"Me duele el corazón decirles que es la última vez que puedo pagarles, porque sería irresponsable seguir haciéndolo, y cuando se acabe esto [la pandemia de Covid-19], no tendrán una empresa a dónde regresar", dijo llorando el empresario Ramón Sesma Coronado.

El propietario de dos franquicias Chiltepino’s Wings y de una firma familiar de contadores, que en conjunto da trabajo a 80 personas en Sonora y Baja California, se despidió de sus empleados en Hermosillo y les explicó la insostenible situación, ya que las ventas mensuales se redujeron a 0.5%, por sólo prestar servicio a domicilio.

"El ser empresario en México es una de las profesiones o actividades más sufridas, dolidas: arriesgas tu capital, pides dinero prestado, hipotecas tus propiedades o lo poquito que tienes y lo arriesgas todo por un sueño, por dar empleo a la gente".

Expresó que es triste ver cómo se derrumbó el esfuerzo de 30 años, pues nadie pudo prever esta pandemia, la cual interpreta como una señal de Dios, "porque teníamos la garantía de ir a la playa, de poder abrazar y besar a los seres queridos", y eso ya no está en el mapa.

La situación es insostenible, describió, con pagos al IMSS y a la CFE, por lo que llamó a la sociedad y demás empresarios a proteger sus negocios. Luego, consultó con sus empleados y les pidió votar: "Tengo que preguntarles: '¿Qué hago? ¿Qué quieren que haga con el último dinero que me queda? ¿Se lo pago al gobierno de impuestos y Seguro Social? ¿O se lo entrego a ustedes?'"

"Estas lágrimas no son de debilidad, son de coraje, de frustración, pero si sigo acabándome lo que tengo, me van a embargar", exclamó llorando el empresario sonorense.

La plaza Alameda Otay tuvo una madrugada de terror, al suscitarse dos hechos con diferencia de minutos.

Primero un joven embriagado perdió el control de su vehículo y fue a parar dentro del restaurante Chiltepinos de esta plaza comercial, ubicada en delegación Mesa de Otay.

Alrededor de las tres de la mañana, el joven de 22 años que conducía en estado de ebriedad incompleta una suburban color arena perdió el control y terminó dentro del restaurante Chiltepinos, causando destrozos en los ventanales y mobiliario, afortunadamente el negocio estaba cerrado y no hay lesionados.

Minutos después a pocos metros de este accidente, en el mismo centro comercial, se suscitó una balacera, cuando policías municipales recababan información.

En el antro Cervecería 22, se escucharon detonaciones de arma de fuego, al investigar, los agentes de la policía municipal encontraron a tres hombres heridos de entre 20 a 30 años.

El agresor había huido y los heridos en estado crítico fueron trasladados por ambulancias de la Cruz Roja a diferentes hospitales de Tijuana.

Enfermeras y médicos de la Unidad de Especialidades Médicas (UNEME) de Tijuana, denunciaron que fueron despedidos de manera injustificada.

Jessica Blanco a nombre de nueve de sus compañeras, denunció que el representa legal de la secretaría de salud, Luis Alberto Covarrubias, ayer les notificó que terminaba la relación laboral.

Señaló que exigen una liquidación justa, toda vez que no les quieren respetar los años de antigüedad, argumentando que incumplieron instrucciones.

La enfermera, comentó que es una injusticia porque la UNEME de Ensenada y de Mexicali, continúan brindando servicio.

Los que se encuentran en esta situación son nueve enfermeras y 30 médicos que prestan sus servicios desde hace varios años.

También indicó que a los médicos, les adeudan varios meses de salario, y que desde noviembre del 2019 se comenzó a ver falta de insumos en la unidad.

En las instalaciones de la UNEME, ubicadas junto al hospital general, se atiende a las personas que cuentan con Seguro Popular.

La enfermera con apenas tres años de servicio en la Unidad de Especialidades Médicas, detalló que hay compañeros con más de diez años de servicio.

En la UNEME BC se atienden cirugías ambulatorias, en promedio se realizaban cuatro mil 500 operaciones por semana.