Estábamos justo al lado de ellos”, dijo el exreceptor de los Giants Amari Tomer al sitio oficial de la Liga.


Aquel día fue un caos en lo personal para millones de estadounidenses y también en lo profesional para otros miles, entre ellos los ejecutivos de la NFL, organización que justamente tenía una de sus oficinas dentro de una de las Torres Gemelas.


La NFL tardó en suspender los partidos


Paul Tagliablue, entonces comisionado de la NFL, y su oficina fueron muy criticados por lo que a los ojos de muchos fue una reacción tardía; habían pasado ya 24 horas y la Liga no se había pronunciado sobre una suspensión de los partidos de la Semana 2; millones creían que en un momento así el futbol americano debía pasar a segundo plano, incluso miembros de la misma Liga.

“No era el momento de jugar (...) les dije que estaba tomando la decisión de no jugar contra los Raiders. Si necesitaban ponerme en la banca, multarme o cortarme, estaba dispuesto a aceptarlo. Sé que esto es más importante que el fútbol en este momento. Conocemos familias que han perdido a sus seres queridos. Queremos estar con ellos y llorar con ellos”, aseguró Testaverde.

De acuerdo a Sports Illustrated, tanto Tagliablue como Gene Upshaw, entonces presidente del sindicato de jugadores, habían perdido a amigos cercanos en la tragedia por lo que ambos estaban de acuerdo en no jugar la Semana 2 en ese momento; sin embargo, los jugadores querían encontrar una manera de recibir su cheque semanal pese a no disputar el partido.


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Hoy se celebra el Día de los Patriotas

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Cadena Noticias,  Baja California, Mexico, 

El 11 de septiembre de cada año, los estadounidenses celebran el Patriot Day o Día de los Patriotas, en memoria de los casi 3 mil muertos en los atentados del 11 de septiembre de 2001.

Se realizan actos de recuerdo de las víctimas, como banderas a media asta, minutos de silencio, exposiciones, conciertos. Y también se exalta el patriotismo de Estados Unidos.

La mayor parte de los estadounidenses conocen a este día como Nine/Eleven (9/11) haciendo referencia a la fecha anglosajona de los atentados.



Qué dice el documento recién desclasificado sobre los ataques del 9-11

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El Universal,  Ciudad de México, Mexico, 

En el vigésimo aniversario del atentado más mortífero en suelo estadounidense, el Buró Federal de Investigaciones (FBI) publicó un documento que analiza las posibles conexiones entre varios ciudadanos sauditas en Estados Unidos y dos de los atacantes del 11 de septiembre de 2001.

Los familiares de las víctimas de los ataques de las Torres Gemelas llevaban años solicitando la divulgación de estos archivos clasificados, argumentando que los funcionarios sauditas habrían tenido conocimiento previo del atentado pero que no intentaron detenerlo.

Sin embargo, el documento —el primero de varios que se espera que sean hechos públicos— no proporciona ninguna evidencia de que el gobierno saudita hubiera estado vinculado o tuviera conocimiento del complot contra las Torres Gemelas.

Antes de la desclasificación, la embajada saudita en Washington se mostró a favor de que los archivos se sacaran a la luz, y una vez más negó cualquier vínculo entre su país y los secuestradores, señalando que tales afirmaciones son "falsas y maliciosas".

¿Qué dice el documento?

El documento del FBI de 16 páginas se basa en entrevistas con una fuente cuya identidad está clasificada (nombrada como PII) y describe los contactos entre varios ciudadanos sauditas y dos de los secuestradores, Nawaf al-Hazmi y Khalid al-Midhar.

Ambos se hicieron pasar por estudiantes para ingresar a Estados Unidos en el año 2000.

El memorando del FBI dice que luego recibieron un apoyo logístico significativo de Omar al-Bayoumi, quien, según testigos, era un visitante frecuente del Consulado de Arabia Saudita en Los Ángeles a pesar de que su estatus oficial en ese momento era el de estudiante.

Según la fuente del FBI, Bayoumi tenía "un estatus muy alto" en el consulado.

"La asistencia de Bayoumi a Hamzi y Midhar incluyó traducción, viajes, alojamiento y financiación", dice el documento.

