Los jóvenes en México son resistentes al coronavirus, pero no a la pérdida de empleos generada por la emergencia sanitaria. Poco más de la mitad de las plazas eliminadas en los últimos dos meses correspondió a personas de entre 15 y 29 años, muestran datos del IMSS.

Entre marzo y abril de 2020, el número de trabajadores menores de 30 años se redujo en 375 mil 714 plazas, cifra que representa 55% de los 685 mil 840 puestos eliminados en el periodo. Siete de cada 10 jóvenes que perdieron su empleo eran hombres y tres eran mujeres.

Las entidades federativas que reportaron las mayores pérdidas de personal de entre 15 y 29 años fueron: Ciudad de México, con 65 mil 876 plazas; Quintana Roo, con 49 mil 584 puestos; Nuevo León, 30 mil 689; Jalisco, 25 mil 970; Estado de México, 21 mil 173, y Querétaro, 15 mil 174.

Solo estos seis estados concentraron 55% de la pérdida de empleo entre los jóvenes.

Más subcontratación. En opinión de Raymundo Tenorio, profesor emérito del Tecnológico de Monterrey, la mayor parte de esta masa de jóvenes de entre 15 y 29 años que perdieron su trabajo estaban contratados por empresas de subcontratación (outsourcing), porque son las que incluso pueden despedir más rápido a su personal.

"Al menos 75% de los jóvenes que han perdido sus puestos de trabajo han sido por empresas de subcontratación, en las que prestan sus servicios a grandes grupos corporativos, relacionados con los servicios financieros, bancarios, de entretenimiento, como los cines y la logística", afirmó el catedrático.

Del 13 de marzo al 6 de abril, es decir, en solo tres semanas, se perdieron 346 mil 878 empleos, de los cuales, 294 mil 329 (85%) correspondían a empresas medianas y grandes con más de 51 empleados, de acuerdo con lo expuesto por Luisa María Alcalde, titular de la Secretaría del Trabajo, con base en los registros del IMSS.

Esta pérdida de empleos entre los jóvenes trabajadores es resultado de varios factores, entre los que destaca el hecho de que la mayoría de ellos tienen poco tiempo de laborar en la empresa, además de que perciben bajos salarios, por lo que el costo de su despido y posible liquidación resulta de menor monto para sus empleadores.

Poca antigüedad. Seis de cada 10 de los jóvenes trabajadores en el país tiene cuando mucho tres años de antigüedad laboral, y 65% no gana más de dos salarios mínimos, es decir, 7 mil 393 pesos en el mejor de los casos, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Inegi.

Durante el primer trimestre del año, previo a los efectos de la declaratoria de emergencia emitida por el gobierno federal y que implicó el cierre de 6 mil 689 establecimientos tan sólo en abril (conforme al número de patrones que se dieron de baja ante el IMSS), el número de desocupados menores a 30 años sumaban 980 mil, la mitad del total de los desempleados registrados durante dicho periodo.

"Desafortunadamente, los jóvenes son los que van a seguir sufriendo el recorte de personal en los próximos meses, se va a encontrar con lo mismo en mayo, y la expectativa para ellos es que conforme se reabran las actividades en las que ellos prestaban sus servicios puedan recuperar sus puestos de trabajo", comentó Raymundo Tenorio.

Su horizonte de expectativa es que hasta septiembre será cuando se vean reflejadas esas recontrataciones en las cifras del IMSS; sin embargo, la generación de empleos será insuficiente para compensar la pérdida de plazas, por lo que el especialista prevé que el neto va a ser de 796 mil empleos formales para el cierre de 2020 respecto al año pasado.

La cifra semanal de solicitudes del subsidio por desempleo en Estados Unidos subió la semana pasada a 245 mil, es decir 5 mil más que en la anterior, informó este jueves la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS, en inglés).

En la semana que concluyó el 8 de abril había un millón 865 mil personas que recibían esa prestación, 61 mil más que en la semana anterior.

El porcentaje de personas desempleadas con prestación en esa semana fue del 1.3% de la población activa, un décimo más que en la la semana previa.

La tasa de desempleo se situó en marzo en 3.5%, un décimo menos que en febrero, según el Departamento de Trabajo.

5 estados concentran solicitudes de subsidios por desempleo

Los números de solicitudes contrastan con el momento más grave de la pandemia, cuando en la última semana de marzo de 2020 hubo 6.8 millones de estadounidenses que pidieron el subsidio por desempleo.

En la semana que concluyó el 1 de abril los mayores incrementos en cuanto a solicitudes de subsidios por desempleo se registraron en California (10.640), Nueva Jersey (3.378), Texas (2.981), Pensilvania (2.921) y Connecticut (1.619).

En la misma semana las disminuciones mayores en la cifra de solicitudes se registraron en Ohio (3.138), Indiana (926), Misuri (552), Michigan (516) y Georgia (468).

