En la última semana los precios de las gasolinas rebasaron los niveles en los que se encontraban antes de que iniciara la pandemia de coronavirus (Covid-19).
De acuerdo con el seguimiento de los precios que realiza la empresa especializada PetroIntelligence y la Comisión Reguladora de Energía (CRE), algunas estaciones de servicio ofrecían gasolina regular -similar a la Magna que comercializa Pemex- en 22.22 pesos por litro, y la Premium se vendía hasta en 22.10 pesos al iniciar la semana.
Es decir, en al menos una estación de servicio de México se ofrecieron combustibles, por litro, hasta 2.67 y 1.47 pesos más caros respecto al promedio nacional registrado un día antes de iniciar la contingencia sanitaria.
La pandemia de coronavirus comenzó en el país a partir del 27 de febrero de 2020, cuando se presentó el primer caso confirmado en la Ciudad de México, una persona que había viajado a Italia y padecía síntomas leves.
Un día antes, el precio promedio nacional de la gasolina regular fue de 19.55 pesos, y en la capital del país promediaba los 20.50 pesos. En tanto, la gasolina tipo Premium se situó en 20.63 pesos por litro.
Buena parte de los aumentos está relacionado con que en México el negocio de los combustibles no está en la bomba de servicio, en la que se despacha combustible al público en general.
"El negocio está en las Terminales de Almacenamiento y Reparto (TARs) que opera Pemex, debido a que ahí es donde se comercializan los combustibles provenientes de la producción nacional de las refinerías y lo importado.
"En la práctica, la petrolera estatal es la que controla estos centros, es la que domina el mercado", explicó Ramsés Pech, analista del sector energético y socio de la firma Grupo Caraiva León & Pech.
Además, del precio unitario final al público, detalló el experto, 43% corresponde al valor de salida en las TARs; 41%, a impuestos (26% IEPS), y 16% a logística, costos de la estación de servicio, calidad y manejo.
"El margen neto de la estación de servicio no pasa de 3% por cada litro comercializado", destacó.
Por lo anterior, consideró que Pemex tiene que definirse entre ser un refinador o un trader (comercializador) de productos petrolíferos ante una mayor oferta que habrá en el mercado mundial y la necesidad de moverse hacia el acceso a nuevas reformulaciones en los combustibles que permitan reducir costos en las refinerías y continuar siendo parte del mercado nacional.
Por lo pronto, y hasta el lunes anterior, en 12 de las 32 entidades federativas hubo al menos una estación de servicio que ofreció gasolina regular por arriba del promedio nacional, que era 17.94 pesos por litro. Además, en 18 estados, al menos una gasolinera vendió el litro de Premium por arriba del promedio nacional del mismo día, que era de 18.42 pesos.
Apenas el pasado 18 de junio, el presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció, durante su conferencia matutina, que "las gasolinas están aumentando, pero no van a rebasar lo que costaban antes de la pandemia, porque el compromiso que tenemos es que no van a [incrementar] los precios de las gasolinas y el diesel en términos reales, en el tiempo en el que esté en el gobierno".
A pesar de esta declaración, el crecimiento de los precios que está llevando a cabo Petróleos Mexicanos a través de sus TARs está impactando al sistema de distribución, conformado por 12 mil 707 estaciones de servicio con permiso vigente de expendio al público de gasolina y diesel, al ajustar al alza los precios finales al consumidor.