Por otra parte, el archivo del FBI también asegura que hubo vínculos entre los dos secuestradores y Fahad al-Thumairy, un imán (líder musulmán) de la mezquita del rey Fahad en Los Ángeles, a quien las fuentes citadas describen como "de creencias extremistas".

Tanto Bayoumi como Thumairy abandonaron Estados Unidos semanas antes de los ataques del 11 de septiembre, según la agencia de noticias AP.

La agencia también citó a Jim Kreindler, un abogado de los familiares de las víctimas del 11 de septiembre, diciendo que el documento publicado "valida los argumentos que presentados en el litigio sobre la responsabilidad del gobierno saudí en los ataques del 11 de septiembre".

El mes pasado, una demanda iniciada por familiares llevó a que varios altos exfuncionarios sauditas fueran interrogados bajo juramento.

Las familias de algunas víctimas llevaban tiempo presionando al presidente Joe Biden para que desclasificara los documentos.

Las administraciones precedentes, las de George W. Bush, Barack Obama y Donald Trump,se negaron a desclasificar los documentos, citando como argumento la seguridad nacional.

Pero el actual presidente Joe Biden ordenó la semana pasada una revisión de los documentos y les pidió a los funcionarios que publicaran lo que pudieran durante los próximos seis meses.

Durante mucho tiempo se ha especulado sobre vínculos oficiales sauditas con el atentado, dado el número de ciudadanos de ese país involucrados y los antecedentes del líder de al Qaeda, Osama bin Laden.

El líder de al Qaeda, Osama Bin Laden.

Estados Unidos y Arabia Saudita han sido aliados durante mucho tiempo, aunque a veces la relación ha sido compleja.

El anterior presidente estadounidense, Donald Trump, fortaleció los lazos entre su país y la monarquía absoluta.

Pero Biden calificó a Arabia Saudita de "paria" después de que en febrero de este año un informe de inteligencia de Estados Unidos implica al príncipe heredero, Mohammed bin Salman, en el asesinato del periodista Jamal Khashoggi, ocurrido en 2018. Bin Salman niega haber ordenado el asesinato, que tuvo lugar en el consulado saudita en Estambul.

El corresponsal de seguridad de la BBC, Frank Gardner, afirma que desde entonces Biden ha suavizado su postura hacia el que es el hombre más poderoso de Arabia Saudita, reflejando la importancia de la alianza entre ambos países.



¿Sabes cuáles canciones prohibieron en EU tras el 9-11? Aquí la lista

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Cadena Noticias,  United States, New York, 


El 11 de septiembre de 2001 ocurrió uno de los hechos más importantes de la era moderna de la humanidad. El grupo terrorista radical islámico, Al Qaeda, estrelló un par de aviones con pasajeros contra las Torres Gemelas del World Trade Center de Nueva York y el Pentágono, siendo el ataque terrorista más mortífero de la historia del mundo. Este momento impactó por obvias razones a Estados Unidos y al planeta entero. 


En medio de la tragedia –donde lamentablemente perdieron la vida 2 mil 997 personas y 6 mil resultaron heridas–, surgió un enorme sentimiento patriótico en el país vecino. Sin embargo, también se vio una fuerte campaña antimusulmanes que se esparció por todos lados, aunque todo esto curiosamente tuvo un efecto dramático en el arte, inspirando a muchos artistas a hablar de temas más oscuros con los que los fans tenían que enfrentarse, aunque esto no les gustara.


Algunas canciones se “prohibieron” después del 11 de septiembre


Después del 11 de septiembre de 2001, un montón de músicos decidieron tomar como inspiración lo que sucedió y componer canciones para honrar y recordar a las víctimas del atentado. Pero bajita la mano y más allá de los emotivos tributos, muchas empresas de medios de comunicación empezaron a censurar el arte considerado como insensible o antiamericano, por miedo a ofender o molestar a una nación traumatizada.


Una de ellas fue la corporación mediática Clear Channel Communications (ahora conocida como iHeartMedia), que tres días después del ataque, envió un memorándum a sus más de 1 mil emisoras de radio en todo Estados Unidos con una lista con 165 canciones que consideraban “líricamente cuestionables” e insensibles para ser reproducidas tras los ataques. En aquel momento, esto parecía una leyenda urbana, pero con el paso del tiempo se confirmó que era real.