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El desempleo en Baja California comenzó a golpear a los universitarios, al darse prioridad a la contratación de trabajadores de bajo nivel educativo, por encima “del valor más importante de una sociedad: sus egresados de educación superior”, denunció el presidente del Centro de Estudios Económicos, Luis Roberto Valero Berrospe.

Y explicó, Baja California, tiene proporcionalmente una porción importante de ciudadanos con formación universitaria con respecto a otras entidades; el problema es cómo se refleja en las políticas de desarrollo económico que a su vez impactan los indicadores de calidad del empleo.

En este sentido, puntualizó el economista, el dato de desocupados para Baja California enciende una alerta, pues los números muestran que bajaron los desempleados 9.2% anual, pero por nivel educativo el único grupo que aumentó su desempleo fue el nivel medio superior y superior con 21.4%.

Valero Berrospe señaló que las cifras de desocupación para Tijuana no tienen mucha diferencia con Mexicali, pues disminuyeron los desempleados 27.5% pero debido a la enorme reducción de quienes tienen primaria incompleta con el 80.1%, en tanto que los de educación media superior y superior aumentaron en 10.3%, y fue también el único grupo en el que crecieron los desempleados.

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● Más de cuatro millones de mujeres siguen sin trabajo desde la pandemia, de acuerdo con la OIT.

● Diana Lucia Marchan venció miedos e inseguridades para combinar el conocimiento tecnológico con la Biología.

Ciudad de México, a 5 de octubre de 2022. A más de 30 meses de la emergencia sanitaria, considerada la peor crisis combinada de salud y socioeconómica de la historia mundial, la mala situación laboral aún afecta la vida de millones de mujeres trabajadoras en América Latina.

Diana Lucia Marchan es una de las más de cuatro millones de mujeres que siguen sin trabajo desde la pandemia por COVID, que provocó un retroceso sin precedentes de la igualdad de género en el sector laboral, de acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Ella se desempeñó como técnico de investigación en Cuenca, Ecuador, durante tres años. “Me gradué como bióloga de la universidad y me gustaba mucho mi trabajo. Allí trabaja con microorganismos, insectos acuáticos y hacía análisis de la calidad del agua. Pero, lamentablemente, tuve un problema de salud y enseguida llegó el COVID. Desde entonces no he tenido la oportunidad de conseguir trabajo”, externó.

Si bien la joven padeció problemas de ansiedad y preocupación por el estancamiento de su desarrollo profesional y situación económica, decidió ponerse “en pie de nuevo” y buscar alternativas para contrarrestar su situación.

Con sus ahorros y los pocos ingresos obtenidos de “trabajos pequeños” en una empresa familiar, dedicada a la caña de azúcar, le permitieron dar “otro rumbo” a su situación y lo hizo al sumar habilidades tecnológicas a su experiencia profesional.

A sus 30 años de edad, Diana se inscribió al bootcamp de Practicum para adquirir herramientas como Data Scientist -uno de los perfiles tecnológicos más solicitados a partir de la crisis sanitaria-. Lo anterior porque en 2021, de acuerdo con la consultora Hireline, el mercado de las Tecnologías de la Información creció 8.5 por ciento en Latinoamérica.

“Las empresas se vieron obligadas a digitalizar sus operaciones, aprovechar los datos y reclutar personal especializado para seguir siendo competitivas”, destacó Pablo Aguirregomezcorta, Director General de Practicum en Latinoamérica.

Diana encontró una oportunidad en este cambio digital. “En Biología siempre se necesita el análisis de datos para conformar las estadísticas”, comentó la estudiante de Practicum, una plataforma de programación online dirigida a quienes buscan dar un giro a su vida personal y profesional.

En Estados Unidos, Europa y Oriente Medio ha formado a más de cinco mil personas y el 80 por ciento de los graduados encuentran trabajo y un mejor salario en menos de seis meses.

En Latinoamérica, donde el mercado laboral busca a 450 mil especialistas en Tecnologías de la Información, la plataforma inició su expansión en México y continuó en Chile y Ecuador. Ahora replica su estrategia en Argentina, Colombia, Perú y Uruguay.

“A algunos se nos dificulta aprender rápido los lenguajes de programación, pero esto no ha sido obstáculo porque nosotros (alumnos) y los tutores nos apoyamos para avanzar en nuestro aprendizaje y proyectos”, compartió.

Y es que se trata de un formato innovador, rápido y eficiente que permite combinar las actividades laborales y el aprendizaje online, a través de una plataforma práctica e interactiva que permite ingresar las 24 horas del día y contar con el apoyo técnico de tutores, mentores y revisores de código.

“Llevo ocho semanas aprendiendo, le dedico entre cinco y seis horas diarias y la plataforma es bastante amigable, lo que facilita más el entendimiento de las herramientas tecnológicas. Al principio hay miedo e inseguridades de estudiar algo diferente, pero vale el esfuerzo arriesgarse y prepararse mejor para enfrentar los retos laborales”, resaltó.

Practicum ofrece tres bootcamps online: Data Scientist, Data Analytics y Desarrollador Web, con una duración que varía de los 7 a 10 meses.

