Se apunta comprador para el avión presidencial
El aspirante independiente a la presidencia de la República, Gustavo Jiménez Pons, dueño de la empresa GBS Air Enterprises, entregó una carta de intención a Andrés Manuel López Obrador para comprar el avión presidencial TP01, denominado José María Morelos y Pavón, en mil 900 millones de pesos.
El empresario y también ex candidato al gobierno de la ciudad de México en 2006, dijo que la finalidad de la compra es rentar el TP01 como un taxi aéreo de lujo a presidentes de otros países que no tienen aeronaves privadas o a bandas de rock como los Rolling Stones.
"Podemos invertir lo que se pagó por el avión presidencial, mil 900 millones de pesos", detalló.
En la carta que entregó en manos de Leticia Ramírez, encargada de atención ciudadana de López Obrador, el empresario que se dedica a los servicios de taxis aéreos, también propone al presidente electo pueda hacer uso del avión presidencial y que el gobierno solo pague los gastos de vuelo y operación de la aeronave.
Además, se interesan en tener en arrendamiento las instalaciones del denominado hangar presidencial para tener la aeronave en dicho espacio y de ser posible subcontratar los servicios del personal que dan mantenimiento al TP01.
La propuesta incluye representar al gobierno para comercializar las demás aeronaves de la flotilla de la administración federal, así como la compra de alguna de estas.
El empresario fue candidato del Partido Social Demócrata a la jefatura de gobierno de la ciudad de México en 2006 y en estas elecciones presidenciales de julio, aspiró a la presidencia de la República por la vía independiente, pero no logró reunir las firmas ciudadanas requeridas.
"Entregamos la formal intención de GBS Enterprises y nuestros socios comerciales de adquirí dicho bien nacional en condiciones que resulten favorables para el Estado mexicano", indicó.
Jiménez Pons, quien afirmó que su empresa opera desde 2008, dijo que el plan de negocios para ese avión TP01 será para uso VIP y de aeronaves de lujo.
Aclaró también que Rogelio Jiménez Pons, quien se perfila como encargado de Fonatur en la administración de López Obrador, es su tío, pero tiene años de no dirigirse la palabra por diferencias personales.