Y claro que podemos comprender las razones por las cuales “censuraron” estas rolas, algunas son un poco obvias: por ejemplo, todo el catálogo de Rage Against The Machine probablemente lo prohibieron porque su música critica a Estados Unidos; pero otras de plano no las entendemos. Es por eso que acá les contaremos de 10 canciones en específico que no se podían escuchar en la radio tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.


System of a Down – “Chop Suey!”


System of a Down las llevaba de perder por un simple y tonto motivo: sus integrantes son de ascendencia armenia. Y aunque su país no tiene vínculos con el grupo terrorista que atacó a las Torres Gemelas, muchos estadounidenses los relaciones con ellos. Su disco debut, Toxicity, fue número uno en puestos de ventas durante la semana del 11 de septiembre de 2001, pero la controversia por las referencias a la muerte en “Chop Suey!” hicieron que censuraran a esta rola, aunque nunca fue totalmente prohibida.




The Beatles – Ticket To Ride


Esperen un momento, ¿en la lista también venía la música de una de las bandas más queridas en la historia de la música? Bueno, pues aunque no lo crean, The Beatles también estaba en este listado con dos canciones, “A Day in the Life” y “Ticket To Ride”. Esta última resulta extraña y no entendemos muy bien por qué, pero quizá porque el título de la canción habla de alguien comprando un boleto para viajar, pero hasta los Fab Four salieron embarrados en todo esto.




Beastie Boys – “Sabotage”


A pesar de que los Beastie Boys son uno de los grupos más famosos y respetados de Nueva York; sin embargo, tampoco se salvaron de aparecer en dicha “lista negra” de canciones que no se podían escuchar en la radio después del 11 de septiembre de 2001. “Sabotage” es un rolón, de eso no tenemos duda, pero la palabra como tal significa significa destruir algo, lo que sin duda podría relacionarse con los atentados terroristas en la Gran Manzana.




Phil Collins – “In The Air Tonight”


Aunque no lo crean, al mismísimo Phil Collins y una de sus más grandes canciones terminaron dentro de esta controversial lista. El músico británico estrenó “In The Air Tonight” como su primer sencillo en solitario en 1981, 20 años después y luego de la tragedia en el WTC de Nueva York, para much@s estadounidenses era complicado escuchar esta canción porque nadie quería ver cosas en el aire. Sí, por esa simple razón.




The Doors – “The End”


Por supuesto que aquellas canciones que hablaban del fin del mundo, también pasaron por la “censura”. Además de R.E.M. con “It’s the End of the World As We Know It (And I Feel Fine)”, The Doors entraron en esta parte de la lista con “The End”, un tema que de por sí ya nos transmite una vibra sumamente oscura y deprimente en la voz de Jim Morrison, la letra nos remonta a un escenario caótico y casi apocalíptico que nadie quería explorar después del 11 de septiembre.




Bob Dylan – “Knockin’ On Heaven’s Door”


Quizá esta rola sí es muy obvia y entendemos por qué mucha gente en Estados Unidos no quisiera escuchar “Knockin’ On Heaven’s Door” en la radio. No importa si es la versión original de Bob Dylan, o algunos de los covers que aparecieron después, como el de Guns N’ Roses, la simple idea de una rola con una letra intensa y que habla de alguien llegando a tocar las puertas del cielo no era lo mejor después del 11 de septiembre de 2001.




Elton John – “Rocket Man”


Se podría decir que este caso es un tanto exagerado como para ganarse un lugar entre las canciones prohibidas en la radio, porque básicamente no habla de los cohetes o explosivos tal cual; de hecho y como muchos ya lo saben, la letra hace referencia a alguien que va al espacio. Sin embargo, algunos consideraron que el título de “Rocket Man”, uno de los más grandes clásicos de Elton John, era más que suficiente como para que no sonara en las emisoras de Estados Unidos.