Al concluir, los graduados cuentan con preparación para entrar al mercado laboral con un portafolio, cartas de presentación, red de contactos y entrenamiento para las entrevistas.

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La Industria de la Transformación de Tijuana perdió 3 mil 585 empleos formales durante noviembre de 2021 respecto al mes inmediato anterior, documentan las cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

De tal manera, con la caída de los empleos en ese sector, Tijuana registra un total de 307 mil 907 personas ocupadas en la Industria de la Transformación al 30 de noviembre, por debajo de los 311 mil 492 que había en octubre.

Con los datos presentados por el IMSS, el sector de la Transformación de Tijuana liga dos meses con descensos.

Asimismo, otros sectores con pérdidas en noviembre fueron la Industria de la Construcción con -405; Servicios para Empresas con -76; Industria Eléctrica y Capitación con -14; y Agropecuario con -8.

Por el lado de las ganancias, Transportes y Comunicaciones con 2 mil 365; Comercio con mil 22; Servicios Sociales y Comunales con 226; e Industria Extractiva con 14.

De tal forma, en total (entres pérdidas y ganancias de los sectores), Tijuana perdió 461 empleos formales en el onceavo mes de 2021, para llegar a un total de 583 mil 92 trabajadores, concentrando poco más del 58% de los ocupados adscritos al IMSS en Baja California.

Con información de Monitor Económico

Mientras un millón y medio de personas se quedó sin empleo en California y de éstos, una tercera parte ya perdió las esperanzas de encontrar trabajo, una pequeña minoría de gente rica salió beneficiada con la pandemia. 

La cuenta bancaria estatal se está desbordando. 

En enero, la recaudación de impuestos de California fue de 10.5 mil millones de dólares por encima de las proyecciones. Al final del año fiscal, el 1 de julio, el gobernador Gavin Newsom dijo que el estado podría tener un superávit de 19 mil millones de dólares. 

 Es tanto dinero que, por segunda vez, se prevé que el estado active una ley para que el gobierno envíe reembolsos a los contribuyentes.

 A diferencia de la mayoría de los estados, California grava las ganancias de capital, principalmente el dinero obtenido de inversiones y acciones, al igual que el dinero de sueldos y salarios. El resultado es que el uno por ciento de su población representa casi la mitad de las recaudaciones de impuestos sobre la renta del estado. Y ese uno por ciento tuvo un año bastante bueno en 2020, financieramente hablando. 

La crisis no llegó a la cima

 Las recesiones económicas suelen poner a los gobiernos estatales en un aprieto, obligándolos a cortar los servicios cuando la gente más los necesita. 

Eso es lo que sucedió hace una década cuando el mercado de la vivienda colapsó y el mercado de valores se hundió, creando una cascada de pérdidas de los ricos hacia abajo. 

Pero esta vez, con la pandemia que obligó al cierre de bares, restaurantes, parques temáticos, eventos deportivos y pequeñas empresas, los trabajadores con salarios más bajos soportaron la peor parte de las pérdidas mientras que los más ricos trabajaban desde casa. 

Las pérdidas económicas comenzaron en la parte inferior de la escala de ingresos y hasta ahora no han llegado a la cima. Eso pone a estados como California, con un código fiscal que depende en gran medida de los ricos, en un lugar extraño.

 Hace un año, los legisladores estatales pensaron que esta recesión se comportaría como otras recesiones: recortaron gastos, aumentaron los impuestos en algunas empresas, pidieron préstamos y sacaron dinero de la cuenta de ahorros del estado, todo para prepararse para los efectos económicos de la pandemia.

 Pero los ingresos del estado aumentaron. El mercado de valores está un 16 por ciento por encima de su máximo previo a la pandemia en febrero de 2020. Una gran cantidad de empresas tecnológicas de California, lideradas por Airbnb y DoorDash debutaron en el mercado de valores el año pasado, lo que se suma a la población de millonarios y multimillonarios del estado.

 La administración de Newsom proyecta que los californianos ganarán 185 mil millones de dólares en ganancias de capital, la mayor cantidad jamás vista, lo que resultará en 18.5 mil millones en ingresos fiscales para el estado.

 “Apunta a una dependencia excesiva de una población muy pequeña de contribuyentes”, dijo David Kline, portavoz de la Asociación de Contribuyentes de California. 

 Pero la ganancia inesperada de California es que puede apoyar a empresas e individuos afectados por la pandemia. La semana pasada, el estado aprobó 7.6 mil millones de dólares en subvenciones para pequeñas empresas con dificultades y 3.6 mil millones de dólares en apoyos únicos de 600 dólares a casi 5.7 millones de personas. 

“El crecimiento de los ingresos que hemos visto no debe interpretarse de ninguna manera como que la economía de California se haya recuperado de la recesión del covid-19”, dijo H. D. Palmer, portavoz del Departamento de Finanzas del estad. "Desafortunadamente, tenemos un largo camino por recorrer". 

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