Queen – “Another One Bites The Dust”


Al igual que The Beatles, Queen logró entrar a esta listado con dos canciones muy queridas por los fans, “Killer Queen” y “Another One Bites The Dust”. Sobre todo esta última llamó la atención porque la letra tiene un significado un tanto ambiguo y que de plano no podríamos relacionar como tal con el 11 de septiembre de 2001. Sin embargo, esta no era la primera vez que la rola estaba en medio de la polémica, ya que años antes un grupo cristiano mencionó que tenía mensajes subliminales.




Led Zeppelin – “Stairway To Heaven”


El caso de Led Zeppelin y “Stairway To Heaven” es muy similar al de Bob Dylan con “Knockin’ On Heaven’s Door”. Esta canción ha pasado por un montón de cosas, sobre todo acusaciones de plagio que al final se resolvieron a favor de Robert Plant, Jimmy Page, John Bonham y John Paul Jones, pero una vez más, luego de los atentados del 9/11, la sociedad estadounidense no quería escuchar algo que les recordara a los seres queridos que lamentablemente perdieron ese día y “llegaron al cielo”.




Frank Sinatra – “New York, New York”


Para el final, dejamos una de las canciones más curiosas de toda la lista –que por cierto, pueden checar ACÁ–. “New York, New York” es un himno no solo de Frank Sinatra, también de la Gran Manzana, pues es una celebración a una de las ciudades más importantes de todo el planeta. Sin embargo, parece que este clásico de la música mundial toca y por mucho un punto sensible para miles de estadounidenses, así que decidieron no tocarla por un buen rato luego del 11 de septiembre de 2001.



NEVER FORGET: La MLB homenajea a víctimas del 9-11

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Cadena Noticias,  United States, New York, 

Los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 dejaron una huella imborrable en Nueva York, Estados Unidos y el mundo entero. A 20 años del secuestro de 4 aviones comerciales y de la muerte de miles de inocentes, su recuerdo sigue presente. Por ello, el mundo del deporte se une a los homenajes y la MLB recordó a las víctimas del 9/11 de diferentes maneras.


La jornada sabatina arrancó con la visita de los Gigantes de San Francisco a los Chicago Cubs del mexicano Manny Rodríguez. La ceremonia previa incluyó la entonación del Himno de los Estados Unidos, así como aplausos en memoria de los que ya no están.


Yankees vs Mets, Nueva York unido en el diamante


Los equipos de la ciudad que se estremeció hace dos décadas se enfrentan precisamente el día que marcó un antes y después para todo el mundo. Esta vez, el juego entre Mets y Yankees en Citi Field va más allá de una rivalidad o del orgullo de sus aficionados.


Aunque son rivales, hoy sus peloteros y seguidores son uno mismo en todo momento. Por ello, los principales gestos de la MLB hacia las familias involucradas en el dolor y las pérdidas del 11 de septiembre corren por cuenta de ambas instituciones.


Desde muy temprano, los Mets mostraron los uniformes que lucirían en casa. El tradicional blanco con azul y naranja está acompañado por un par de banderas de los Estados Unidos, así como la fecha de hace 20 años. Es bien sabido que las gorras son fundamentales al jugar beisbol y no pasaron desapercibidas.


Cada jugador portó una gorra diferente. En lugar del escudo de los Mets al frente, se colocó el escudo del Departamento de Bomberos, de la Policía e incluso el del Departamento de Sanidad. De una u otra forma, todos sus trabajadores estuvieron involucrados en las labores de rescate de aquellos días.


Kevin Pillar y unos spikes memorables


El jardinero de los Mets no se quedó con los uniformes o los homenajes previos al juego. Pillar destacó en la MLB al personalizar sus spikes con una imagen de los cuerpos de emergencia mientras laboraban en la zona del desastre.


Del otro lado se aprecia la ciudad de Nueva York y las ahora tradicionales luces que iluminan el lugar en el que alguna vez estuvo el World Trade Center.




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VIDEO 🎥: ¿Qué pasó en el mayor ataque terrorista contra EU hace 20 años?

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Milenio,  Estados Unidos, Nueva York, New York, 

Era una perfecta mañana soleada de fin de verano en Nueva York, de cielos totalmente despejados. Pero el 11 de septiembre de 2001 acabó por convertirse en la jornada más oscura de la mayor ciudad de Estados Unidos. Una serie de atentados islamistas coordinados dejaron casi 3 mil muertos y cambiaron el rumbo de la historia. 

Poco antes de las 08:00 de la mañana, 19 yihadistas, la mayoría de Arabia Saudita, abordaron cuatro aviones en aeropuertos de Boston, Washington y Newark, cerca de Nueva York. Llevaban cuchillos, permitidos entonces si la hoja era de menos de 10 centímetros. 

En el sur de Manhattan, cientos de empleados ya estaban en sus oficinas en Wall Street, donde se alzaban las Torres Gemelas, de 115 metros de altura, cuando a las 08:46 horas el vuelo 11 de American Airlines que había despegado de Boston hacia Los Ángeles, secuestrado por cinco yihadistas, se estrelló entre los pisos 93 y 96 del edificio norte. 

Los 87 pasajeros y tripulantes murieron en el instante, así como centenares de las 50 mil personas que trabajaban en el World Trade Center (WTC), símbolo del poderío económico estadunidense. Muchos quedaron atrapados por encima del piso 91, sin acceso a escaleras de emergencia. 

Joseph Dittmar, un experto en seguros basado en Chicago, estaba a esa hora en una reunión con decenas de corredores de seguros de todo el país en el piso 105 de la torre de enfrente, el edificio sur del WTC. 

Nadie "vio nada, ni sintió nada, solo la luz vaciló", contó Dittmar casi 20 años después. 

A las 08:50, el presidente George W. Bush, de visita en una escuela primaria de Sarasota, Florida, fue alertado de lo que se asumió inicialmente como un accidente. Dittmar contó que tras un llamado a evacuar la torre sur, todos bajaron al piso 90 y al mirar por la ventana quedaron aterrados. 

"Fueron los peores 30, 40 segundos de mi vida (...) al ver esos enormes agujeros negros en el edificio, llamaradas rojas como nunca habíamos visto en nuestras vidas, volutas de humo gris y negro que salían de esos agujeros. Vimos muebles, papeles, gente que se precipitó al vacío (...) cosas aterradoras, terribles. Tenía tanto miedo", recordó entre lágrimas. 

Se estima que entre 50 y 200 personas saltaron o cayeron de ambas torres. Dittmar decidió salir del edificio por la escalera, una decisión que le salvó la vida. 

El chef Michael Lomonaco emerge del centro comercial subterráneo del WTC y ve horrorizado la torre norte en llamas. A último momento, había decidido pasar por la óptica para cambiar los cristales de sus gafas, antes de subir a su trabajo en el piso 107 de esa torre, en el famoso restaurante Windows on the World. 

"Podía ver personas agitando manteles blancos desde las ventanas" del restaurante, recuerda. "Veía manteles y servilletas, era terrible, terrible". Como Dittmar, Michael creía que se trataba de un accidente. 

"En algún momento, entre el piso 74 y 75" la caja de la escalera "comienza a oscilar violentamente, los pasamanos se desprenden de la pared, los escalones ondulan bajo nuestros pies como olas en un océano, sentimos una pared de calor, olemos combustible", recuerda. 

Eran las 09:03 y el vuelo 175 de United Airlines con 60 pasajeros y tripulantes, además de cinco terroristas, que había despegado de Boston con destino a Los Ángeles acababa de estrellarse contra los pisos 77 a 85 de la torre sur del WTC, justo encima de ellos, provocando una explosión gigante. Muchas personas que estaban desalojando el edificio quedaron atrapadas en los ascensores y por encima del piso 85. 

"Estados Unidos está bajo ataque", le susurra a la oreja de Bush su jefe de gabinete. 

Al llegar al piso 31, Dittmar y un puñado de compañeros de infortunio se cruzaron con bomberos y rescatistas que corrían escaleras arriba. "Su mirada lo mostraba, sabían que no regresarían", dice. 

Dittmar demoró unos 50 minutos en llegar a la planta baja y luego caminó hacia el norte con un colega en medio de los escombros cuando de repente, a las 09:59, escuchó el ruido ensordecedor del derrumbe de la torre sur. 

Y casi instantáneamente "el grito de decenas de miles de personas" en pánico, testigos de la tragedia televisada en directo al mundo. 

Al Kim, un paramédico de 37 años, se preparaba para acoger heridos en el hotel Marriott, frente al WTC, cuando escuchó un ruido tremendo y se lanzó bajo una camioneta estacionada bajo un puente para protegerse. 

La torre sur se desplomó en 10 segundos, matando a más de 800 civiles y rescatistas que estaban en la zona. La polvareda era tan inmensa que Kim quedó en total oscuridad. 

"No puedo creer que vaya a morir así", pensó. Cuando consiguió salir de allí, "tan lejos como abarcaba la vista, la devastación era total. No podía respirar de tan acre que era el aire. Recuerdo utilizar mi camiseta para taparme la boca. No podía ver mis manos junto a mi cara", contó casi 20 años después, al recorrer emocionado por primera vez la explanada del Museo y Memorial del 9/11, a pasos del puente que podría haberse desplomado pero que se mantuvo firme y le salvó la vida. 

Con los ojos heridos, cejas y vías respiratorias quemadas y el cuerpo cubierto de una gruesa capa de cenizas, escuchó la voz de dos colegas, los ubicó y los tres se tomaron de la mano "como niños de escuela". Así avanzaron en la oscuridad total, entre escombros y llamas. 

Escuchaban alarmas que sonaban sin parar. No lo sabían aún, pero eran los sensores de decenas de bomberos enterrados bajo los escombros, que se activan si no hay movimiento durante un cierto tiempo. 

 Media hora antes, a las 09:30, ya informado del ataque contra la segunda torre, Bush había calificado los atentados de "tragedia nacional". "El terrorismo contra nuestra nación no prevalecerá", dijo. 

En el Pentágono, el cuartel general del departamento de Defensa situado en Arlington, Virginia, Karen Baker, una experta en relaciones con la prensa del ejército que entonces tenía 33 años, ya sabía a esa hora que los ataques contra el WTC no habían sido un accidente, pero se sentía "en el lugar más seguro del mundo". 

Caminaba desde la cafetería del Pentágono hacia su escritorio cuando el vuelo 77 de American Airlines que había despegado del aeropuerto de Washington Dulles hacia Los Ángeles con 59 pasajeros y tripulantes a bordo, secuestrado por cinco yihadistas, se estrelló contra la fachada oeste del edificio de concreto reforzado. Eran las 10:15 de la mañana. 

"Fue una explosión fuerte y luego sentimos un temblor", recuerda. "Pensamos entonces que era una bomba". 

A las 09:58 de la mañana, Edward Felt, pasajero del vuelo 93 de United Airlines que había despegado de Newark, Nueva Jersey, con destino a San Francisco, logra encerrarse en el baño y llamar al teléfono de emergencias 911 para denunciar que su avión fue secuestrado por cuatro yihadistas que se apoderaron de la cabina y desviaron la nave hacia Washington D.C. 

Fue una de las últimas de 37 llamadas de móvil hechas por pasajeros y tripulantes a familiares desde el avión secuestrado. Otro pasajero, Jeremy Glick, logró explicar a su esposa en tierra que los pasajeros votaron y decidieron asaltar la cabina, pero que aguardan sobrevolar una zona rural para actuar. 

"¿Están listos? Vamos", dice otro, Todd Beamer, mientras habla por teléfono con un interlocutor en tierra. 

El enfrentamiento fue breve: cinco minutos después de la llamada de Felt, a las 10:03, el avión se estrelló a 900 kilómetros por hora contra una colina arbolada cerca de la pequeña comunidad de Shanksville, en Pensilvania, a 20 minutos de la capital estadunidense. 

Gordon Felt, hermano de Edward, se hallaba en el campo, al norte de Nueva York, trabajando en una colonia para jóvenes autistas. 

Casi 20 años más tarde, en el lugar donde cayó el avión y donde se construyó un memorial en un inmenso parque, recuerda que cuando se enteró de que Edward estaba en el avión secuestrado le dejó un mensaje en el contestador de su celular. "Ed, cuando aterrices llámanos, estamos inquietos". 

Unas horas más tarde, su cuñada le llamó para decirle que no había ningún sobreviviente, y pidió a Gordon dar la terrible noticia a su madre. 

A las 10:28 de la mañana colapsó la torre norte del WTC, envuelta en llamas durante 102 minutos. El entonces alcalde de Nueva York, Rudy Giuliani, llama a la calma desde la zona de los ataques y ordena a la población evacuar el sur de Manhattan a las 11:02 de la mañana. 

Miles de residentes y trabajadores de la zona comenzaron entonces a marchar a pie durante horas por calles y carreteras hacia el norte de Manhattan o cruzando puentes hacia Brooklyn. Decenas de ferris, yates y barcos pesqueros acuden al rescate para evacuar a cientos de miles de personas por el río Hudson hacia Nueva Jersey. 

A las 12:16 del mediodía las autoridades decretaron el cierre total del espacio aéreo tras despejar del cielo estadunidense a más de 4 mil 500 aviones. 

Durante varias horas los rescatistas y bomberos se afanaron en hallar sobrevivientes de los atentados entre los escombros. Al Kim y otros rescatistas consiguieron salvar al bombero Kevin Shea, enterrado entre los escombros y gravemente herido. Fue el único sobreviviente de los 12 miembros de su brigada. 

Hacia las 12:30 horas, un grupo de 14 personas fue rescatado de la torre norte, donde quedó protegido por un pedazo de escalera que milagrosamente no se derrumbó. El último rescate exitoso tuvo lugar al mediodía del 12 de septiembre. 

El chef Lomonaco intenta hacer una lista de los empleados que estaban en el restaurante en el momento de la tragedia. Muchos no responden. Tras varios días se enterará de que eran 72, de un total de 450. Ninguno sobrevivió. 

Bush fue evacuado desde la escuela primaria de Florida a la base aérea de Barksdale, en Luisiana, a las 13:04 horas, y colocó a las fuerzas armadas en "estado de alerta máxima". Más tarde fue trasladado a otra base aérea en Nebraska, y finalmente fue autorizado a regresar a la Casa Blanca, en Washington D.C., hacia las 19:00 horas. 

Su vicepresidente, Dick Cheney, que estaba en la Casa Blanca cuando ocurrieron los ataques, fue evacuado de la residencia presidencial en la mañana y llevado a un búnker. 

Dittmar, que halló refugio en el apartamento de una amiga, solo piensa en una cosa: irse de Nueva York. 

Finalmente consigue tomarse un metro repleto de gente al final de la tarde, la circulación fue reanudada tras una paralización total de una hora y media, y llegar a la estación de trenes Penn Station, donde compra un billete a Pensilvania, donde viven sus padres. 

En el tren todo el mundo está en silencio, nadie dice una palabra. Cuando Dittmar, de 44 años, llega a las 19:00, su madre le abraza y acaricia el cabello. "Era exactamente eso lo que precisaba en ese momento".

Está exhausto y se pierde el discurso de Bush a las 20:30 de la noche, que anuncia un saldo previsorio de "miles de muertos". Finalmente serían 2 mil 753 víctimas en Nueva York, 184 en el Pentágono y 40 en Shanksville. 

"Estamos buscando a quienes cometieron estos actos malvados (...) No haremos distinciones entre los terroristas que cometieron estos actos y quienes los protejan", dijo Bush. 

Al llegar a su casa esa noche tras cruzar un Washington acordonado por las fuerzas del orden, Karen Baker comenzó a digerir la enormidad de lo ocurrido al abrazar a su marido y a sus dos hijos. 

"La pura tensión los había llevado al límite y estaban llorando. Se desmoronaron. Eso fue realmente duro de ver", contó.

 El paramédico Al Kim permaneció entre los escombros de las torres hasta la noche, cuando una ambulancia lo llevó hasta su trabajo en Brooklyn. 

Condujo a su casa aún cubierto de polvo de pies a cabeza por calles completamente desiertas, con las luces de emergencia en el techo del coche para que la policía no lo detuviera. 

Al llegar, se emocionó. "Era muy tarde, la mitad de la noche. Me duché. Y al día siguiente temprano en la mañana estaba de regreso, había mucho que hacer, y muchos funerales a los que acudir".